Ante la reciente reunión del papa Francisco con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el Vaticano, el mandatario aprovechó la falta de testigos para alegar que cuenta con el aval del Santo Padre, pese a su postura frontalmente proaborto.
Si bien Biden reconoció que nunca habló del aborto delante del papa, sacó provecho que por la pandemia del coronavirus no era posible el acceso de la prensa y comentó que Francisco dijo que el demócrata era un “buen católico” y que puede tomar la comunión.
El Vaticano no ha reconocido dichas afirmaciones, pero tampoco las ha negado. Frente a esta ambigüedad, el obispo Thomas Joseph Tobin —autoridad eclesiástica de Providence, en Rhode Island— destacó en redes sociales que la Iglesia necesita un Juan Bautista para que enfrente al Herodes de nuestros días.
Hace alusión al tiempo de Jesús, cuando el rey Herodes mandó a matar a todos los bebés recién nacidos.
I fear that the Church has lost its prophetic voice. Where are the John the Baptists who will confront the Herods of our day?
— Bishop Thomas Tobin (@ThomasJTobin1) October 29, 2021
Con los precedentes que Joe Biden ha tenido cuando se trata de manejar políticas con respecto a la denominada “la interrupción voluntaria del embarazo”, las interrogantes se enfocan en precisar si efectivamente hay ciertas similitudes entre esta personalidad bíblica y el mandatario estadounidense.
Por ejemplo, el demócrata en el transcurso de su mandato revocó la enmienda Hyde, la cual prohíbe que los fondos federales de Medicaid y otros programas paguen abortos. De acuerdo con el Catholic Legislative Network, esta prohibición ha salvado la vida de más de dos millones de niños no nacidos en Estados Unidos.
“Biden apoyó la Enmienda Hyde durante sus 36 años en el Senado, pero revirtió su posición mientras se presentaba a la candidatura presidencial demócrata en el 2019”, recalca el portal estadounidense.
Asimismo, el mandatario dio un paso más allá sobre este tema. En tal sentido, revocó el Acuerdo de la Ciudad de México. Este dictamen impedía financiar abortos en países del tercer mundo. Es decir, a partir de su gestión, no solo habrá mayor acceso para hacerlo, sino que además quienes están en contra de dicha práctica tendrán que financiarlo, contra su voluntad y sin posibilidad de negarse.
Lo más peligroso es que el Partido Demócrata promueve la reducción de población en los países pobres como herramienta contra el “cambio climático”. Así lo declaró el precandidato a la presidencia, el socialista Bernie Sanders. En campaña respondió a la pregunta: “¿Qué haría contra el cambio climático?”. Su respuesta fue: revocar el Acuerdo de la Ciudad de México.
De manera que para salvar el planeta, el Partido Demócrata propone que haya menos gente. Esta lógica misántropa va de la mano de la agenda ambientalista actual y obedece a un relato que acusa al ser humano de ser el problema y no la solución. Por ende, justifica la reducción de población en nombre de su salvación.
La gira de Biden y la agenda del cambio climático
No es casual entonces que Joe Biden haya aprovechado la visita al Vaticano para iniciar su gira por Europa, ante la cumbre del cambio climático y arengar el apoyo del sumo pontífice, que en consecuencia anunció la corresponsabilidad para combatir el impacto ambiental.
De regreso de su reciente viaje a Eslovenia, país que padeció el comunismo el siglo pasado, en medio de una serie de preguntas, la prensa interrogó a Francisco respecto sobre su postura frente al aborto. En esta ocasión, el prelado contestó: el aborto es asesinato.
Por eso y más muchos miembros de la jerarquía de la Iglesia reprochan la permisividad de Francisco con Biden que está excomulgado de facto, dado que atenta contra el derecho canónico. Todo promotor del aborto pierde el privilegio de tomar la comunión por latencia.
Esto va en total contravención no solo de la doctrina de la Iglesia, sino además del pronunciamiento oficial de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos que estableció por voto mayoritario que los políticos que promueven el aborto están excomulgados.
Ya un legislador de Nuevo México fue el primer caso, en el cual no pudo recibir la comunión por causa de su apoyo a políticas que atentan contra la vida y la dignidad humana desde la concepción.
Dentro de la Iglesia hay una tendencia firme en la defensa de la doctrina. A la par hay una corriente “progresista” que busca flexibilizarla, entre ellos el cardenal y arzobispo de Washington, D.C. que anunció que no le negará la comunión a Biden; mientras ya en Carolina del Sur un sacerdote no lo permitió durante la campaña presidencial.
Francisco responde más a la vertiente “progresista”. Se ha destacado por su misericordia y atender a quienes más salvación necesitan (por no decirlo de manera más agresiva). No obstante, ha generado incomodidad entre los fieles por su permisividad con quienes atentan no solo contra la doctrina sino contra la vida misma.