Faltan pocos días para las elecciones en Chile. El último debate presidencial se caracterizó por la tensión. En medio de las discusiones, el candidato José Antonio Kast sacó una bandera de Cuba para solidarizarse con la lucha contra el comunismo.
Este 15 de noviembre los cubanos tenían planificada una manifestación masiva contra la dictadura castrocomunista. Pero fue violentamente frustrada por el régimen de partido único. Los manifestantes que fueron detenidos o se les impidió salir de sus casas recibieron de inmediato el respaldo del candidato que se ha comprometido a impedir el avance del comunismo en Chile.
Contrario a los partidos de la coalición del izquierdista Gabriel Boric, que respalda a las tiranías que imperan en la región, Kast se mostró comprometido con la defensa al pueblo que las resiste e implacable con los políticos que respaldan a los tiranos.
“En algún momento se hará la libertad para cada uno de ustedes”: José Antonio Kast muestra una bandera de Cuba en su primera intervención en el #DebateAnatel2021
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— T13 (@T13) November 15, 2021
La esencia del comunismo es internacional, viola la soberanía de las naciones y se propaga. En el continente americano ha sido Cuba el propagador. En la década de los 70 le tocó a Chile y Argentina detener el avance.
Por eso Kast se enfrenta no solo al presente sino también al pasado. Pues defiende el legado que convirtió a Chile en el país más próspero de la región, luego de haber sido el segundo más pobre; después de Haití.
La generación actual no lo sabe, pero en 1973 Chile estaba encaminada a convertirse en lo que son hoy Cuba y Venezuela. El “cacerolazo” nació en las calles de Santiago, ejecutado por las amas de casa chilenas que protestaban con ollas vacías (cacerolas) por la falta de comida en el Chile de Salvador Allende, socialista que expropió fábricas y puso a guerrilleros a resguardo de productos agrícolas.
Como los jóvenes no vivieron el hambre y las filas para comprar comida, como sucede hoy en Cuba y Venezuela, Kast se enfrenta a sus rivales políticos que pretenden romantizar esa era y la ideología que está detrás.
Antes de los disturbios de octubre de 2019, la pobreza en Chile era menor a 8,6 %, la más baja de la región. Sin embargo, los manifestantes incentivaron los disturbios que dejaron graves destrozos en el metro más moderno de Sudamérica. El objetivo no era disminuir la pobreza sino la riqueza en aras de igualdad.
Estadísticamente se ha demostrado que acorde mayor es la intervención del Estado en las escuelas mayor es el adoctrinamiento a favor del comunismo.
“El adoctrinamiento político de los niños en las escuelas, por parte de quienes están llamados a educarlos, es una forma de violencia y de vulneración de sus derechos, y por ello además de las acciones que hemos empujado a través de la Superintendencia de Educación y Defensoría de la Niñez, oficiaremos al INDH (Instituto Nacional de Derechos Humanos) y apoyaremos una reforma legal parlamentaria que permite incluso quitar el reconocimiento oficial a colegios que promuevan o toleren, de modo reiterado, esta infracción a la libertad de enseñanza”, declaró la entonces ministra de educación de Chile, Marcela Cubillos.
Por esta razón el candidato José Antonio Kast busca combatir el comunismo desde la raíz, velando por la libertad del país caribeño que ha exportado este mal a toda la región y evitando que llegue a la nación más próspera.
La Dictadura de Ortega en Nicaragua no admite ambiguedad. ¿Gabriel Boric va a aceptar al Partido Comunista en su campaña? ¿Los cómplices de las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua? pic.twitter.com/H9ZWlYoipV
— José Antonio Kast Rist 👍🇨🇱 (@joseantoniokast) November 12, 2021
Mientras tanto, su principal rival, a quien ha desplazado al segundo lugar en la mayoría de las encuestas, Gabriel Boric, todavía lidia con un aliado como el Partido Comunista, que respalda abiertamente a las tiranías de la región.
Aunque los jóvenes izquierdistas romantizan al socialismo desde la teoría, es posible ver cómo se aplica en la práctica y los líderes regionales han demostrado que una vez que toman el poder no lo sueltan si no es por la fuerza.
Entonces los chilenos deberán decidir si volver hacia el camino del hambre y dependencia o aplicar la receta que los llevó a la prosperidad.