Muchos de los exfuncionarios kirchneristas parecen tener dos denominadores comunes por estos días: causas judiciales y excusas. Por un lado la malversación y el desvío de fondos públicos parece ser una constante, al igual que la explicación de la persecusión política. Daniel Scioli, exvicepresidente de Néstor Kirchner (2003-2007) y gobernador de la provincia de Buenos Aires hasta el final del mandato de Cristina en diciembre de 2015 está en la mira de la justicia por negociados con fondos públicos.
La diputada de Cambiemos Elisa “Lilita” Carrió lo denunció por manejos ilegales en la construcción de salas de atención médica en su mandato como gobernador bonaerense. Ahora, el fiscal Álvaro Garganta pidió que exfuncionario kirchnerista vaya a juicio por las irregularidades que supuestamente ocurrieron durante su mandato. En la causa en cuestión, también figuran Alejandro Collina (exministro de Salud provincial) y Alberto Pérez (exjefe de Gabinete de Scioli). La pata “empresaria” que no falta en estos casos de fraude en la obra pública-privada fue para Ricardo Miller.
El escándalo explotó cuando se supo que las empresas que concursaron para la construcción de nueve Unidades de Pronta Atención no estaban registradas como proveedoras. En varios casos se constató incluso que algunas de las firmas se dedicaban a otros rubros que nada tenían que ver con estas construcciones. La maniobra, según el fiscal, habría tenido lugar para direccionar las contrataciones hacia Miller. Según Garganta, el emprasario tenía una relación personal con Daniel Scioli y existieron “dádivas” como retribución a las contrataciones públicas.
¿Modus operandi macrista?
El expresidente kirchnerista se manifestó luego del pedido del fiscal y resaltó que todo se trata de una campaña política, que ocurre después de que empiece a sonar su nombre como candidato para 2019:
“Ahora hay una solicitud de elevación a juicio, una dinámica que ha ocurrido también en otros casos. Qué casualidad, a partir de que se instala una eventual potencial precandidatura, pasan las cosas que pasan”.
Según Scioli existe un “modus operandi” en las causas contra exfuncionarios kirchneristas. “No creo en las casualidades. Esto es para acallar las voces críticas”, señaló.
Pero al igual que con su jefa y con el resto de los imputados, todos señalan la persecución política. Nadie hace un sólo comentario de las acusaciones en su contra.