España tiene el gobierno más “progresista” de su historia. Con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos gobernando en coalición, el feminismo, el ambientalismo y el animalismo cada vez ganan más espacio. Lo curioso es que pese a encontrarse Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad, una declarada “feminista”, las mujeres no han conseguido mayor protección. Por el contrario, se han rebajado las penas a violadores mientras que se impiden estas rebajas en casos de maltrato animal.
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Al menos 236 depredadores sexuales se han visto beneficiados por la denominada ley “solo sí es sí”. De esta manera se conoce la norma impulsada por Montero que elimina la presunción de inocencia del varón y prioriza el testimonio de la mujer. A la par, permite flexibilizar condenas por violencia sexual, perjudicando a inocentes y beneficiando a acusados declarados culpables de estos delitos.
Hasta el momento han sido reducidas las penas de 217 condenados y 19 han sido liberados. Paralelamente, en la futura reforma al Código Penal para castigar el maltrato animal se incluye una disposición transitoria que evita la revisión de condenas a la baja en estos casos.
PSOE, Compromís y Podemos vetan la petición del PP de Castellón para destituir a Pam y a Montero https://t.co/7jcYuduMru
— okdiario.com (@okdiario) January 23, 2023
Gobierno aprovechó la revisión para derogar la sedición
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, dirige el Ministerio de Derechos Sociales. Desde allí encabezan la «revisión de sentencias». Como en diciembre de 2022 se revisaron las condenas de depredadores sexuales, el gobierno aprovechó para introducir una enmienda a la reforma del Código Penal. Al hacerlo, derogó la sedición. Esto beneficia a separatistas e incluso a terroristas.
Además, la reciente reforma modificó el delito de malversación. Esto también beneficiaría a los dirigentes separatistas, en particular a los condenados por el referendo ilegal que se celebró en Cataluña el 1 de octubre de 2017. La izquierda española ha intentado convertir el “1-O” en una leyenda.
En la gestión de Pedro Sánchez, de la mano de Podemos, se liberó a separatistas. En los últimos meses se ha hecho lo mismo con depredadores sexuales. En todas las acciones han dejado un mensaje claro que no hay igualdad ante la ley. El activismo judicial está cada día más presente en las naciones de habla hispana. Obedece a una corriente dentro de la justicia, el “garantismo”. Se inspira en el filósofo Michel Foucault. Este posiciona al presidiario como víctima de la sociedad y a las fuerzas del orden como represoras.
Crisis de natalidad, lo que ignora el animalismo
Dentro de la corriente victimista, los animales ocupan un lugar privilegiado. El neomarxismo lleva la lucha de clases del marxismo clásico a un enfrentamiento entre etnias, sexos y ahora especies, donde el humano es el opresor y las demás especies los oprimidos. Esto a su vez impulsa una agenda antinatalista e incluso misántropa. Ya en España hay dos mascotas por cada niño. La maternidad ha sido postergada e incluso desplazada.
Decía el filósofo Chesterton que donde hay adoración animal habrá sacrificio humano. Sucedió en el Antiguo Egipto, en la Mesoamérica Prehispánica y en la España de hoy. En nombre del “progreso” hubo un retroceso de siglos. No es un dato menor que bajo este gobierno se empezó a criminalizar a los activistas provida. Estar afuera de una clínica de abortos rezando se penaliza mientras privar de su vida a los más indefensos de la sociedad se financia desde el Estado. En España se gasta casi seis veces más en abortos que en embarazadas en situación vulnerable, según el más reciente informe de la Fundación RedMadre.
Aunque la situación económica es el principal motivo para decidir abortar, el Estado no lo ha abordado como un problema sino que ha presentado al aborto como la gran solución. De hecho, 92,71 % de las mujeres que recibieron ayuda en 2018 decidieron no abortar. Pero en lugar de apoyarlas, el gobierno de coalición socialista impulsa el no darles a las mujeres ni la opción de escuchar el latido del corazón de sus hijos en el vientre, como se implementó en Castilla y León. Esto nuevamente demuestra que para la izquierda “progresista”, que se jacta de feminista, las mujeres no son la prioridad. Y si bien se aplaude que se castigue el maltrato animal, no puede privilegiarse por encima del abuso sexual que padecen muchas mujeres que hoy ven cómo sus agresores salen en libertad o reciben una reducción de sus condenas.