El miedo a la libertad de expresión parece aflorar en algunos dirigentes del Partido Demócrata. Recientes declaraciones de Hillary Clinton demuestran que existe la intención de extender el control a la información más allá de las restricciones que ya imponen las redes sociales, en su mayoría alineadas con la agenda “progresista” que promueven los demócratas. Ahora advierte sobre el “peligro” de los medios conservadores.
La excandidata a la Presidencia de Estados Unidos y dos veces primera dama teme a los próximos movimientos del Partido Republicano. A la mujer que fue secretaria de Estado de Barack Obama le preocupa que las “conspiraciones de los 90 nos hayan llevado al borde del abismo”.
“Siempre ha habido una especie de racha paranoica en la política estadounidense”, dijo Hillary Clinton en una entrevista concedida a The Atlantic, un medio con una línea editorial inclinada a la izquierda “progresista”.
Su advertencia va más allá, al afirmar que “nunca se le dio tal voz, tal plataforma, ni tuvo tanto dinero detrás hasta que vimos el surgimiento de las voces radiales de derecha como Rush Limbaugh y vimos el surgimiento de Fox News. Y luego, por supuesto, Internet simplemente lo puso en esteroides”.
La referencia a los esteroides es una forma de decir que se intensificó o se potenció. En vista de que la prensa es el cuarto poder, los comentarios de Hillary Clinton, siendo una de las mujeres más influyentes en el partido de gobierno, constituyen una amenaza al libre ejercicio ciudadano.
A la vez evidencia cómo y cuánto peligra la narrativa que pretende(n) imponer. Los demócratas parecen sentirse amedrentados por el surgimiento de medios que cuestionan el discurso oficial, a pesar de que la mayor parte de la prensa estadounidense está a su servicio.
Cerrar los caminos a los republicanos
Por medio de la siguiente declaración evidencia el riesgo que estaría percibiendo el Partido Demócrata: “Es una crisis existencial… porque no tengo ninguna duda de que el plan del otro lado es volver a ganar la presidencia, ganen o no el voto popular y el Colegio Electoral”.
.@HillaryClinton tells @JenSeniorNY that she supports abolishing the filibuster because she believes Democrats are dealing with an opposing party that “does not respect the rule of law, does not even respect the process unless it works for them.” #TAF21 https://t.co/wTofUZ5K09 pic.twitter.com/SHyKrNxRbr
— The Atlantic (@TheAtlantic) September 30, 2021
Las declaraciones de Clinton apuntan a los gigantes tecnológicos por haber facilitado el surgimiento de “teorías de conspiración” y por haberle dado a los republicanos una oportunidad para explotar el miedo y la sospecha en la búsqueda de tomar el poder político de forma permanente.
“The audience for anger, for fear, for hatred is so large in America right now. Sadly, much of the responsibility has to lie with the tech companies who have been the channels for creating that kind of information system,” says @hillaryclinton at #TAF21. https://t.co/wTofUZ5K09 pic.twitter.com/UH6eQWeZW0
— The Atlantic (@TheAtlantic) September 30, 2021
La libertad es un fundamento primordial de la identidad estadounidense. Como consecuencia, sus ciudadanos rechazan el control, sobre todo si limita la libertad de expresión.
La intención de poner fin al “filibuster”
Pero no termina ahí. En la misma entrevista, Hillary Clinton dijo que respalda poner fin al “filibuster”, un recurso que permite a los legisladores irrumpir una sesión parlamentaria para postergar su aprobación. Clinton alega que los republicanos no respetan el Estado de derecho, cuando ella está proponiendo abolir un recurso legal.
"It is an existential crisis … because there's no doubt in my mind that the plan on the other side is to win the presidency again, whether or not they win the popular vote and the Electoral College," @HillaryClinton tells @JenSeniorNY at #TAF21 https://t.co/e65mPLPp7N
— The Atlantic (@TheAtlantic) October 1, 2021
Ahora que el partido de gobierno también tienen mayoría en ambas cámaras del Congreso, el filibuster ha sido un recurso vital para frenar propuestas del oficialismo y someterlas a un debate más profundo que requiera aprobación por mayoría calificada y no una mayoría simple que aplastaría siempre a la oposición.
Alegando el respeto a la ley y el miedo al extremismo republicano, Hillary Clinton expone sus intenciones –y las de su partido– de pretender un mayor control sobre la difusión de información, acercándose a un autoritarismo en el que se le niega a la disidencia enfrentar al poder de turno; lo opuesto a la esencia con la cual fue fundado Estados Unidos de América.