Un estudio que expone cómo en 58 de las 150 escuelas de medicina acreditadas en Estados Unidos adoctrinan a sus estudiantes en materia racial evidencia cómo está en peligro la educación en la nación norteamericana, en cuanto deja ver cómo las academias priorizan sembrar la división social sobre el conocimiento. Allí los estudiantes aprenden que el racismo es sistémico en las instituciones estadounidenses.
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Las escuelas que fueron examinadas fueron elegidas por sus las clasificaciones de las mejores facultades de medicina de Estados Unidos de US News. El estudio se puede encontrar en la plataforma digital CriticalRace.org que examina los planes de estudios y la capacitación en la educación superior de la teoría crítica de la raza (CRT) desde kínder hasta el final de la educación secundaria. Asimismo, se estudian 500 de los mejores programas de pregrado de Estados Unidos y academias de servicio militar.
William Jacobson, profesor de derecho en la Facultad de derecho de la Universidad de Cornell, creó esta base de datos en expansión para exponer el adoctrinamiento que sufren los estudiantes en EE.UU., desde sus primeros años de escuela. “La educación de la Facultad de Medicina está en crisis, con la ‘justicia social’ y el activismo centrado en la raza que se impone a los estudiantes, profesores y personal”, lamentó.
Sus investigaciones dejaron al descubierto que en lugar de priorizar la salud de los pacientes, la próxima generación de los mejores médicos de Estados Unidos estará más preocupada por la raza de un paciente que las generaciones anteriores. De hecho, en 46 de las 100 mejores facultades de medicina los estudiantes leen los autores Robin DiAngelo o Ibram Kendi, en cuyos libros llaman explícitamente a discriminar.
Esto no se limita a los estudiantes. De acuerdo con Fox News, Jacobson evidenció que en 38 de las 100 mejores escuelas de medicina los profesores y el personal administrativo también son adoctrinados en cuestiones raciales. Llevan la vieja lucha de clases del socialismo del plano económico al racial. Esto se conoce como interseccionalidad, una óptica que no busca resolver los problemas raciales sino de exacerbarlos.
En vez de exaltar la diversidad y las particularidades de cada grupo, los ideólogos detrás de este adoctrinamiento estudiantil pretenden llevar el discurso a la retórica de la guerra perpetua, pues al no poder elegir su etnia, el individuo queda a merced de formar parte del grupo opresor u oprimido. Ya que como la “raza” no se puede cambiar, esta teoría crítica de la raza no transmite la idea de la movilidad social, ni la superación. Entonces no se promueve la idea de mejorar la calidad de vida del otro, sino de quitar a unos para dar otros.
Casi no hay escapatoria
Entre los ejemplos más preponderantes figura el hecho de que la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California modificó su plan de estudios, para que “el plan de estudios básico de justicia y sistemas de salud incluya los temas de racismo sistémico y sesgo en la atención médica”.
Lo mismo han hecho universidades de renombre como Stanford, la Universidad de California, Los Ángeles, la Universidad Johns Hopkins, la Universidad de Yale, la Universidad de Florida, la Universidad de Harvard, la Universidad de Virginia Commonwealth, la Universidad de Virginia y la Universidad de Baylor.
“Debido a que solo hay un poco más de 150 escuelas de medicina acreditadas en los EE. UU., y es tan difícil ingresar a ellas, los estudiantes realmente no tienen opciones. A diferencia de las universidades y los colegios, donde los estudiantes pueden evitar un clima de campus obsesionado con la raza, en las facultades de medicina, los estudiantes tienen que someterse a una educación médica centrada en la raza o renunciar a sus esperanzas profesionales”, “, lamenta Jacobson.
Esto a su vez golpea a la nación en el centro del sueño americano, pues quiebra la idea que en EE.UU. cualquier persona puede prosperar sin importar su origen. Ahora los estudiantes de las escuelas de medicina de Estados Unidos son víctimas de un adoctrinamiento que les enseña que hay oprimidos y opresores perpetuos.
Aunque este discurso impera en el ámbito educativo, existe resistencia. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y favorito para las elecciones del 2024, anunció que «excluirá expresamente» la teoría crítica de la raza que alega combatir el racismo pero en la práctica lo institucionaliza.