Al menos 10 personas han sido asesinadas y otras 18 heridas con arma blanca en 13 sitios distintos de una población al noroeste de Canadá. Al menos 15 de ellas permanecen hospitalizadas. Las víctimas fueron heridas presuntamente por un par de hermanos identificados como Damien y Myles Sanderson. La saña de estos crímenes activó las alertas en todo el país, donde actualmente existe una campaña de su primer ministro, Justin Trudeau, para prohibir el porte de las armas de fuego.
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Los incidentes se produjeron en una misma provincia, Saskatchewan, en una población mayormente indígena. El espiral de violencia de los hermanos Sanderson inició con el apuñalamiento de una madre de dos niños, un viudo de 77 años y un socorrista.
Más tarde, el cuerpo de Damien, uno de los sospechosos, fue hallado sin signos vitales en un terreno abierto próximo a una vivienda que fue revisada por las autoridades. El cadáver presentaba “heridas visibles”. Su hermano Myles, quien aún permanece prófugo de la justicia, es señalado como el posible autor del crimen, luego de la ola de asesinatos anteriores.
El apuñalamieto masivo ocurrido este lunes en Canadá demuestra que el polémico debate sobre el control de armas no tiene fronteras. Lo que ha generado por años opiniones encontradas en Estados Unidos entre demócratas y republicanos lleva la discusión un paso más allá en su vecino del norte. ¿Se planteará una legislación para restringir el uso de cuchillos? Esta es la pregunta que se hace el analista Peter Schiff.
“Si más canadienses tuviesen armas, alguien les hubiese disparado a estos matones antes de que apuñalaran a muerte a 10 personas”, asegura el experto, quien considera además que prohibir el arma no basta para que desaparezca el crimen, como creen Justin Trudeau y Joe Bien de ambos lados de la frontera. De esta manera, el planteamiento de Schiff apunta al hecho de que no es el arma la que mata sino la persona que la usa, independientemente de si es una pistola o un cuchillo.
Will @JustinTrudeau now demand #knife control laws? After all, if no Canadians had knives maybe these ten people would still be alive. Actually, if more Canadians had #guns maybe someone would have shot these thugs before they stabbed ten people to death!https://t.co/GDEi8xWd73
— Peter Schiff (@PeterSchiff) September 6, 2022
Comentarios como el reseñado con anterioridad abundan en las redes sociales. Hacen hincapié respecto a cómo restringir las armas vulnera a la población. En mayo de este año Trudeau dijo que: “El verano pasado, durante la campaña, algunos políticos dijeron que volverían a legalizar las armas de asalto. No solo les hicimos frente, sino que prometimos ir aún más lejos para proteger a nuestras comunidades. Propusimos invertir para ayudar a las provincias y territorios a imponer restricciones a las armas de fuego dentro de sus jurisdicciones”.
Es por ello que desde aquel momento en Canadá se inició una cruzada para limitar el mercado de las armas de fuego. Al respecto el primer ministro recalcó: “Estamos introduciendo legislación para implementar un congelamiento nacional de la posesión de armas de fuego. Lo que esto significa es que ya no será posible comprar, vender, transferir o importar armas de fuego en ningún lugar de Canadá”.
“Intento más ambicioso del gobierno hasta ahora de restringir el acceso a las armas”
De acuerdo a la Corporación Canadiense de Radiodifusión, la nueva legislación de control de armas es “el intento más ambicioso del gobierno hasta ahora de restringir el acceso a las armas de fuego en este país”.
“Si bien la propuesta no llega a una prohibición total de las armas de fuego, limitaría efectivamente el número de ellas en Canadá”, agregó.
Luego que en Canadá ocurriera esta ola de apuñalamientos, el gobierno de Trudeau enfrentará a una oposición que expone la indefensión de la población. Ahora se deberá medir la opinión pública, sobre todo de los vecinos afectados por el desarme civil y la violencia con armas blancas.