El régimen de Daniel Ortega persigue a la Iglesia Católica y ha quedado demostrado de muchas maneras. En primer lugar, deportó a 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta e incluso irrumpió el Palacio Arzobispal y llevó a prisión a siete sacerdotes, uno de ellos es el obispo Rolando Álvarez. Luego de cuatro meses desde su detención, la dictadura sandinista acusó al prelado y lo mantendrá bajo arresto domiciliario.
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Fue el Poder Judicial quien admitió la acusación del Ministerio Público contra el jerarca católico, obispo de la diócesis de Matagalpa; por delitos de “conspiración” y “propagación de noticias falsas” en “perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”. Su siguiente audiencia será el 10 de enero del 2023.
Lastimosamente monseñor Rolando Álvarez no es el único. El régimen de Daniel Ortega ordenó capturar al sacerdote Uriel Vallejos. Como está exiliado, piden a la Policía Internacional (Interpol) intervenir para arrestarlo. “Es prófugo de la justicia” y “la autoridad judicial giró oficio a Interpol para su captura”, según los documentos oficiales.
La noticia causó repudio en la comunidad internacional. Al respecto, el principal encargado del Departamento de Estado de los Estados Unidos para Latinoamérica, Brian Nichols, calificó como un “acto cínico de un estado totalitario” la acusación en Managua contra Álvarez por el presunto delito de conspiración.
“Monseñor Rolando Álvarez es un líder espiritual para millones de nicaragüenses y defensor del diálogo y reconciliación. Representa lo mejor del pueblo nicaragüense”, señaló en un mensaje el secretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental.
Monseñor Álvarez, primer obispo con proceso penal en Nicaragua
Aunque son varios perseguidos, el caso del sacerdote Rolando Álvarez causó conmoción internacional. Es el primer obispo sometido a un proceso penal en Nicaragua. En su primer gobierno (de 1985-1990), Ortega ordenó la deportación a Honduras del obispo de Juigalpa, monseñor Pablo Vega. Sin embargo, en esta oportunidad no fue enjuiciado ni encarcelado ningún sacerdote.
En este caso, las cosas han cambiado, la persecución de Ortega se ha afinado. El obispo Rolando Álvarez fue secuestrado la madrugada del viernes 19 de agosto por agentes policiales del palacio episcopal provincial junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo, después de haber estado 15 días confinados.
La Policía de Nicaragua, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Ortega, acusa al alto jerarca de intentar “organizar grupos violentos”, supuestamente “con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.
Fue ahora, durante el juicio, que se pudo ver el rostro de monseñor Rolando Álvarez. Desde agosto estaba desaparecido, bajo custodia policial. Fueron las primeras imágenes desde que la policía lo puso bajo “resguardo domiciliario”.
Por otra parte, desde el exilio se manifestó monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, quien defendió a su par, porque conoce de primera mano la persecución. El papa Francisco ordenó expatriarlo al Vaticano por las amenazas de asesinato en su contra. El prelado declaró públicamente que no quería abandonar a los fieles, por eso ahora sirve a la comunidad exiliada en Estados Unidos.
Es un crimen lo que hace la dictadura de Nicaragua contra mi hermano obispo, Mons. Rolando J. Álvarez. Ultrajándolo se condenan a sí mismos. ¡Rolando, no estás solo! Estamos contigo, rezamos por ti y exigimos tu libertad. Contigo está Dios, quien no abandona a sus profetas. pic.twitter.com/HsD1VYsK7l
— Silvio José Báez (@silviojbaez) December 14, 2022
Régimen culpa a la Iglesia de un “fallido golpe de Estado”
La violencia contra la Iglesia es porque el régimen la acusa de un “fallido golpe de Estado”. Hace alusión a las manifestaciones de 2018 y 2019, debido a que en medio de la represión por parte del régimen de Daniel Ortega, las iglesias se volvieron santuarios para los perseguidos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos estima que el la dictadura sandinista de Ortega mató 355 personas. Al menos 21 muertos eran policías y 23 menores de edad. El más pequeño murió en el vientre de su madre tras las patadas que recibió en un interrogatorio. En total, las agresiones provocaron 2000 heridos, 1600 detenidos y más de 100.000 exiliados
La solidaridad del Papa con Nicaragua
Vatican News asegura que el Papa ha mostrado solidaridad con Nicaragua. Dos días después de la detención de Álvarez, Francisco expresó su preocupación por la situación en este país centroamericano. Su deseo es que “por medio de un diálogo abierto y sincero, se puedan encontrar aún las bases para una convivencia respetuosa y pacífica”.
No obstante, hay inconformidad entre los fieles y un anhelo de mayor intervención por parte del Santo Padre. El papa Francisco dijo que mantiene “un diálogo” con el gobierno de Nicaragua. Sin embargo, el régimen de Ortega que condenó a un obispo a arresto domiciliario no lo ha confirmado.