Ya existe un acuerdo mayoritario sobre la inutilidad de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). Inclusive el presidente Mauricio Macri manifestó que luego de las elecciones de octubre intentará derogarlas. Fuentes cercanas al Poder Ejecutivo confirmaron que se evaluó hacerlo este año antes de las primarias de agosto, pero que se descartó el proyecto por considerar que había poco plazo para implementar la modificación electoral.
En la provincia de Buenos Aires, los tres espacios mayoritarios no irán a internas, por lo que las listas de Cambiemos, Un País (Massa y Stolbizer) y Unión Ciudadana (Cristina Kirchner) repetirán la misma papeleta en agosto y en octubre.
Desde 1994 las provincias que eligen senadores nacionales lo hacen con dos salientes por la mayoría, y uno por la primera minoría. A pesar de que las fuerzas marginales no tengan ninguna oportunidad de acceder a una banca en el senado, el Estado gastará una fortuna para que un partido neonazi imprima sus boletas.
Resulta que el partido Bandera Vecinal presentará seis candidatos a senadores, para sus diferentes opciones que coincidirán con la candidatura de Alejandro Biondini para diputado.
Dado que la Dirección Nacional Electoral debe garantizar que al menos exista una boleta de cada opción que se presente, y que la provincia de Buenos Aires tiene 12 millones de electores, Bandera Nacional tiene “derecho” a que se le garanticen 84 millones de papeletas impresas.
De esta manera el espacio cuyo líder revindica a Adolf Hitler recibirá casi 20 millones de pesos (aproximadamente un millón doscientos mil dólares).
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Biondini buscó durante años poder participar de elecciones con diferentes agrupaciones, como el Partido Nuevo Triunfo, pero, dado su nazismo explícito, la justicia le impidió presentarse al debate electoral.
El cambio de estrategia, de la mano de un partido llamado Bandera Nacional, que se denomina “nacionalista”, pero que dejó de hacer referencias al nacional socialismo alemán, le permitió acceder a las elecciones y al financiamiento público.
En las últimas primarias de la Ciudad de Buenos Aires en 2015, Biondini quedó descalificado y ni siquiera pudo competir en las elecciones definitivas, ya que su espacio obtuvo un 0,13 % (2418 votos) y es necesario un mínimo de 1,5 % para presentar candidaturas.
Cabe destacar que el Estado argentino no imprime las boletas, sino que les da el dinero a los partidos políticos que lo hacen de manera privada y luego presentan la facturación correspondiente.
Fuente: La Nación