EnglishCuando Nicolás Maduro ganó la presidencia de Venezuela en 2013, se autoproclamó el “presidente de los trabajadores”. Sin embargo, sindicalistas de las industrias mineras en Guayana, en la región sudeste del país, no están de acuerdo con el título.
Por casi cinco años, trabajadores de la estatal Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (SIDOR) han estado negociando un convenio colectivo con el gobierno, sin éxito aparente. Por el contrario, estos trabajadores, que alguna vez apoyaron las expropiaciones de estas mismas industrias, ahora dicen que han sido traicionados por el politburó chavista.
Durante una conferencia de prensa el miércoles, el presidente de la Asamblea Nacional y vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, no se dejó impresionar y devolvió el golpe. En sus fuertes declaraciones sobre los sindicatos, se refirió a ellos como “mafias”.
Ya desde hace varios meses los sindicatos han liderado protestas y huelgas para forzar al gobierno a cumplir sus promesas. Sin embargo, de acuerdo a Cabello, las acciones sindicales solo buscan “afectar la productividad de la compañía como parte de un plan más grande para desestabilizar al país”.
“Están demandando condiciones que son imposibles de alcanzar”, explicó Cabello.
“No quieren ver a la empresa en funcionamiento, y perjudican a miles de trabajadores que quieren trabajar”, declaró con firmeza Cabello.
“Nada va a funcionar”, dijo, “si los trabajadores no están comprometidos verdaderamente y no se distancian de estas mafias sindicales que están dañando a la empresa —no sólo SIDOR, sino que también todas las demás empresas de Guayana”.
“No podemos negociar un acuerdo colectivo que la empresa no es capaz de cumplir, no tiene sentido”, continuó Cabello. Mencionó que desde octubre pasado, la siderúrgica sólo ha funcionado durante 90 días debido al “sabotaje” liderado por estos “grupos irregulares”.
De los 14.000 trabajadores de SIDOR, hay alrededor 2.000 personas que trabajan exclusivamente para el sindicato. En otras palabras, obtienen un salario de la empresa siderúrgica sólo por conformar el sindicato. De acuerdo a Cabello, estos individuos le cuestan al estado unos Bs. 1,4 mil millones por año (aproximadamente US$18,9 millones).
“En ningún otro lado sucede esto que pasa en Venezuela; en ningún sindicato. Es una aberración. Estos 2.000 individuos… están al frente para bloquear las calles y atentar contra todo el pueblo de Guayana”. Cabello además rechaza que los integrantes de este grupo se refieran a sí mismos como parte del PSUV o como “revolucionarios”.
“Es una actitud contrarrevolucionaria porque es contra el país, pues mientras SIDOR está parada se disminuye la meta (de construcción) de viviendas. Eso afecta al pueblo. Eso no es revolucionario, y tenemos que criticarlo”.
En 1997, SIDOR fue vendida al sector privado. Sin embargo, en 2008, el entonces presidente Hugo Chávez nacionalizó la acerera localizada en el estado de Bolívar.
Para el régimen, el problema es que el sindicato de SIDOR no es el único que demanda negociación colectiva, mejores salarios y mejores condiciones de trabajo. Alrededor de 2.000 trabajadores de 55 sindicatos de diferentes industrias realizaron protestas el miércoles en el estado de Carabobo.
Julio Polanco, de la Federación Unitaria de Sindicatos Bolivarianos del Estado de Carabobo (FUSBEC), rechazó las acusaciones de Cabello y señaló que su organización apoyó a Chávez durante las expropiaciones. Polanco enfatizó en la importancia de que el gobierno escuche sus demandas antes de que la situación se convierta en una “bomba de tiempo”.
“Si logramos que un gran porcentaje de los trabajadores se atrevan a salir, aquí nadie va a parar eso y no nos van a detener. En el marco de la protesta pacífica vamos a salir a las calles”.
