Amanece en Santiago de Cuba, los opositores al régimen no tienen Internet y el dictador Miguel Díaz-Canel llama a los simpatizantes del Gobierno a combatir las manifestaciones. Sin embargo, ya no hay manera de ocultar lo que ocurre hoy en la isla: las calles están colmadas de ciudadanos indignados, reclamando libertad y suministros básicos, ante un régimen que se anuncia potencia médica.
En medio de la pandemia del coronavirus, el régimen comunista lanzó su propia vacuna, Soberano 2. Un medicamento que ha sido cuestionado por varias organizaciones internacionales, pero esto al régimen cubano parece no importarle. Y es que la dictadura castrista respondió que no necesitaba ayuda internacional, sino que garantizaría la medicina a su población. Sin embargo, la realidad es que en Cuba no hay medicamentos, vitaminas y en muchos barrios tampoco agua para una higiene básica.
La situación en Cuba, a raíz de los dictámenes que se dieron recientemente por parte de Díaz-Canel y sus secuaces, que bloquearon la circulación de dólares en la isla, ha empobrecido a grandes rasgos el territorio, sumado a una preocupante escasez de medicamentos y productos básicos. Además, el territorio caribeño pasa por la tercera y peor ola de COVID-19, con índices de contagios extremadamente altos en las regiones más afectadas.
Este suceso podría hacer historia, ya que es la primera vez que un grupo grande de cubanos sale a las calles de La Habana a protestar contra la dictadura desde el famoso «Maleconazo» de 1994, en plena crisis del «período especial».
Los choques entre los manifestantes y los pro-dictadura se produjeron en el céntrico Parque de la Fraternidad, frente al Capitolio, donde llegaron a congregarse más de un millar de personas con una fuerte presencia de las fuerzas militares y policiales, que llevaron a cabo varios arrestos.
Las protestas se han dado en diferentes localidades del país caribeño, como San Antonio de Los Baños, Güira de Melena y Alquízar en la provincia occidental de Artemisa, Palma Soriano en la oriental Santiago de Cuba, Cienfuegos y también en La Habana.
#SOSCuba #CubaLibre son las consignas que acompañan en redes sociales el reclamo en las calles que ha sido calificado por varios exiliados como uno de los mayores en la historia del país. No obstante, la comunicación con la isla para obtener mayores detalles sobre esta sublevación es intermitente. ¿La razón?, el régimen es el proveedor de Internet del territorio. Por ende, puede negarle acceso a quien desobedezca.
Esto es a Solo unas cuadras de mi casa en palma 🥺😭😭😭 #SOSCuba pic.twitter.com/VjUjQ3ZQZf
— Ruhama Fernández (@RuhamaFernandez) July 12, 2021
“Están grabando la llamada. Me tumbaron el internet desde que te envié el último mensaje anoche. Ayúdanos a difundir lo que pasa”, dijo Ruhama Fernández, estudiante de medicina retirada y YouTuber cubana en entrevista con PanAm Post.
A toda mi gente preciosa que se ha preocupado, estoy bien, no se si mañana esté en la cárcel pero VIVA CUBA LIBRE
— Ruhama Fernández (@RuhamaFernandez) July 12, 2021
¿Qué detonó las protestas en Cuba?
Las protestas detonaron diferentes factores, el flujo de información (el internet) La cantidad de casos que están saliendo en Cuba, la falta de medicamentos, la falta de comida debido a que la comida la sólo la puedes comprar en las tiendas.
Pero más allá de eso creo que lo que de verdad y sobre todo explotara es la viralización del #SOSCuba, porque es la primera iniciativa desde dentro de Cuba que toma estas dimensiones, eso nos hizo sentir que no estamos solos.
¿Por qué, después de décadas, se perdió el miedo al régimen?
El miedo se ha perdido porque gracias a su ambición nos dieron un arma, la de poder comunicarnos con facilidad y poder expresar lo que pensamos más allá de sus en su censura.
¿Cuál sería su mensaje para los cubanos dentro y fuera de la isla y para los hispanoamericanos que viven en naciones que se están volcando hacia el socialismo?
Para los que defienden el socialismo, me gustaría decirles que no tienen ni idea de lo peligroso que es darle la posibilidad de elegir tu futuro a otra persona. Eso es el socialismo. Que la masa, la mayoría o un grupo de ineptos que quieran hacer parecer que son la mayoría decidan lo que puedes comprar, lo que puedes comer, cómo puedes vivir, lo que puedes estudiar y lo que puedes decir. No caigan en esa trampa.