De la mano desfilaron el feminismo y el socialismo, como las modas que son, en la alfombra roja del Met Gala. Así como la congresista Alexandria Ocasio-Cortez vistió un traje y cartera que pedían impuestos para los ricos, varias portaron vestidos con consignas de “igualdad de derechos” y los colores tradicionales de las sufragistas. Sin embargo, una de ellas resaltó aún más por su mensaje que decía “penetra al patriarcado”.
La modelo Cara Delevingne, de 29 años, fue la encargada de lucir la estruendosa petición en el evento este año, que estuvo expuesto en su vestuario que simulaba un chaleco antibalas. “Peg” significa penetración anal hacia un hombre por parte de una mujer que se coloca un pene sintético con cinturón.
Delevingne, que no es ajena a la polémica, tuvo una manera de captar la atención de los flashes con un mensaje de un calibre que para unos supone algo reivindicativo, mientras que para otros raya en lo grotesco y también, de una manera lasciva, en lo comercial, que incluso sirve a sus intereses.
Y es que la modelo se ha destacado por sus provocaciones de carácter sexual y no se apena de lucrarse de ello. Solo que ahora las baña de un ideología que se supone feminista. Un ejemplo de esto es la ocasión que mostró su “Palacio de vaginas” durante un tour arquitectónico que ofreció en su hogar, de acuerdo con Page Six.
Asimismo, el medio estadounidense agregó que Delevingne también es copropietaria de la compañía de juguetes sexuales Lora DiCarlo. Así que más allá de un mensaje en favor de la igualdad de géneros… La artista británica usó este “guiño” a la causa y obtuvo publicidad gratis, gracias al mismo evento.
Llevar un overol que diga "Peg the patriarchy" no
soluciona los problemas que padecen las mujeres
#MetGala2021 pic.twitter.com/Pu6CODHT99— La Marinette Ancap | IG: Alitaaa.zp (@Https_Alita) September 14, 2021
Realidades incómodas sobre el feminismo
En teoría, el feminismo busca la igualdad entre el hombre y la mujer. En la práctica, se percibe como una táctica que persigue la implantación de una supremacía, de la mano con la inversión de roles. Es una igualdad a expensas de anular las diferencias, en cierto modo.
De hecho, Beatriz Preciado, teórica feminista, destacó la importancia de la exploración anal como máximo ente que iguale a hombre y mujer, donde ambos pueden ser penetrados. Vale mencionar que la autora ya no es Beatriz, sino Paul, un hombre trans.
Preciado también menciona al capitalismo en sus teorías y vincula toda noción de verdad a lo que es el sexo. Su postura llama a revolucionar todo concepto del sexo para cambiar a la sociedad desde sus entrañas.
Sin embargo, la teoría va más allá. Como el feminismo de tercera ola, que ahora se enfoca en el género, busca que el ser humano trascienda la biología y, por lo tanto, denomina a la masculinidad y feminidad como imposiciones sociales, propone incluso la erotización de otras partes del cuerpo (como los codos) para lograr que los genitales pasen a un segundo plano y no sean más definitorios en la identidad de las personas.
“Por el culo. Políticas anales” es una obra que lo explica a cabalidad y se ha vuelto manual para los cambios sociales que busca Podemos en España cuando pusieron a Beatriz Gimeno, una socialista flagrante, a cargo del Instituto de la Mujer. En una publicación (que luego borró) detalla: “El ano es una de las principales zonas erógenas para hombres y mujeres. Especialmente para hombres. Para que se produzca un verdadero cambio cultural tienen que cambiar también las prácticas sexuales hegemónicas y hetero normativas y que sin ese cambio, que afecta a lo simbólico y a la construcción de las subjetividades, no se producirá un verdadero cambio social que iguale a hombres y mujeres”.
La nueva directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno, quiere una agenda sexual para decirnos lo que está bien y lo que está mal, dice que la heterosexualidad es negativa por heteropatriarcal y quiere abolir las cárceles.
El delirio feminista más extremo en el Gobierno. pic.twitter.com/n7sBnEsaRN— Carla Toscano (@eledhmel) January 13, 2020
Giménez llegó incluso a decir que la heterosexualidad ponía en peligro a la mujer. Este discurso, cada vez más instaurado, parte de la idea que la violencia hacia la mujer es naturalizada en nuestra sociedad. De modo que no buscan castigar a criminales, violadores, hombres que agreden a mujeres, sino culpar a la sociedad entera (corriente influenciada por Michel Foucault).
Así como el socialismo buscaba el surgimiento de un hombre nuevo desprendido de todo sentido de propiedad, el feminismo necesita que surja un hombre nuevo carente de identidad ni realidad objetiva, todo es una construcción social; incluso quién y qué es mujer, sobre todo a partir de cuándo.
El feminismo de segunda ola, el de la revolución sexual, presuntamente liberó a la mujer de lo que denominan el yugo de la maternidad, siendo el aborto el máximo de sus logros. De ese modo, le da a la mujer el poder no de ser madre, como alega -pues biológicamente se desempeña ese rol desde la concepción- sino de elegir quién vive y quién muere, creando derechos que no son iguales entre hombres y mujeres, sino exclusivos.
Luna Matatas, a queer woman of color who runs a small business, has owned the trademark that Cara Delevingne wore to the #MetGala since 2015.https://t.co/TMZohwhY1h
— VICE News (@VICENews) September 14, 2021
Ahora pretenden darle poder al ser ella, la que penetra y no la que es penetrada. Sin embargo, al no tener un miembro viril, lo hará mediante un cinturón. La tan ansiada igualdad del feminismo se encarna en este hecho. Parten de la idea que ser mujer es menos, que no tienen poder, sino que deben ser empoderadas y ese poder se encarna al tener un pene como un hombre.
Sigmund Freud celebraría al saber que su hipótesis fue confirmada: la envidia del falo.Y que se hayan manifestado de forma tan frontal en una pasarela, muestra que es una moda, una tendencia, que se impone desde las más altas esferas de la sociedad. Está en la aceptación, o rechazo, que sea pasajera o se instaure.