Cuando Mauricio Macri se convirtió en presidente de Argentina, allá por diciembre de 2015, su lema, en coincidencia con el nombre de su coalición era “cambiemos”…pero tampoco tanto.
A la hora de elegir al burócrata encargado de la AFIP (Agencia Federal de Ingresos Públicos) el nuevo mandatario se volcó por un funcionario conocido del kirchnerismo: Alberto Abad.
Este “recaudador” se había desempeñado en su cargo durante todo el gobierno de Néstor Kirchner y parte del de Cristina.
Una de las noticias de esta mañana tuvo que ver con la agencia que Abad lideraba, ya que horas antes de oficializar su renuncia, se informó que la recaudación tributaria durante el mes de febrero se incrementó un 37,7 %.
Con la novedad de la agencia impositiva en todos los portales, trascendió la dimisión del, ahora, exfuncionario, en un día donde la AFIP monopolizó las noticias del día.
El hombre designado para ocupar su cargo es Leandro Cuccioli, hombre vinculado al ministro de Finanzas, Luis Caputo, y al jefe de Gabinete, Marcos Peña. Es ingeniero industrial y tiene un master de la escuela de negocios de Stanford.
La conexión con Peña se interpreta políticamente con que un funcionario que responde directamente a Macri ocupará la jefatura de la AFIP. El presidente argentino, que en principio de su mandato eligió la característica de la “experiencia”, hoy, a dos años, parece haberse volcado por el valor (o la necesidad) de la lealtad.
Argentina: un infierno fiscal
Sin contar el impuesto no legislado (inflación) que se roba todos los meses una parte importante de los ingresos de los asalariados argentinos, el país se ubica entre los lugares del mundo con mayor presión impositiva.
Según informes del mismo ministerio de Hacienda, la carga fiscal argentina es del 32 % del PBI, lo que equivale a un 40 % más del promedio de América Latina y el Caribe.
Los números argentinos se asemejan a lo de los países más desarrollados del mundo, con economías mucho más pujantes, menores índices de pobreza, desempleo y monedas más sanas sin la agobiante inflación argentina.
No es una buena noticia ni una oportunidad
En diálogo con PanAm Post dos prestigiosos economistas dieron su opinión y coincidieron en que la noticia no es un buen síntoma ni tampoco abre necesariamente la posibilidad de ir hacia una reducción de la presión impositiva:
“Ya demostraron que no tienen ningún interés en bajar los impuestos. En todos los lugares que está el partido de gobierno, ya sea en el ámbito municipal, provincial o nacional, matan a la gente con altísimos impuestos”. Roberto Cachanosky.
Por su parte, Ricardo López Murphy, dos veces candidato a presidente y exministro argentino, también fijó posición al respecto:
“Hay que distinguir muy bien lo que es diseño impositivo y el trabajo técnico administrativo de cobrarlo. Abad se encargaba de esto último y no era responsable de lo primero. Era de los mejores funcionarios que tenía el Gobierno, no es una buena noticia”.