En Argentina la inflación comenzó a retroceder levemente, pero está lejos de situarse en los índices de los países medianamente normales.
Los reclamos, que se generan por los diversos aumentos, hasta el momento no hacen otra cosa que producir legislación y políticas públicas contraproducentes como los controles de precios.
Desde el peronismo se busca implementar esta clase de regulaciones y el oficialismo, en minoría parlamentaria, busca limitar las consecuencias de algunas leyes, que inclusive, terminan con los diputados de Cambiemos votando a favor.
Ayer en la Cámara de Diputados se dio el debate en comisión sobre la ley aprobada en el senado que intenta regular los precios de los alquileres. Esta propuesta legislativa modifica de dos a tres años el período mínimo de alquiler y actualiza los montos mediante índices de inflación oficiales.
Hoy Argentina recuperó las estadísticas confiables, pero de haber estado en vigencia la ley durante el kirchnerismo, los resultados hubiesen sido graves.
Consultados en exclusiva con PanAm Post, dos prestigiosos economistas (Roberto Cachanosky y Ricardo López Murphy) advirtieron que la ley en cuestión no solucionará la dificultad actual para alquilar un departamento en Argentina, sino que la complicará.
Por su parte Ricardo López Murphy hizo énfasis en que en general “no se comprende el problema económico de usar el capital”. Para el exministro y dos veces candidato a presidente de Argentina, se suele confundir la oferta determinada de un bien, pensando que se mantendrá inalterable, pero cuando se implementan restricciones entre los contratos libres la disponibilidad en el mercado se retrae.
“Argentina tuvo un problema muy notorio con los controles de precio en materia de alquileres luego de la Segunda Guerra que duró más de treinta años”, resaltó López Murphy.
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Mientras que Roberto Cachanosky también recordó el historial fallido en materia de regulación de alquileres:
“En la época de Perón, en los setenta, no había nada para alquilar. Era un drama. No había oferta. Una vez que se liberaron los precios, los propietarios te ofrecían cualquier cosa para que no te vayas del departamento. En los ochenta con la vuelta de las regulaciones nuevamente se redujo la disponibilidad y en los noventa, cuando aparecieron los créditos hipotecarios, la gente prefería comprar a pagar un alquiler. Era fácil, si el dueño no te pintaba el departamento podías alquilar tranquilamente en la misma cuadra”.
Para Cachanosky los altos precios del mercado de hoy tienen, además de la inflación, el problema de la falta de competencia por la dificultad de comprar una vivienda, por lo que todo el mercado inmobiliario se vuelca al alquiler:
“Los alquileres no compiten con la compra porque no hay mercado de capitales. No hay moneda ni crédito hipotecario”.