Diciembre, para la política Argentina, tiene una mística especial y algo peligrosa, sobre todo desde el golpe a Fernando de la Rúa a finales de 2001.
En este último tramo del año se multiplican los reclamos, suelen generarse diversas manifestaciones (algunas violentas) y siempre está el temor de los saqueos, que hace 16 años se contagiaron como una epidemia a lo largo del país generando la caída del último presidente no peronista antes de Mauricio Macri.
Claro que ante un nuevo intento nacional de que un presidente democráticamente electo que no provenga del justicialismo pueda terminar su mandato (Marcelo T. de Alvear 1922-1928 fue el último afortunado) la susceptibilidad, con razón, es especial.
Este miércoles la policía frustró un intento de saqueo a un supermercado Walmart en la localidad de Luján (provincia de Buenos Aires) cuando 19 personas intentaron ingresar a la fuerza al establecimiento para robar mercaderías.
Si bien se pudo frustrar el saqueo, los delincuentes se separaron en la huida de la policía y un grupo que se dirigió en una misma dirección terminó asaltando dos camiones, uno de lácteos y otro cárnico. Dos menores de edad quedaron detenidos, pero ya fueron puestos en libertad.
Las alarmas esta tarde se prendieron en la ciudad de Buenos Aires, nada más ni nada menos que en la Casa Rosada. Luego de amenazas anónimas, la Brigada de Explosivos de la Policía Federal se hizo presente en la Casa de Gobierno, pero también hicieron una investigación exhaustiva en la Quinta de Olivos donde se encontraba Mauricio Macri. Allí también se habría recibido una amenaza de bomba.
Según Presidencia de la Nación no es la primera vez que tienen llamados con “amenazas intimidatorias”. La investigación quedó a cargo del juzgado federal número 12 a cargo de Sergio Torres.
En la provincia de Río Negro, las autoridades desarticularon un operativo para saquear supermercados cuando detuvieron al administrador de un grupo de Whats App formado por 30 personas llamado “Saqueo Navideño”.
El detenido quedó a disposición de la justicia y esta tarde cuando escuchó por parte del juez que pasaría las fiestas es prisión le arrojó un vaso de agua al fiscal de la causa, lo que complicaría aún más su situación judicial.
En la provincia de Buenos Aires, donde el gobierno más teme cualquier posibilidad de conflicto, el ministerio de Seguridad desplegó un operativo especial con la presencia de 1700 agentes que buscarán que entre la semana de navidad y año nuevo no se produzcan episodios de violencia.
Según fuentes oficiales, la finalidad del operativo es “garantizar el orden, asegurar el óptimo desarrollo de las fiestas de fin de año y dar respuesta inmediata a cualquier situación conflictiva”.
Mauricio Macri sabe que la situación política que enfrenta es particular. Mientras el kirchnerismo suma más presos que apoyos y el peronismo continúa acéfalo, el gobierno comprende que uno de los principales desafíos que enfrenta es la amenaza de la violencia por parte de grupos que, al día de hoy, parecen muy alejados de cualquier posibilidad electoral.
Si Argentina atraviesa las fiestas en paz, sin dudas será un gran paso para que, de una vez por todas, un presidente electo no peronista, pueda volver a terminar su mandato con normalidad, como no ocurre desde hace 89 años.