Luego de más de una década del proteccionismo más absurdo e ineficiente, al menos un sector de la economía parece dar vuelta la página hacia un modelo más civilizado.
Por medio de un decreto el presidente Mauricio Macri decidió eliminar los aranceles a la importación relacionados al sector informático.
En los fundamentos del texto, que ya cuenta con críticas de los empresarios del sector y sus sindicatos, el Poder Ejecutivo destaca:
“La posibilidad de acceso a las nuevas tecnologías resulta esencial para el desarrollo económico y social de nuestro país, brindando el marco adecuado para alcanzar una mayor eficiencia en el uso racional de la energía”.
Luego de los 12 años del kirchnerismo y su política proteccionista Argentina llegó a tener las computadoras más caras en toda la región.
De esta manera el Boletín Oficial de hoy pone en vigencia el Decreto 117/2017 y se esperan nuevas movilizaciones en protesta del gremio de Antonio Caló, UOM (Unión Obrera Metalúrgica).
El diputado nacional de Unión por la Libertad (Frente Cambiemos) José Patiño se mostró a favor de la medida y en diálogo exclusivo con Pan Am Post manifestó:
“La medida viene a corregir una distorsión en un sector de la economía fundamental para la creación de empleos en el Siglo XXI. Hasta hoy comprar una computadora en Argentina salía un 50 % más, que por ejemplo en Chile”.
Varios think tanks y centros de estudios argentinos dedicados a difundir ideas de apertura económica defendieron la resolución en cuestión. Pablo Benitez Jacod, titular de la Fundación Progreso y Libertad de la provincia de Neuquén resaltó a este medio:
“Juan Bautista Alberdi, responsable de nuestra Constitución, sostenía que el espíritu de la prohibición y de la exclusión es la antítesis de la libertad industrial. Para él lo que hoy conocemos como proteccionismo era el más torpe de los privilegios”.
Para Jacod el proteccionismo, inspirado en ideas socialistas, genera organismos que buscan generar desarrollo y diversificar las economías regionales, pero lo único que hace es elegir ganadores y perdedores arbitrariamente, bajando la productividad y subiendo los costos para los trabajadores.