Mauricio Macri llegará al año próximo con un escenario complejo. Competirá por la reelección, pero no tendrá en su haber una gestión exitosa en la que respaldarse. Su primer mandato se caracterizó por un fuerte ajuste del sector privado y pocos cambios en el público. Mientras la estructura del Estado permaneció sin grandes modificaciones, la sociedad enfrentó, por un lado, la drástica reducción de subsidios de tarifas, y por otro, la creciente inflación, producto de no haber hecho los “deberes” en el aparato burocrático.
Con este escenario, el presidente debe reeditar una antigua alianza: la que tuvo de manera implícita en varias oportunidades con la expresidente Cristina Kirchner. Aunque Macri siga cayendo en las encuestas y la imagen de la líder de Unidad Ciudadana se potencie (a pesar de su silencio), ambos tienen una agenda en común. Esto es que no se les cuele un “peronista moderado” en un hipotético ballotaje, porque el repudio a ambos puede ser capitalizado se forma sencilla por un oponente.
Los números de Macri, cada vez peor
Esta mañana el Gobierno de Cambiemos tuvo otro cachetazo estadístico: la economía se hundió 5,8 en mayo con relación al mismo mes del año pasado. Según fuentes oficiales, el incremento del PBI para el presente año podría no superar el 0,5%. Ante estos números, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, no tuvo otra cosa que reconocer que los próximos meses serán “fríos y tormentosos”. La sequía que enfrenta el campo (motor de la castigada economía argentina) no hace otra cosa que potenciar la idea de un tercer trimestre sin crecimiento y un fin de año que podría hasta ser de recesión.
Con respecto a la expectativa inflacionaria, las consultoras privadas coinciden que 2018 puede cerrar con un 30%, lo que además de complicar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, sepulta una de las excusas discursivas que el macrismo utilizó hasta ahora. Aunque no han podido cumplir con las metas de inflación que se pautó el mismo Gobierno, el oficialismo, hasta hoy, pudo decir que, al menos, la inflación continuaba en baja. Hoy ya no le queda ni este recurso.
Macri-Cristina: la fórmula 2019
Aunque, logicamente, no compartan el mismo espacio político, la expresidente y el actual tienen un escenario con objetivos comunes y una alianza estratégica. Por razones obvias, Cristina cuenta con un enorme sector del electorado en contra, que no la votaría ni aunque Macri enfrente una hiperinflación. Pero por otro lado, la imagen del actual jefe de Estado cae día a día y sus deseos de reelección dependen cada vez más de un balotaje con la líder de Unidad Ciudadana. El rechazo con el que cuentan ambos dirigentes podría ser fácilmente capitalizado por un candidato peronista como el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, de imagen dialoguista y no conflictiva. Con el panorama de hoy, un candidato de un perfil semejante, podría hacerle estragos tanto a Macri como a Cristina en una segunda vuelta. Es por eso que los próximos meses veremos una polarización, donde desde cada sector se apuntarán estratégicamente las armas contra el rival preferido, ya que es el único que pueden tener oportunidades de vencer.