A poco más de un año del triunfo de Cambiemos y ante las dificultades económicas que enfrenta el gobierno de Macri, el peronismo vuelve a copar el debate electoral y a ofrecerse como una opción superadora. Como de costumbre sin ninguna autocrítica de sus sistemáticos desastres.
Dentro de este espacio vuelve a surgir la figura de la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, que podría ser candidata a senadora en la provincia de Buenos Aires.
Para el destacado filósofo argentino Gabriel Zanotti la vigencia del peronismo es un “drama cultural” más que político partidario, así lo dijo en exclusiva para el Panam Post.
“Europa sería lo que fue en los 30 si en Italia existiera aún un partido mussoliniano, en Alemania un nacionalsocialismo o en España un partido franquista”.
Para Zanotti el problema no termina en el peronismo, sino en que el resto de los partidos han copiado sus costumbres.
“El único anti-peronista real es un liberal clásico. Todos los demás son peronistas culturales”.
Este problema no es nuevo. El filósofo señala que para 1955, Juan Domingo Perón pierde el poder a causa de su enfrentamiento con la iglesia. A partir de ese momento el antiperonismo se caracterizó exclusivamente solo por la oposición a Perón como persona. “La concepción del poder y la visión sobre la economía es la misma”, advirtió.
“Que muchas personas cultas se autodenominen peronistas, que estudien y practiquen la doctrina del líder y que canten la marchita promarxista (que señala la necesidad de combatir al capital) es una muestra del drama al que me refiero y parte de la explicación de la decadencia argentina”.
¿Crees que el desastre que dejó el kirchnerismo afectó la imagen del peronismo como movimiento cultural?
El kirchnerismo es irredimible. Lamentablemente el peronismo está lejos de estar muerto y puede renovarse permanentemente. La muerte del peronismo tendría que ser la muerte cultural de lo que significa y eso no va a suceder.
Zanotti, en este mismo diálogo, señaló que se necesitaría un “cataclismo semejante al de la Segunda Guerra Mundial, que enterró culturas como la del nacionalismo japonés”.