“Dios no puede bendecir el pecado”, ha sido la postura tajante del Vaticano, respecto a la negación de bendecir uniones entre personas del mismo sexo. Pero ya se está hablando de un cisma, una separación, por causa de la decisión de la congregación de obispos alemanes que desde el 10 de mayo empezó a bendecir uniones homosexuales.
Francisco I ha sido duramente cuestionado por su aparente favoritismo por regímenes de izquierda y por empatizar con causas progresistas, muy opuesto a sus predecesores, incluyendo el papa emérito Benedicto XVI.
Tanto que meses atrás fue mediáticamente expuesto como defensor de uniones de personas del mismo sexo e incluso de la adopción homoparental.
Sin embargo, al ver sus declaraciones completas, que reflejaban su labor como Arzobispo de Buenos Aires, quedó demostrado que nunca fue así. Jamás habló de matrimonio, mucho menos eclesiástico, sino de la unión civil, un trámite legal que permite las visitas médicas y la cobertura para su pareja, entre otros servicios.
En cuanto a la familia, Jorge Mario Bergoglio se refería a que los homosexuales tienen derecho a ser amados por sus padres, no a tener hijos; cuestión que fue tergiversada.
Y esa postura quedó demostrada mediante la negación de ceder ante el reclamo de los obispos alemanes.
No es la primera vez que Alemania es sede de una ruptura tan severa en la Iglesia Católica.
Al igual que Martín Lutero, una agrupación feminista dejó sobre la puerta de la iglesia su tesis de principios. La agrupación denominada María 2.0 pedía, entre otras cosas, que hubiera mujeres sacerdotisas.
If I had to guess, Maria 2.0 is probably a socialist front-group to undermine the Catholic Church in Germany.https://t.co/vFqb4KxtQL
— Paddags (@paddags) February 3, 2021
No obstante, esto es incompatible con la doctrina católica, donde Jesucristo, el cordero, es el novio, y la Iglesia es su novia. Por ende el pastor, en lugar de tomar el sacramento del matrimonio, se entrega a la Iglesia.
En el matrimonio entre hombre y mujer, la esposa representa a la iglesia, que es la familia de Dios, pero la iglesia es también la esposa del cordero. Con esta figura se establece el tipo de relación que la iglesia debe tener con Jesús, una relación de amor e intimidad.
El no tener mujeres sacerdotisas no se trata de un menosprecio por la mujer sino por el contrario, destaca su importancia.
La mujer tiene la potestad de ser madre de un pastor, como María que fue madre de Jesús. Eso no la vuelve menos sino al contrario, solo en la tradición católica hasta Dios tiene madre.
La “odiosa tiranía tecnológica” que niegan los obispos alemanes
La Congregación de Obispos Alemanes también ha desafiado a la Iglesia respecto a su postura frente a la pandemia y el control del Estado sobre los fieles.
Mediante una carta, firmada por notables católicos como el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, el arzobispo Carlo Maria Vigano de Italia y el cardenal Zen, exobispo de Hong Kong, que padeció en un campo de trabajo del régimen comunista chino, miembros de la mayor jerarquía de la Iglesia cuestionaron que la pandemia está siendo explotada para restringir los derechos básicos “de manera desproporcionada e injustificadamente”.
Afirmaron que “siglos de civilización cristiana” podrían ser “borrados bajo el pretexto de un virus” y una “odiosa tiranía tecnológica” establecida en su lugar.
Criticaron fuertemente a los gobiernos de todo el mundo por los bloqueos impuestos en un intento por detener la propagación del virus, diciendo que “la imposición de estas medidas iliberales era un preludio inquietante para la realización de un gobierno mundial más allá de todo control”.
“La evaluación de la Conferencia Episcopal Alemana sobre la pandemia del coronavirus es fundamentalmente diferente a la apelación publicada ayer”, dijo el obispo Georg Bätzing, que dirige el influyente organismo, a la agencia de noticias católica KNA.
El vicario general de la ciudad de Essen, Klaus Pfeffer, las descalificó en Facebook como “crudas teorías de conspiración sin hechos ni pruebas, combinadas con agresivas derechas retóricas populistas que suenan alarmantes”.
En EEUU también enfrentan al Vaticano por postura frente a los LGBT
El activismo contra las enseñanzas de la Iglesia no se limita a Alemania. El reverendo James Martin, SJ, hizo eco de llamado a desafiar abiertamente al Vaticano al bendecir las uniones homosexuales en la Iglesia.
“En alrededor de 100 iglesias en todo el país, los poderosos progresistas católicos de Alemania están desafiando abiertamente una reciente prohibición del Vaticano de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo”, tuiteó el célebre jesuita.
Un cisma inminente
James Martin dijo públicamente que la postura del Vaticano frente a las uniones homosexuales conduciría a un éxodo masivo de católicos de la Iglesia. Es decir, sugiere que en lugar de los fieles acatar los mandatos de la Iglesia, la Iglesia debe adaptarse.
Para entender la gravedad de lo sucedido es importante entender qué es un cisma. Implica una separación, como la que dividió a la Iglesia en Oriente y Occidente, dando lugar a la fe ortodoxa como distinta a la católica apostólica romana.
La Iglesia católica es una institución intrínsecamente jerárquica, lo cual es incompatible con el igualitarismo cada vez más predominante en la sociedad actual.
El latente cisma entre el episcopado alemán con Roma retrata esa incompatibilidad. Pues encarna una metodología similar a la Revolución Francesa, pero dentro de la Iglesia, donde busca negar el carácter monárquico del catolicismo (papa) y reemplazarlo por un parlamento (Conferencia Episcopal).
Es la revolución, ahora en la estructura eclesiástica: un cisma.