Por primera vez la expresidente Cristina Fernández de Kirchner aparece vinculada formalmente en la causa de la muerte del fiscal Alberto Nisman.
La madre del fallecido funcionario judicial forma parte de la querella y solicitó mediante un escrito dirigido al juez Julián Ercolini que se investigue si existió alguna responsabilidad de la dos veces presidente argentina en el asesinato de su hijo.
Sara Garfunkel, madre de Nisman, también pidió a la justicia que se modifique la calificación de “homicidio simple” por “homicidio calificado”. Para la querella también es necesario readecuar las indagatorias del fiscal informático Diego Lagomarsino (quien le dio al fiscal el arma con la que se produjo el disparo) y de los cuatro custodios asignados el día que Nisman apareció muerto con un disparo en la cabeza.
Para Garfunkel existió un plan para asesinar a su hijo e intentar hacer parecer la escena del crimen como un suicidio. Para esto, la madre del fiscal considera que los custodios tuvieron que haber sido parte del homicidio.
En el escrito presentado ante Ercolini, Garfunkel solicita también que se investigue gran parte del entorno de la exmandataria, como el grupo de choque “Quebracho”, el exjefe del Ejército, actualmente detenido por violaciones a los Derechos Humanos, César Milani, y también a Sergio Berni, quien al momento de la muerte de Nisman fuera Secretario de Seguridad.
Uno de los custodios apuntados por la madre del fiscal, Rubén Benítez, declaró, al igual que Lagomarsino, que Nisman buscaba conseguir un arma “para proteger a sus hijas”. Esta es la versión con la que el asistente informático justificó la supuesta entrega del arma que causó el disparo que terminó con la vida de Nisman.
Benítez y el resto de los custodios fueron pasados a disponibilidad por haber generado una “zona liberada” el fin de semana que murió Nisman.