El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció su candidatura para la reelección. Aprovechó el discurso de celebración del aniversario de la independencia del país centroamericano para comunicarlo. Aunque el mandatario goza de amplio respaldo, ha despertado preocupación en cuanto Bukele busca la reelección con un dudoso manto constitucional, ya que no está permitida de manera expresa en la Constitución, y con una cuestionada interpretación, los magistrados designados por su partido lo habilitaron desde el año pasado para poder ser candidato para otro periodo.
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“Luego de conversarlo con mi esposa, Gabriela, y con mi familia, anuncio al pueblo salvadoreño que he decidido correr como candidato a la Presidencia en las elecciones de 2024”, anunció Bukele en vivo este jueves en la noche.
Agregó que pretende seguir en la Presidencia para que “podamos continuar este camino que hemos iniciado, el camino que por primera vez en nuestra historia ha demostrado ser el correcto”.
“De seguro, de seguro, más de algún país desarrollado no estará de acuerdo con esta decisión, pero no son ellos lo que decidirán sino el pueblo salvadoreño”, continuó Bukele, en una clara alusión a Estados Unidos, país con el que el ha tenido desencuentros por las preocupaciones expresadas desde la Casa Blanca y desde el Congreso por las denuncias de violaciones a los derechos humanos en El Salvador.
“Un pueblo libre, soberano e independiente”, exclamó Bukele para aprovechar a su favor la fiesta cívica y justificar su decisión de optar por la reelección.
Mensaje a la Nación del Día de Nuestra Verdadera Independencia 🇸🇻 https://t.co/yLf7faeOYq
— Nayib Bukele (@nayibbukele) September 16, 2022
Candidatura de Bukele se logró con dudoso manto constitucional
Las palabras enérgicas del mandatario fueron contrastadas con la preocupación que genera el abuso de poder. En principio, toda república se autoregula por medio de la división de poderes. Pero aprovechando la mayoría que tiene el partido de gobierno en el Poder Legislativo, los magistrados constitucionales fueron destituidos el año pasado por este parlamento que se acababa de instalar con legisladores fieles en su gran mayoría a Bukele.
Entre los nuevos magistrados se encuentra un exasesor del Ejecutivo de Nayib Bukele, un abogado del director de la Policía y un excomisionado del Instituto de Acceso a la Información Pública, que fue elegido por Bukele en un proceso cuestionado. Fueron estos nuevos jueces quienes en septiembre de 2021 revirtieron un fallo de 2014 que prohibía la reelección presidencial.
La decisión fue emanada de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la cual permitió con una muy cuestionada interpretación desde septiembre de 2021 que Bukele pudiera buscar la reelección con un dudoso manto constitucional. Los magistrados ordenaron al Tribunal Supremo Electoral (TSE) permitir «que una persona que ejerza la Presidencia de la República y no haya sido presidente en el periodo inmediato anterior participe en la contienda electoral por una segunda ocasión».
Los cuatro artículos que prohíben la reelección
Lo permitieron pese a que al menos cuatro artículos de la Constitución prohíben la reelección: 75, 131, 152 y 154. En el caso del artículo 131, correspondiente a las atribuciones del Poder Legislativo, se detalla en su inciso 16 que una de estas facultades que tiene la Asamblea Legislativa es: “Desconocer obligatoriamente al presidente de la República o al que haga sus veces cuando terminado su período constitucional continúe en el ejercicio del cargo. En tal caso, si no hubiere persona legalmente llamada para el ejercicio de la Presidencia, designará un presidente provisional”.
Por su parte, el artículo 75, en el que se detallan quienes pierden los derechos como ciudadanos, se incluyen en el numeral cuarto a “los que suscriban actas, proclamas, o adhesiones para promover o apoyar la reelección o la continuación del presidente de la República, o empleen medios directos encaminados a ese fin”.
El artículo 152 enumera a quienes no podrán ser candidatos a presidente, y en el primer inciso se señala “el que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediatamente anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del periodo presidencial”.
Y para que no quedara duda, el artículo 154 establece que “el periodo presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el primer día de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más”.
No obstante, los nuevos jueces leales a Bukele sostuvieron que la interpretación de 2014 es «errónea» y apuntaron que, a su juicio, la Constitución permite que un ciudadano puede ser presidente por un máximo de 10 años. Y para cumplir –parcialmente– con lo establecido en el artículo 152, ordinal primero, agregaron en su sentencia del año pasado que «ha de requerirse al presidente que se haya postulado como candidato presidencial para un segundo período, deba solicitar una licencia durante los seis meses previos». Por lo tanto, Nayib Bukele deberá pedir dicha licencia en diciembre de 2023 y apartarse desde ese momento del cargo.
Mano dura contra el crimen, la receta para lograr el apoyo popular
Pese a los abusos de poder, el presidente Nayib Bukele logra un amplio respaldo nacional. Luego de tres años en la Presidencia, 87 % de la población aprueba su gestión. Pues ha luchado duramente contra el crimen.
Esto ha logrado que cuente incluso con apoyo internacional. Ya algunos aspirantes a la presidencia en otros países han prometido aplicar su fórmula para luchar contra la delincuencia. Por ejemplo, Ciprian Reyes en República Dominicana.
Voy aplicar el MÉTODO BUKELE en la Republica Dominicana pic.twitter.com/HbGhZo2MfZ
— Ciprian Reyes (@ciprianreyes) September 14, 2022
Es cada vez más frecuente leer en redes sociales que los usuarios claman por un presidente con mano dura contra la delincuencia “como Bukele”. Pues en la región impera la Doctrina Zaffaroni, garantista, que ve al criminal no como un malhechor sino como una víctima de la sociedad. Entonces, se ha llegado al punto de no llamar presos a los reos sino “PPLs”, personas privadas de su libertad. Por lo que un presidente que aplica la retórica contraria genera controversia.
Ahora, la pregunta es si estarían dispuestos a tener un presidente como Bukele que busca la reelección con un dudoso manto constitucional tras haber logrado el control de prácticamente todos los poderes del Estado. Pues para emprender su campaña tuvo que usar el Poder Legislativo para destituir a jueces constitucionalistas y sustituirlos con magistrados cuestionados por la cercanía con su administración para así controlar también el Poder Judicial. Es decir, los simpatizantes de Bukele deberán cuestionarse si el fin justifica los medios.