La posición histórica del papa argentino con relación a la dictadura venezolana ha sido de afinidad. Incluso luego de la asunción como presidente encargado de Juan Guaidó, el Vaticano se mantuvo en una posición ambigua y cuestionable: pasó de un poyo implícito de la dictadura, aún en oposición a los obispos venezolanos quienes han sido opositores públicos del régimen, a una indefinición entre los dos Gobiernos paralelos y simultáneos. Pero más allá de las afinidades ideológicas (y de los prejuicios) de Jorge Bergoglio, trascendió un detalle no menor que podría adelantar un cambio en la posición del Vaticano ante el conflicto venezolano.
El diario italiano Corriere della Sera publicó una carta aparentemente privada entre Francisco y Nicolás Maduro con una novedad y un detalle sugestivo. Por un lado hay reclamos, pero, como si fuera poco, el papa evitó tratarlo de presidente.
Según Bergoglio, “lo que se acordó en reuniones, no fue seguido por acciones concretas”. En la opinión del papa, la actitud del chavismo ha impedido que se puedan “implementar los acuerdos”. Aunque no se sabe en detalle a qué hace referencia el papa argentino, el principio de la misiva puede estar dando algunas señales claras: en lugar de comenzar la carta con el protocolar Excelentísimo señor presidente, el papa argentino se limitó a escribir un Excelentísimo señor. Está claro que en una carta del nivel que revisten los personajes de esta historia, esa omisión no puede ser considerada como un error o un simple olvido. ¿Estamos ante una nueva posición oficial del Vaticano ante la dictadura de Maduro? Hay un indicio, pero hay que esperar.
En la carta, Bergoglio vuelve a hacer referencia a la necesidad de “evitar cualquier derramamiento de sangre”, lo que bajo la nueva circunstancia podría ser un mensaje claro para la dictadura: que no busque quedarse en el poder a cualquier precio. Pero claro, esto no es más que una especulación en estas circunstancias.
Consultado por los medios, el portavoz oficial del Vaticano, Alessandro Gisotti, evitó expresarse sobre el asunto argumentando que se trataría de una comunicación del ámbito privado, lo que prácticamente confirma la existencia y veracidad de esta.
Sin embargo, en lo que se conoció de la carta sigue sin haber un apoyo y respaldo claro por parte del papa Francisco a la postura de la Conferencia Episcopal venezolana, que en numerosas ocasiones ha señalado que Maduro es “ilegítimo y moralmente inaceptable” para continuar en el cargo de presidente, tal como lo ratificó monseñor Azuaje Ayala, titular de esta entidad, en un documento dado a conocer el 8 de enero de este año, donde también afirmó que para los obispos venezolanos era claro que “todos los males tienen una razón: la implementación de un proyecto político totalitario”, y que “No ha habido sensibilidad humana y social que sugiera que se producirá un cambio más adelante”, lo que al final llevará a Venezuela hacia “el abismo”.
¿Cui bono?
Los analistas políticos suelen hacer referencia al dicho romano para poder dilucidar cuestiones que son inciertas. ¿Quién se beneficia? Esta parece ser una pregunta apropiada para evaluar los motivos y los responsables de la filtración.
Si bien pertenece al ámbito de las especulaciones, ante este contexto y esta determinada circunstancia, no sería para nada descabellado pensar que la filtración de parte de la carta pudo haber salido del mismo Vaticano. Lo anterior, debido a que no se conoció toda la información depositada en la carta, solo la que podría dejar una buena imagen del papa ante la opinión pública, que lo ha criticado por su solapado respaldo a la dictadura de Maduro.
Además, teniendo en cuenta que Francisco ha dicho que no se pronunciaría ni a favor de la dictadura ni por el nuevo Gobierno de transición, esta filtración podría tener como objetivo mostrar un cambio de enfoque sin tener que desdecirse, pero mostrando sutilmente que ha optado por tomar otro camino, debido, posiblemente, a las presiones de varios prelados y de la sociedad civil frente a la postura que ha tenido por años a favor de Maduro.
Lo cierto es que la filtración de parte de la carta le cae como anillo al dedo a la imagen del papa y sería un golpe para Maduro, pues esto significaría, si Francisco sigue por esta línea, que el dictador estaría perdiendo a otro de sus aliados a nivel internacional.