Las controvertidas declaraciones de Cabello fueron igualmente rechazadas por otra agrupación chavista. Marea Socialista, un movimiento de base dentro del chavismo, publicó una respuesta al vicepresidente del PSUV.
“Lo que ignora Cabello es que en la empresa permanentemente hay paralizaciones en las distintas áreas por falta de insumos y repuestos”. De acuerdo al grupo, la crisis operativa de SIDOR se intensificó a causa del “supuesto financiamiento” que Maduro aprobó pero nunca llegó a la compañía. “Nunca se supo a dónde fueron a parar [el dinero y las inversiones]” afirmaba el comunicado.
El grupo también destaca el hecho de que desde que la siderúrgica fue nacionalizada hace seis años, ha tenido seis presidentes diferentes al frente de la empresa.
China primero
Entre sus críticas, Marea Socialista tampoco está de acuerdo con la prioridad que le otorga el Gobierno a las exportaciones a China por sobre la producción doméstica venezolana. El grupo explica que en 2012 el directorio decidió deliberadamente reducir la producción de la empresa, para que Ferrominera —una empresa estatal que se dedica a la extracción de hierro— pudiera redireccionar el hierro a China, y de esta manera cumplir con los cupos acordados.
“¿Qué tienen que ver los trabajadores y los conflictos sindicales con estas decisiones? ¿Quién se beneficia con la baja productividad de SIDOR y que haya más mineral de hierro para exportar? Los trabajadores seguro que no… ¿Por qué son ellos los que deben pagar con sus beneficios las ineficiencias de los funcionarios?” cuestiona el comunicado.
Aunque Maduro prometió que el gobierno subsidiará todos los acuerdos colectivos de las empresas estatales por el término de dos años hasta que recuperen su productividad, la promesa nunca se hizo realidad. Cabello ahora afirma que el gobierno no puede garantizar un acuerdo colectivo si no es productivo.
“Una vez más, mientras prepara la ‘paz económica’ con los empresarios, el gobierno elige la confrontación con los trabajadores que son la base social del Proceso Bolivariano”, concluye el comunicado del grupo chavista que apoyó la nacionalización de la acerería.
Marcela Máspero, Marcela Máspero, presidente de la Unión Nacional de Trabajadoes de Venezuela (UNETE), visitó recientemente a los trabajadores de SIDOR en Bolívar, y brindó declaraciones a PanAm Post.
“El gobierno está empleando una estrategia de mantenerlos contra las cuerdas, y eventualmente eliminará a los sindicatos. No podemos permitir, bajo ninguna circunstancia, que [el Gobierno] cuestione los derechos de los trabajadores”, afirmó Máspero.
“Ahora, el trato del Gobierno es: si hay productividad, los trabajadores recibirán su paga. Los trabajadores no pueden ser responsables por la productividad de la compañía. Ha habido numerosos cambios en el directorio, la planta está en condiciones terribles, y hay conflictos entre los propios trabajadores”.
Entre 2004 y 2007, cuando funcionaba como una empresa privada, la producción de SIDOR superó las 4 millones de toneladas liquidas de acero por año. Para el año 2013, sin embargo, la producción de la siderúrgica disminuyó hasta las 558.404 toneladas por año.
“¿Por qué el gobierno no verifica a dónde ha ido todo el dinero que han invertido en Guayana?” pregunta Máspero. “Por ejemplo, los US$800 millones que supuestamente fueron asignados a Alcasa [la planta estatal de aluminio]; nadie sabe a dónde fueron. La planta está tan deteriorada como siempre”.
Los sindicatos en Guayana son representados por la Fuerza Bolivariana de Trabajadores y son oficialmente integrantes del PSUV. “Es inaceptable que a Diosdado Cabello no le importe y haya ofrecido esas declaraciones”, advierte Máspero. “No lo permitiremos, y no renunciaremos a las calles hasta que nuestras demandas sean escuchadas”.