El régimen comunista chino arrestó al obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen, de 90 años. Ahora que Pekín tiene control sobre este territorio bajo la denominación de Región Administrativa Especial, tras más de siglo y medio de colonización británica, la persecución se ha potenciado contra todo opositor y contra quienes les brinda ayuda humanitaria, como el cardenal.
“La Santa Sede ha recibido con preocupación la noticia del arresto del cardenal Zen y está siguiendo muy de cerca el desarrollo de la situación”, dijo temprano el Vaticano en un comunicado.
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Zen fue arrestado junto con la cantante y actriz Denise Ho, la abogada Margaret Ng y el erudito Hui Po-keung. Informes locales sugieren que los arrestos están relacionados con el rol de los tres como fideicomisarios del Fondo de Ayuda Humanitaria 612, que brindó asistencia legal y ayuda financiera a las personas apresadas por participar en las protestas de 2019, que fueron reprimidas por el régimen comunista.
Hui fue arrestado en el aeropuerto cuando estaba a punto de abordar un avión a Alemania el martes, según informaron medios locales. La fideicomisaria Cyd Ho, ya está en la cárcel por su supuesta participación en asambleas ilegales. En cambio el cardenal Zen fue liberado bajo fianza.
#BreakingNews Cardinal Joseph Zen has been released on bail.. pic.twitter.com/H7LKVPDjNY
— Sachin Jose (@Sachinettiyil) May 11, 2022
El cardenal Zen protestó contra la tiranía sanitaria
Zen fue una de las voces más contundentes contra las medidas autoritarias que se tomaron durante la pandemia del coronavirus. Lideró una iniciativa para la recuperación de las libertades civiles.
«No permitamos que con la excusa de un virus se borren siglos de civilización cristiana, para instaurar una odiosa tiranía tecnológica en que personas sin nombre y sin rostro decidan la suerte del mundo confinándonos a una realidad virtual», exclamó mediante un documento, junto a referentes de la jerarquía eclesiástica, dirigido a todas las personas de buena voluntad.
Los firmantes advirtieron que el pánico era un instrumento de control de las personas y la vigilancia de sus movimientos. Denunciaron que estas formas de imposiciones antidemocráticas preludian de manera inquietante un poder mundial que escapa a todo control.
Entre los firmantes estaban los cardenales Jānis Pujats y Gerhard Ludwig Muller, así como el arzobispo Carlo María Viganò, quien fue nuncio apostólico en EE. UU. y autor de la carta dirigida a Donald Trump, poco antes del fin de su presidencia, alertando que así como hay un “Estado profundo” que haría hasta lo imposible por impedir su reelección, también en el Vaticano había una estructura similar que atentaba contra los principios fundacionales.
El papa se vendió a los comunistas, lamentó el cardenal chino
Respecto a esto, el cardenal Zen ha sido enfático en su rechazo a la permisividad del papa Francisco con el régimen comunista chino. Respondió enfáticamente «¡Sí!», cuando le preguntaron si el papa Francisco se vendió a los comunistas.
Aseguró que “Francisco puede tener una simpatía natural por los comunistas porque para él ellos son los perseguidos. Él no los conoce como los perseguidores en que se convierten una vez en el poder, como los comunistas de China”.
Y es que Francisco era un joven sacerdote cuando la última dictadura militar en Argentina aplastó a las guerrillas marxistas y peronistas en la década de los 70.
«Olvidamos que nunca se puede tener realmente un buen acuerdo con un régimen totalitario”, dijo Zen en septiembre de 2018, cuando Francisco firmó un Acuerdo Provisional entre el Vaticano y el régimen comunista de China para el nombramiento de obispos. Cabe aclarar que China, como régimen comunista, no tuvo relaciones con el Vaticano por décadas y estas negociaciones fueron una apertura. No obstante, Zen no las aprobó.
«No van a elegir buenos obispos para nosotros», exclamó Zen. Afirmó además que el régimen elige a los obispos que obedecen al partido. Entonces llamó a los católicos a volver a las catacumbas, pues quienes viven su fe a la luz del día han sido y son perseguidos.
Zen lo conoce de primera mano. Fue condenado a un campo de trabajo forzado en los años de la revolución, cuando se instaló un régimen ateo que perseguía a los fieles.
“Los católicos y otros creyentes eran arrestados y enviados a campos de trabajo. Yo volví a China en 1974 durante la Revolución Cultural, y la situación era terrible, peor de lo que puedan imaginar. Era una nación bajo la esclavitud y olvidamos estas cosas fácilmente», afirmó Zen en el periodo de la negociación entre Pekín y el Vaticano en 2019.
Hong Kong solía ser un refugio para católicos
Muchos católicos como él escaparon a Hong Kong en búsqueda de libertad. Pero al tomar los comunistas el control de este territorio, se volvieron objeto de persecución nuevamente. El más destacado es Jimmy Lai, católico que huyó en un barco pesquero agujereado y en Hong Kong se volvió multimillonario. Su fortuna ronda los 1000 millones de dólares. Por defender la libertad de expresión, de prensa, de asamblea y de culto podría incluso estar encerrado de por vida. Desde prisión anunció: «El Señor está sufriendo conmigo».
Ahora la esperanza de incontables fieles es que quien ocupa el trono de San Pedro se conduela con el dolor de los perseguidos y Francisco sea tan implacable contra el comunismo como lo fueron sus predecesores.