
Demi Minor, quien se declaró “mujer trans”, deberá pagar el resto de su condena de 30 años por el homicidio de su padre adoptivo en una cárcel acorde a su sexo biológico, ya que acogiéndose a la legislación vigente desde 2021 en el estado de Nueva Jersey que permite a los presos ser asignados a centros penitenciarios según su preferencia de género e identidad, consiguió que inicialmente su reclusión fuera en el Centro Correccional para Mujeres Edna Mahan, pero allí dejó embarazadas a dos de sus compañeras.
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En nombre de la inclusión, en lugar de “garantizar derechos” el progresismo expone muchas veces a las mujeres, como ha ocurrido en Reino Unido y Estados Unidos, destacando los casos de Hobby Bingham y Stephen Wood, respectivamente.
En el caso de Demi Minor había llegado tres meses atrás a este centro de reclusión para mujeres, donde según las autoridades tuvo relaciones sexuales con sus compañeras “de manera consensuada”. Luego del traslado al Garden State Youth Correctional Facility, Minor ha denunciado que recibe malos tratos, entre otras cosas porque “por 30 minutos fue llamada constantemente por el pronombre ‘él'”. Por tal motivo, se ha presentado como víctima y ha exigido su devolución a la cárcel de mujeres donde dejó embarazadas a dos reclusas, pues aunque se identifica como mujer preserva sus genitales masculinos. La prensa progresista también ha mostrado excesiva solidaridad con su caso hasta el punto de victimizar su imagen.
Así, por ejemplo, Univisión se refiere a “ella”, obviando al hecho de que tuvo la capacidad de dejar embarazadas a dos mujeres, y destaca que es “blanco de acosos y burlas”. También La República de Perú y El Tiempo de Colombia insisten en referirse a Demi Minor como “mujer trans”. La pregunta es: ¿Cómo una mujer puede embarazar a otras?
El caso de Stephen Wood
Uno de los casos más destacados es el de Stephen Wood, quien fue condenado a prisión por dos denuncias de violación y múltiples delitos sexuales. Esta persona se cambió el nombre a Karen White. Una vez que asumió una identidad femenina, pudo ir a una prisión de mujeres. Allí abusó sexualmente de varias reclusas, cuatro de las cuales presentaron sus respectivas denuncias.
Su prontuario tiene décadas de abusos. En el año 2001 estuvo preso por abusar sexualmente de una menor. Pasó apenas un año y medio en prisión. Al salir, se dedicó a ser draq queen: disfrazarse como mujer con maquillaje y vestimenta de cabaret.
Esto sucedió en el Reino Unido. Casos similares abundan en EE. UU., donde más de 900 hombres están en prisiones femeninas tras declararse mujeres.
¿Género fluido?
Una demanda judicial reveló que para mayo de 2021 al menos siete hombres estaban en cárceles de mujeres en el estado de Washington. Hobby Bingham, condenado por violar a una niña de 12 años, ingresó a una cárcel de mujeres en Washington con el nombre de Andromeda Love. En prisión abusó sexualmente de una reclusa que además tenía un cuadro psiquiátrico. Cuando Bingham recuperó su libertad “volvió a ser hombre”, pues se cortó el cabello y retomó su identidad masculina.
De manera que el sexo de la persona se ha convertido no solo en algo que se puede elegir sino que además se puede variar en el tiempo a conveniencia. Esto se denomina “género fluido”. Ahora hay depredadores sexuales que se aprovechan de la ideología de género, lo cual ha permitido que un criminal de sexo masculino ingrese a una cárcel como mujer, abuse de las presas, pudiendo dejarlas embarazadas, y una vez que cumple su pena, salga y siga su vida como hombre.
Lo más llamativo es que acorde se normalizan conductas como estas, la prensa se vuelve cómplice, a menudo por presión legislativa. En Canadá, por ejemplo, es ilegal referirse a una persona de forma distinta a su “identidad de género”. Entonces, medios como el Toronto Sun le llaman “ella” a una persona capaz de embarazar a otra, cuando eso es una cualidad masculina.
Asesino serial de mujeres se “cambió de sexo”
El caso más escandaloso es el de Douglas Perry, un asesino en serie de mujeres (prostitutas), quien se cambió el nombre a Donna y ahora está en una prisión femenina.
Una compañera de celda, Chero Fread, testificó en su contra. Un medio que recogió su testimonio destaca cómo se refirió al triple asesino como hombre, mientras el portal insistía en referirse a Perry como mujer.
“Diría que el objetivo era reclutarme o convertirme en un asesino”, testificó Fread. “Me dijo… convertirse en mujer era un disfraz para quitarle la presión, que nunca atraparían a una anciana con una enfermedad mental”.
Para garantizarlo, según el relato de su compañera de celda, Douglas R. Perry hizo un viaje a Tailandia en el año 2000 para someterse a una cirugía de reasignación de género para lucir como mujer.
¿Privilegio masculino?
Contrario al discurso feminista que afirma que los hombres gozan de privilegios, el sistema judicial castiga con mayor severidad a los hombres que a las mujeres. Entonces no es sorprendente que cada vez más hombres se declaren mujeres para cumplir con penas menos severas y no sufrir la violencia de sus compañeros de celda.
En lugar de denunciar este abuso, hay medios que llaman mujer a quien abusa del sistema penitenciario y pone en riesgo a mujeres e incluso a las criaturas que son concebidas fruto de un abuso sexual.
Incluso muchos medios insisten en llamar mujer a una persona trans que mantiene sus genitales masculinos y embaraza a sus compañeras, dándole plataforma para retratarse como víctima y promocionando además su blog, mediante el cual pide ayuda para su causa.