Tras morir presuntamente de un impacto en la cabeza, a Solsiret Rodríguez, de 23 años, la decapitaron, descuartizaron su cuerpo y lo escondieron por partes. El delito ocurrió en Perú y data desde agosto de 2016. Los autores confesos de este crimen, Andrea Regina Aguirre Concha y Kevin Alexander Villanueva, se escudaron por años en la narrativa que la joven madre de dos hijas abandonó a su familia. No fue hasta el 2020 que se supo que fue víctima de esta pareja y ese año los detuvieron. Sin embargo, hoy estas personas salen en libertad.
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Y es que el Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria Permanente del Callao (Perú) liberó a los acusados bajo el argumento que su prisión preventiva expiró. El magistrado que preside la causa, Roberto Carlos Sucno Jara, tomó esta decisión luego de que la defensa alegara “exceso de cárcel”. Actualmente, Andrea Aguirre y Kevin Villanueva (quien era cuñado de Solsiret) están siendo procesados como coautores del delito de homicidio calificado. Sin embargo, el Ministerio Público pretende agravar la pena y acusarlos de feminicidio, que implica una condena de hasta 30 años de cárcel.
El femicidio o feminicidio, según la jurisdicción, es un término jurídico que acusa que una mujer fue asesinada por razón de su sexo. Aunque el feminismo alega pregonar la igualdad, logró que penalmente la vida y la muerte de una mujer tenga otro valor. La sanción por femicidio es mayor a la de homicidio. De manera que demora el caso de Solsiret Rodríguez, puesto que Andrea Regina Aguirre Concha, una de las personas involucradas en este crimen, es mujer y feminista. Aquí se quiebra el arquetipo que “los hombres matan a las mujeres por ser mujeres”.
Rosario Aybar, madre de Solsiret, rechaza esta decisión judicial. En medio de su consternación, solo reclama justicia: “No sé a dónde ir, a dónde recurrir, a dónde pedir, por favor, indíquenme. No es justo, ni para mi hija, ni para ninguna mujer que se quede esto en total impunidad. La vida de mujeres y la de mi hija no valen nada. Señores del Poder Judicial explíquenme qué es lo que he hecho mal para que le den esta excarcelación a estos señores”.
Acaban de liberar a la activista feminista que escondía su closet el cuerpo descuartizado de Solsiret Rodríguez, otra activista feminista del colectivo Ni Una Menos, a quien, presuntamente, asesinó en complicidad con su novio.
No veo a Sigrid y Manuela Ramos convocando marchas.
— Verónica 🐍 (@veroisapunk) May 18, 2022
Versiones llenas de contradicciones
A medida que se indaga más en el caso las perversiones se siguen multiplicando. Las declaraciones que salieron de los interrogatorios, demuestran que hubo alevosía al cometer este delito. De acuerdo con Infobae, los examenes de necropsia hechos a los restos de la joven demostraron que fue golpeada con gran violencia con un objeto contundente.
Esto echa por tierra la versión de Andrea Aguirre, quien había dicho que Solsiret Rodríguez murió tras golpearse contra el lavatorio del baño, luego de una discusión que tuvieron ambas féminas y que comenzó cuando la víctima le dijo a su agresora que Kevin Villanueva quería abusar de la joven de 23 años.
Al terminar la discusión con la muerte de Solsiret Rodríguez, la presunta femicida le dijo a su novio lo que ocurrió y entre ambos se encargaron de descuartizarla. Las partes del cuerpo de la joven se distribuyeron entre la pareja. En las investigaciones se descubrió que Andrea Aguirre se bañaba con la cabeza de su víctima y que continuamente la lavaba, reseñó Infobae. La preservó junto a restos de las piernas.
Lo demás que quedaba del cuerpo lo guardó su novio, Kevin Villanueva. Sin embargo, una vez que los detuvieron, el acusado de ser coautor del homicidio declaró que en verdad Andrea Aguirre planificó el asesinato con anticipación, lo cual agravaría la pena de ella.
La muestra más clara del activismo de la acusada es que la Universidad de San Marcos, donde estudió, emitió un comunicado admitiéndolo: “Nos encontramos consternados porque, según las evidencias encontradas hasta el momento, la antropóloga Andrea Aguirre Concha, exvoluntaria de nuestra institución, se encuentra implicada en este execrable crimen. Andrea como estudiante sanmarquina era además activista de derechos humanos y ha trabajado con familiares de desaparecidos, por lo que su responsabilidad y silencio en estos años, hacen más difícil procesar este crimen”.
Ahora el movimiento feminista deberá afrontar la cruda la realidad que una mujer no solo puede matar a otra mujer, sino que incluso puede hacerlo una activista feminista contra otra. Si en verdad el feminismo se tratase de igualdad como alega, sería evidente. Sin embargo, hasta el momento la campaña se centró que la violencia es inherentemente masculin. La evidencia demuestra que no.
Las mujeres pueden ser capaces de realizar actos más atroces. Aquí la feminista, Andrea Aguirre confesando haber descuartizado el cuerpo de Solsiret, también feminista, con la complicidad de Kevin Villanueva. AA convivió con la cabeza de su víctima y ahora será puesta en libertad pic.twitter.com/dXdiPb2XFi
— Catalina Alarcon (@Catalina1221) May 19, 2022