Las cartas estaban echadas. Cristina Fernández sabía que luego de la multitudinaria marcha de ayer el senado tendría cuórum para tratar la aprobación a los allanamientos que solicitó el juez Claudio Bonadio. Como el oficialismo ya contaba con los votos del peronismo no kirchnerista, la expresidente, acorralada, votó también a favor con su bloque. Cristina no quiso perder la votación, someterse al allanamiento y quedar en la historia con un voto testimonial en contra del procedimiento. Con este panorama, la Cámara Alta aprobó por unanimidad el pedido judicial y las propiedades de la expresidente podrán ser finalmente allanadas. Lo destacado de la jornada: el discurso de Pichetto. Las palabras del senador peronista desencajaron a Kirchner. Se la vio indignada ante una situación nueva, la falta de poder.
El discurso de Kirchner
Al momento de su exposición, la acusada de liderar una asociación ilícita, apuntó sus cañones contra el oficialismo y dijo que su espacio es perseguido políticamente por una justicia que actúa distinto “si el acusado es de Cambiemos o del Frente para la Victoria”. Dijo que no se arrepiente de nada de lo que hizo y acusó al macrismo de estar endeudando el país.
“Si me meten presa, este país no será más gobernable”, amenazó. También apuntó contra el peronismo y resaltó que no es cierto que el partido necesite que ella desaparezca para tener un candidato con posibilidades. Según Kirchner, el problema lo tienen los mismos peronistas que no ofrecen un candidato con más intención de voto que ella.
El dolor del ya no ser
Tras el discurso de la expresidente, Cristina vio como Miguel Ángel Pichetto, jefe de la bancada peronista y referente del espacio que busca “limpiar” al partido de kirchnerismo, le hizo pasar un mal momento. El senador advirtió varias contradicciones de la exmandataria, cuando en 2001 decía que los jueces deberían investigar sin impedimentos. A lo largo de su discurso dijo que sus argumentos eran débiles intelectualmente y que decía “pavadas conspirativas”. A Cristina Kirchner se le vio un rostro inédito. Estaba en el fango, peleando con un legislador, sin corona y en el llano. Por sus caras y sus gestos, esto fue muy difícil de tolerar para ella. Pero es innegable que esto podría ser la antesala de dolores de cabeza más grandes, como la misma prisión.
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Michetti superada
Nuevamente, la vicepresidenta Gabriela Michetti, que oficia de titular de la Cámara Alta, fue superada por la situación. No es la primera vez que una sesión caliente logra descolocarla y ponerla nerviosa. Una vez más se le escuchó decir varios comentarios (que no eran públicos) con el micrófono encendido y tuvo varios entredichos con senadores de todos los bloques. La compañera de fórmula de Mauricio Macri no ha pasado un tiempo sencillo al frente del senado durante estos tres años.