Los legisladores kirchneristas denunciaron la denominada “ley del arrepentido” y aseguraron que si vuelven a ser Poder Ejecutivo, se borrará de un plumazo. Claro, la herramienta inspirada en otras legislaciones del mundo ha sido una catástrofe para Cristina Fernández de Kirchner y su entorno. Aunque el macrismo siga aprovechando la libertad de la expresidente, para polarizar con un espacio que tiene un rechazo de más del 50% en la opinión pública, eventualmente CFK terminará en prisión. Será por desafuero luego de una condena (cabe destacar que ya tiene dictada la prisión preventiva, pero el Senado la sostiene), o por un fallo judicial en el futuro, pero lo cierto es que, de seguir avanzando la justicia, el destino no le sonríe a Cristina Fernández.
Rechazo al pedido de la defensa de CFK
El Tribunal Oral Federal 2 rechazó un pedido de la exmandataria para que se postergue el primer juicio oral que debe enfrentar. La fecha estipulada indicaba que debía iniciarse el 26 de febrero, pero la defensa pidió que se dilate el proceso. El argumento era que se debían finalizar las pruebas que se vinculan al caso (obras públicas concedidas a un supuesto testaferro) para comenzar el proceso. Pero para la justicia, que negó la solicitud, el juicio puede comenzar con las declaraciones de los testigos y que los peritajes finalizados, supuestamente en junio, pueden ingresar a la causa en curso.
El excontador de Cristina teme por su vida
Víctor Manzanares, que detalló en la justicia como el juez Norberto Oyarbide digitó el sobreseimiento en la causa del enriquecimiento ilícito de Néstor y Cristina Kirchner, teme por su seguridad. El domingo fue trasladado de la cárcel de Marcos Paz al penal de Ezeiza. Si bien su declaración todavía no forma parte formal del expediente, porque hace falta que el juez Claudio Bonadio homologue, las fuentes judiciales revelaron a los medios que el excontador se ha “sincerado”.
El exministro de Hacienda de Santa Cruz, también se “arrepintió”
El escándalo de Panamá Papers destapó una olla en Argentina, pero que más o menos se contenía hasta la implementación de la figura del “imputado-colaborador”, conocida como del “arrepentido”. Ya era de conocimiento de la justicia argentina que el exsecretario de Néstor Kirchner, el fallecido Daniel Muñoz, y su esposa, Carolina Pochetti, habían realizado operaciones para liquidar 16 propiedades por un valor de 70 millones de dólares en Nueva York y Miami. El exministro de Hacienda de Santa Cruz, Juan Manuel Campillo, se presentó ante el fiscal Carlos Rívolo y reconoció que Muñoz había blanqueado que la fortuna pertenecía a “otra gente”. Si bien no los mencionó, en esa conversación, según Campillo, era claro que hablaban del matrimonio Kirchner:
“Mirá, tengo este problema. Yo me quedé con todo este dinero a mi nombre y no se lo quiero dejar a mi mujer, esto es parte de una fortuna que no es mía“, le dijo Muñoz en su lecho de muerte, víctima de un cáncer terminal.