EnglishExtorsiones y secuestros por los cárteles de droga bajo un Estado fallido, ha llevado a varios habitantes de México a formar sus propias milicias o grupos de autodefensa. Este es el caso del estado Michoacán, al oeste de México, donde grupos autodefensa han surgido para proteger a los civiles desarmados, de los Caballeros Templarios, el cártel de droga más grande de la zona.
Con gran apoyo de los habitantes, los miembros de esta milicia han logrado que el cártel vaya perdiendo terreno. Un video grabado el pasado domingo, donde se muestra el conflicto entre ambos bandos, confirma que miembros del cártel han preferido entregarse antes que seguir peleando.
Esta victoria ha puesto en duda el rol protector del Estado. El gobierno ha enviado al ejército federal a controlar este grupo anti-cártel, a pesar del apoyo recibido por habitantes frustrados, e indirectamente a proteger la red criminal.
Civiles toman la justicia por sus propias manos
“Somos civiles” dijo José Manuel Mireles, líder de los grupos autodefensa. “Queremos justicia. Cuando no hay justicia en una ciudad, cuando no hay Estado de Derecho en una ciudad, la gente tiene que hacerse justicia por sus propias manos”. Mireles dijo que la su milicia no guardaría las armas, hasta que el gobierno arreste los líderes del cártel, y demuestre que puede devolver la vigencia del Estado de Derecho.
La población local, campesinos, maestros y comerciantes han creado estos grupos de auto-defensa para luchar contra el cártel, y su presencia no ha sido desapercibida. Durante el último año, la espiral de violencia se ha desatado. Progresivamente, esta milicia ha tomado el control de casi todos los territorios circundantes de Apatzingán, el bastión de los Caballeros Templarios. De acuerdo a Mireles, los grupos autodefensa ya tienen control sobre 28 ciudades, casi un cuarto del estado.
La noche del domingo, la milicia ocupó Nueva Italia, el último pueblo que quedaba para terminar de rodear Apatzingán. Sin embargo, esto no transcurrió pacíficamente, al contrario, explotó un conflicto violento entre ambos grupos.
Los habitantes locales han expresado abiertamente su apoyo por los grupos autodefensa y han repudiado la decisión del gobierno en desarmarlos. Una mujer que no quiso dar su nombre por miedo al cártel, expresó: “ellos (autodefensas) nos defienden, son gente como nosotros, si los desarman van a venir a matarnos”.
Además de secuestros y asesinatos, este cártel se ha ganado especial rechazo local por la extorsión de negocios a través de “tributos” que cobraban sobre la venta de ciertos alimentos y el cobro de cuotas de protección a los habitantes de la zona.
A pesar de lo que los habitantes locales puedan opinar, el Secretario de Gobernación de México ha insistido en que estos grupos actúan al margen de la ley y se ha comprometido a aumentar las fuerzas de seguridad en aquellas áreas ahora dominadas por los grupos autodefensa. Sin embargo, la realidad local parece diferir de estas declaraciones. Los habitantes aseguran que estas milicias están protegidas por los mismos oficiales de policía, e incluso trabajan de manera coordinada en contra de los cárteles de droga.
Gobierno federal busca dialogar
Mientras los grupos autodefensas irrumpían en Nueva Italia, el gobernador del estado de Michoacán, Fausto Vallejo declaraba en una rueda de prensa que lidiaría esta crisis con “mano firme”. No obstante, el conflicto se ha escapado de las manos de las autoridades locales, y han llevado a Vallejo a solicitar formalmente el apoyo del gobierno federal.
Dos días más tarde, Vallejo asistió a un encuentro en Múgica con los grupos auto-defensa para negociar y tratar de llegar a un acuerdo de pacificación. El gobernador, junto a oficiales del Ministerio del Interior y el Ministerio de Defensa Nacional, conversó con líderes representantes de la milicia, Estanislao Beltrán e Hipólito Mora. El grupo ofreció coordinar acciones con el ejército federal en contra de los Caballeros Templarios, pero se negaron al desarme.
Beltrán declaró “Vamos a ir buscando la manera de poco a poco ir guardando las armas” haciendo énfasis en el principal propósito de los grupos autodefensas: ‘limpiar’ el estado del crimen organizado, en concreto, de ‘Los Caballeros Templarios’, y evitar confrontaciones con las autoridades federales”.
Con respecto a la decisión del gobierno de desarmarlos, el segundo líder, Mora expresó: “El Gobierno está empezando al revés, quiere que nosotros dejemos las armas. Ellos (narcotraficantes) vienen y nos ‘chingan’ (molestan), primero que se deje ir el Gobierno sobre ellos y nosotros con gusto nos retiramos”.
Ejército federal interviene, la situación empeora
Este martes, el desacuerdo entre el gobierno y los grupos autodefensa llevó a un enfrentamiento violento con el ejército federal en Nueva Italia, donde la milicia se negó a rendirse y entregar sus armas. Esto sucedió a pesar de la presencia de 11 helicópteros y 70 efectivos militares del gobierno mexicano, quienes brindaban apoyo a las fuerzas de seguridad.
Con los últimos acontecimientos, el conflicto se transformó en una batalla entre el Estado mexicano por un lado, y las autodefensas, el cártel de drogas y los habitantes locales por el otro. Sin embargo, el problema va más allá, cuando la influencia del cártel ha llegado incluso a las autoridades. Fuerzas militares lograron desarmar a los grupos autodefensa y a 200 oficiales de policía de Apatzingán, acusados de actuar bajo las órdenes de los Caballeros Templarios. Como venganza, miembros del cártel incendiaron una farmacia local cerca del palacio municipal en el mismo pueblo de Apatzingán, a pesar de que la zona ya estaba tomada por las fuerzas federales.
Pareciera que la crisis va a continuar. Ayer, los grupos autodefensas declararon que no actuarían más, pero que no se desarmarían. Este enfrentamiento ha sido una de las peores crisis para el estado de Michoacán, donde más de la mitad de la población vive en pobreza, convirtiéndose en epicentro del crimen organizado, cobrando la vida de más de 77 mil personas en los últimos siete años.