Como la misma Cristina Fernández de Kirchner lo reconoció, la denuncia del fiscal Alberto Nisman, que apareció muerto luego de acusarla de encubrimiento por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina, es su frente judicial más complejo.
Este lunes se supo que sus abogados para la causa renunciaron y que serán sustituidos por el exjefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Aníbal Ibarra.
Graciana Peñafort y Alejandro Rúa encabezaban hasta hoy el equipo legal que defendía a la expresidente, que había sido denunciada por el fiscal fallecido, Alberto Nisman, de haber orquestado un plan de encubrimiento para borrar la responsabilidad de funcionarios iraníes en el atentado ocurrido en 1994, a cambio de ciertos acuerdos comerciales impulsados desde su Gobierno con Teherán.
A pesar que la denuncia de Nisman fue desestimada durante su mandato, el “cambio de aire” político que llegó con Mauricio Macri tuvo sus repercusiones en la justicia y la causa fue reabierta.
¿Quién es Aníbal Ibarra?
El nuevo abogado de la expresidente fue jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y venció a Mauricio Macri en su primera experiencia política, cuando intentó ir por la intendencia porteña allá por 2003.
Fue reelegido en su cargo, pero el 7 de marzo de 2006 fue destituido por la Legislatura luego de un juicio político donde se lo encontró culpable de mal desempeño de funcionario público, tras un incendio en una sala de conciertos donde fallecieron 194 personas.
El siniestro tuvo lugar en el establecimiento “República de Cromagnon” en 2004, durante un concierto del conjunto de rock Callejeros. Un asistente encendió una bengala, que prendió fuego a parte del decorado (de material no habilitado) y todo terminó en tragedia, ya que las puertas de emergencia estaban cerradas.
A pesar de haber sido separado de su cargo, no se le inhabilitó para ejercer funciones públicas, por lo que se recicló en la política de la mano del kirchnerismo.
En la actualidad, también defiende a funcionarios del Gobierno anterior que tienen causas en la justicia, como en el caso de Javier Grosman, que cobró dinero público por la publicación de un libro que se editaría para el Bicentenario de Argentina, pero que nunca fue impreso.
El último escándalo: Los fans contratados
En su última campaña electoral, luego de haber sufrido el juicio político que le arrancó el gobierno porteño, en una entrevista televisiva dejó en evidencia el “circo” que armó para fingir una imagen positiva entre los votantes.
A lo largo de una caminata con el periodista, Ibarra comenzó a recibir el apoyo de decenas de ciudadanos de Buenos Aires. Tan abrumador era el cariño de los vecinos, que la escena se volvió sospechosa.
Para cuando era evidente que todo era un acting, el candidato se aleja de las cámaras para hacer un llamado telefónico, con la excusa de atender una entrevista radial.
Lo que Ibarra olvidó era el micrófono corbatero que lo acompañaba, que se mantenía encendido y funcionando. En la edición los periodistas escucharon que el político le indicaba a sus colaboradores:
“Sácalos a todos. Ya está… se están dando cuenta me parece”.