
En su corta visita a Guatemala, la vicepresidente de Estados Unidos, Kamala Harris, advirtió a los guatemaltecos sobre los riegos de cruzar la frontera ilegalmente. Abordó, de la misma forma, las consecuencias que acarrearía hacerlo con la ayuda de «coyotes» que les guíen hacia la nación norteamericana, donde actualmente se vive una crisis migratoria, tras la llegada de Joe Biden al poder.
Antes de partir a México, la encargada por el presidente Biden de manejar la crisis migratoria no guardó formas para hablarles a los habitantes del país centroamericano: «No vengan, no vengan» y agregó «habrá consecuencias, aplicaremos la ley».
Curiosamente, estas palabras distan de los mensajes que el presidente estadounidense hizo campaña con la promesa de relajar algunas de las restricciones fronterizas del entonces gobierno de Donald Trump, al permitir a los migrantes solicitar asilo en la frontera estadounidense, explicó The New York Times.
Por ejemplo, en diversas oportunidades el expresidente Donald Trump fue criticado en el transcurso de su gestión por los acuerdos que selló con varias naciones centroamericanas, entre ellos, el famoso Acuerdo Bilateral de Cooperación en Materia de Asilos —conocido como Acuerdo de Tercer País Seguro—, que fue firmado en 2019 entre el gobierno de Donald Trump y el del expresidente guatemalteco Jimmy Morales.
El término, aprobado por la ACNUR, es usado como parte de los procedimientos de asilo para transferir la solicitud de un país de acogida a otro país que es considerado “seguro” (capaz de proporcionar protección a los solicitantes de asilo y los refugiados).
Sin embargo, hoy la propuesta de la demócrata concuerda con Trump. Kamala Harris ha sido glorificada al ser la primera mujer de color en la Casa Blanca que ejerce como vicepresidente. Esto la volvió inmune a críticas de racismo y xenofobia. Sus declaraciones exponen cómo la gravedad del mensaje aumenta o disminuye según el emisor.
La Vicepresidente de los Estados Unidos de América, Kamala Harris, ha pedido a los guatemaltecos que no crucen la frontera o se atendrán a las consecuencias.
A Donald Trump la tachaban de xenófobo y racista por mucho menos que esto. pic.twitter.com/DtojvSgdZu
— Juanfran Escudero (@JuanfraEscudero) June 8, 2021
¿Existe el «racismo inverso»?
«Racismo inverso» es un término en disputa. Por un lado apela a las «personas de color» que son racistas hacia los blancos. Otros, bajo la dialéctica marxista de opresores y oprimidos, plantean que no es posible. Sin embargo, este caso muestra que el racismo no se invierte, dado que no es unilateral. Por el contrario, esto muestra que que se puede aplicar desde y hacia cualquier grupo.
Ubicar al otro en un lugar donde es incapaz de obrar mal hacia los demás, lejos de abrazar la igualdad e inclusión que exalta el discurso progresista, mantiene en el discurso una «supremacía del blanco», que supuestamente exime a los demás grupos étnicos de actuar de igual manera.
Esto podría ser una teoría para explicar el porqué Harris habla de dicho modo a los inmigrantes sin mayor crítica. Al aplicar lo argumentado anteriormente, se infiere que dado que su color de piel no está en el radar del racismo y la xenofobia.
En el caso de Joe Biden, por ejemplo, la propia Kamala Harris lo increpó por segregacionista, cuando ella y él eran rivales en la contienda presidencial, durante las elecciones primarias dentro del Partido Demócrata. No obstante, luego que fue elegida como su dupla, las acusaciones de acoso sexual y racismo terminaron.
Bajo el mando de Harris la crisis migratoria ha empeorado en la frontera
Sin duda pic.twitter.com/Hy08Ajv14V
— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) June 7, 2021