Nadie está por encima de la ley, ni siquiera el presidente de Estados Unidos. Ese es el mensaje que ha transmitido el Departamento de Justicia, el cual forma parte de un equipo que incluye al fiscal federal para investigar documentos clasificados de Joe Biden que se encontraron en noviembre del año pasado, los cuales presuntamente manejaban información sobre Irán, Ucrania y el Reino Unido.
De acuerdo con CNN, se recuperaron diez documentos que datan de 2013 a 2016. Al parecer, se originaron en sus días como vicepresidente. De la misma forma, se conoció que estos textos tenían marcas clasificadas y se mezclaron con materiales privados, como los arreglos funerarios de Beau Biden.
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Aunque los documentos fueron hallados hace dos meses, recién salieron a la luz. La demora resulta sospechosa en cuanto el hallazgo sucedió en vísperas de las elecciones de medio término, pero fue silenciado, probablemente, para no comprometer a Biden y su partido. Si bien su contenido en profundidad no se ha explicado en detalle, sí se precisó que no tienen archivos nucleares.
Sobre este hallazgo, el expresidente Donald Trump también afirmó que China está financiando en secreto el grupo de expertos pro Biden, donde se descubrió este material. Al respecto, el neoyorkino dijo: “¡Guau! ¡El Tanque de Agradecimiento de Biden está financiado por China! ¿Cuánta información más se le ha dado a China?”.
El hallazgo sobre los documentos clasificados
Los propios abogados de Biden descubrieron los documentos clasificados. Anunciaron que corresponden a su periodo como vicepresidente de Barack Obama. Así lo anunció Richard Sauber, abogado especial del presidente.
“Los documentos no fueron objeto de ninguna solicitud o consulta previa por parte de los Archivos. Los abogados personales del presidente han cooperado con los Archivos y el Departamento de Justicia en un proceso para garantizar que cualquier registro de la Administración Obama-Biden esté debidamente en la posesión de los Archivos”, agregó.
Fiscal nominado por Trump estará a cargo de la investigación
Para garantizar la transparencia del caso, el fiscal a cargo no será uno apuntado por Biden ni su partido. El fiscal general Merrick Garland asignó al fiscal federal para el Distrito Norte de Illinois, John Lausch, quien fue nominado por el expresidente Donald Trump. Es uno de los dos únicos fiscales de la era del republicano que siguen con sus cargos. El otro funcionario designado tampoco es beneficioso para Biden. Se trata de David Weiss, quien dirige una investigación sobre Hunter Biden.
El fiscal a cargo deberá investigar cómo el material marcado como clasificado, , que consiste de 10 documentos, terminó en el Penn Biden Center. Queda a apenas un 1,6 kilómetros de la casa Blanca. Este tanque de pensamiento (think tank) está afiliado a la Universidad de Pensilvania y lleva el nombre del presidente de turno.
De acuerdo a la información disponible, el FBI también está involucrado en la investigación del fiscal federal. El Fiscal Federal no no descarta la posibilidad de nombrar un abogado especial.
¿Habrá un “Mar-a-Lago” contra Biden?
Bajo la administración de Biden se investigó por primera vez en la historia a un expresidente y ahora un presidente en curso. La casa de Donald Trump en Mar-a-Lago Florida fue redada con el fin de investigar documentos clasificados, como sucede ahora con Biden. Con la diferencia que no es su domicilio ni hubo una redada, pero el precedente ya está dado.
No obstante, la forma en la que los medios masivos han proyectado el accionar contra cada mandatario dista leguas. Frente a esta dicotomía el comentarista Dinesh D’Souza cuestiona: “En una oración, ¿alguien puede explicar por qué la retención de documentos clasificados por parte de Trump constituye un delito grave, incluso un acto de traición absoluta, que debería impedirle para siempre ocupar un cargo público, mientras que la retención de documentos clasificados por parte de Biden es benigna y sin consecuencias?”.
Para muchos, la investigación contra el exmandatario convirtió a EEUU en una “república bananera” en cuanto al carácter persecutorio contra Trump. Para otros fue ejemplar en cuanto a la igualdad ante la ley. Ahora que un Fiscal Federal investiga los documentos de Biden probará un poco de su propia medicina. Dejó el precedente. Ahora le toca a él.
In one sentence, can anyone explain why Trump’s retention of classified documents constitutes a serious crime, if not outright treason, which should bar Trump forever from holding public office, while Biden’s retention of classified documents is benign and without consequence?
— Dinesh D'Souza (@DineshDSouza) January 10, 2023