El capítulo cuatro de lo que se ha denominado los “Twitter Files” revela que la red social tenía una política exclusiva para el entonces presidente de EE. UU., Donald Trump. Con la colaboración de Elon Musk, el periodista independiente Michael Shellenberger reveló que Twitter imponía un tipo de censura “solo para Trump, distinta a la de otros líderes políticos”.
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Figuras políticas que limitan las libertades de sus ciudadanos y que incluso tienen denuncias por genocidio, se expresan libremente en Twitter. Pero se perfiló exclusivamente a Trump. Líderes de China e Irán e incluso fundamentalistas islámicos han tenido espacio en la red asocial, mientras se silenciaba al líder del “mundo libre”.
Por medio de un hilo en Twitter, el periodista Shellenberger detalló sus investigaciones. Pese a que el entonces presidente Donald Trump pidió a sus simpatizantes recordar que respaldan al partido de la ley y el orden y a respetar a la policía, Twitter usó el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 para eliminar a Trump de la plataforma. Shellenberger asegura que la administración anterior de Twitter emprendió una campaña para “la destitución de Donald Trump: 7 de enero”. “A medida que aumenta la presión, los ejecutivos de Twitter construyen el caso para una prohibición permanente”, explica.
“El 7 de enero, altos ejecutivos de Twitter: crean justificaciones para prohibir a Trump. Buscan un cambio de política solo para Trump, distinta a la de otros líderes políticos. No expresan preocupación por la libertad de expresión o las implicaciones democráticas de una prohibición”, dice la primera publicación. Allí apunta a otro periodista independiente, Leighton Woodhouse.
Presionados para eliminar a Trump
Además, Shellenberger expone que los empleados de Twitter se habían resistido a remover a Trump de la plataforma. No obstante, fueron presionados para lograrlo a medida que se intensificaban las llamadas para expulsar permanentemente al mandatario estadounidense.
Esas llamadas provinieron no solo de los altos directivos de Twitter sino también de las más altas esferas de la política. Una de las denunciantes fue la ex primera dama Michelle Obama. Ella aparece como una de las tantas figuras prominentes que pedían que se impusiera la prohibición a Trump el 7 de enero.
But after the events of Jan 6, the internal and external pressure on Twitter CEO @jack grows.
Former First Lady @michelleobama , tech journalist @karaswisher , @ADL , high-tech VC @ChrisSacca , and many others, publicly call on Twitter to permanently ban Trump. pic.twitter.com/RzNj7WJReg
— Michael Shellenberger (@shellenberger) December 10, 2022
Un ejecutivo “abrumadoramente progresista”
Una vez más se libró de responsabilidad al entonces director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey. Ya se había observado lo mismo en la primera entrega de Elon Musk. En esa ocasión el peso recayó sobre Vijaya Gadde. Esta vez Shellenberger detalla que Dorsey estaba de vacaciones y había delegado gran parte de la responsabilidad en los altos ejecutivos. El encargado habría sido el exjefe de Confianza y Seguridad de Twitter, Yoel Roth. Según Shellenberger, era “abrumadoramente progresista”.
Shellenberger expone lo siguiente en un mensaje en Twitter: “En 2017, Roth tuiteó que había ‘NAZIS REALES EN LA CASA BLANCA'”. Asimismo, “En abril de 2022, Roth le dijo a un colega que su objetivo ‘es impulsar el cambio en el mundo’, razón por la cual decidió no convertirse en académico”.
Dorsey sucumbió a la presión
El periodista independiente insiste en desvincular a Dorsey del incidente. Demuestra que el antiguo CEO de Twitter envió un correo electrónico a los empleados el 7 de enero diciéndoles que debían “ser consistentes” con las políticas “incluido el derecho de los usuarios a regresar a Twitter después de una suspensión temporal”.
No obstante, aclara que “habían estado presionando” a Dorsey por “mayores restricciones en el discurso que Twitter permite en torno a las elecciones”. Finalmente sucumbió.
Vale destacar que en EE. UU. mentir durante un interrogatorio es un delito, por lo cual el posible rol de Dorsey podría ser grave, ya que al igual que Mark Zuckerberg, de Facebook (hoy Meta), tuvieron que declarar ante el Senado. Por un lado, el Partido Demócrata presionaba a ambos para que impusieran censura con la excusa de la desinformación o el “discurso de odio”, mientras que su contraparte, el Partido Republicano, pedía que se defendiera la libertad de expresión y, sobre todo, que no hubiera persecución de forma parcializada.
Lo que queda claro por el momento es que Twitter censuraba a Trump con una política distinta a la empleada para evaluar a otros líderes mundiales. Y si bien Dorsey no habría dado la orden, lo permitió por ser quien tenía la última palabra. El mejor ejemplo de todo lo que se puede hacer o dejar de hacer desde este cargo es Elon Musk, quien tras sustituir a Jack Dorsey se ha dedicado a destapar todo lo que ocurría en la anterior administración.