China es el país con más soldados activos en el mundo: 2.035.000 y 510.000 reservistas.
La Armada ya superó en número a EE. UU. En 2020, los navíos chinos prestos para la guerra llegaron a 350 versus los 293 de la Unión Americana.
Pero el régimen comunista chino está preocupado por la falta de “masculinidad” en los hombres de su sociedad, un rasgo vital para una civilización en constante expansión y un ejército listo en la frontera.
“Made in China” son las tres palabras más comunes en cualquier lugar del mundo. Por décadas, los mercados internacionales se han visto inundados por productos a bajo costo, de mala calidad y elaborados en condiciones cuestionables e incluso inhumanas.
Mientras la economía mundial colapsaba por causa del virus que empezó en la ciudad china de Wuhan, el gigante asiático no ha parado de crecer.
Ese nivel de expansión necesita un resguardo y para ello soldados viriles.
Durante 35 años la política de hijo único cambió la demografía china
En vista que las familias solo podían tener un hijo, les daban prioridad a los varones y las niñas fueron sistemáticamente eliminadas. Aún hoy mueren un promedio de 800.000 niñas al año antes de nacer.
“Ahora China tiene 30 millones más de hombres que mujeres, 30 millones de solteros que no pueden encontrar novias… Los llaman guang guan, ‘ramas rotas’, ese es el nombre en chino. Son los callejones sin salida biológicos de su familia”, destaca la periodista Mei Fang en su libro One Child (Un hijo).
Los soldados chinos no parecen listos para la guerra. Esto a su vez ha impactado la tasa de reproducción en China. El incentivo a la masculinidad tradicional aplica tanto a nivel reproductivo como en el impulso al servicio militar.
Ahora que hay tensión en la frontera con la India, fue diseminado un video donde jóvenes conscriptos chinos llorando en el camino al frente.
El comediante pakistaní Zaid Hamid se burló al respecto diciendo que la política de un solo hijo de China está “dañando seriamente el nivel de motivación de nuestros hermanos chinos”.
Luego agregó: “Nosotros los pakistaníes te apoyamos, China. Mantente valiente”. Aunque Pakistán es aliado de China, Hamid parecía burlarse de los jóvenes reclutas.
Por ello y más el régimen comunista busca fortalecer a sus hombres mediante un proceso de “masculinización”. El Ministerio de Educación chino puso en marcha la “Propuesta de Prevención de la Feminización de Hombres y Adolescentes”.
Con este programa insta a las escuelas a reclutar a atletas retirados y personas con antecedentes deportivos y “desarrollar vigorosamente” los deportes para “cultivar la masculinidad de los estudiantes”.
Los hombres chinos se han vuelto demasiado “femeninos”
El Gobierno chino cree que los hombres jóvenes del país se han vuelto demasiado “femeninos”.
Aunque hoy en día la izquierda en forma de progresismo y socialismo del siglo XXI se abandere de la causa LGBT, el feminismo y la lucha contra los “estereotipos de género”, lo cierto es que el socialismo del siglo XX fue abiertamente perseguidor de toda conducta considerada contrarrevolucionaria. La obra literaria llevada a la pantalla grande, Madame Butterfly, relata cómo en China los jóvenes debían “compensar” su homosexualidad mediante labor forzada y/o tareas de espionaje.
También en Cuba los estudiantes universitarios eran supervisados. En caso de tener una “conducta desajustada”, iban a prisión y/o campos de trabajo forzado.
Si un hombre utilizaba maquillaje podía ser condenado a reclusión entre seis y dieciocho meses.
“El trabajo os hará hombres” era la consigna con la cual el Che Guevara manejaba las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), donde los homosexuales compensaban su supuesta incapacidad para cumplir con el servicio militar obligatorio impuesto por el régimen comunista contra los jóvenes heterosexuales de la isla desde la mayoría de edad.
Tras la caída del Muro de Berlín y consigo el apoyo de la Unión Soviética, que consideraba la homosexualidad una desviación capitalista, la nueva izquierda buscó adaptarse a una sociedad post-guerra y abrazó la causa LGBT, feminismo, ambientalismo, etc.
En una sociedad colectivista no hay lugar para individuos, mucho menos individualidades. Por lo cual se exige a los ciudadanos ser acorde dictan las necesidades de la revolución.
De igual manera en tiempos de paz, los individuos gozan de libertades que en tiempos de guerra sería imposible.
Y esa es la realidad de los hombres chinos.