El virus que paralizó al mundo ha desatado una nueva polémica: ¿debe ser obligatoria la vacuna? Brasil dice que no.
Eduardo Pazuello, el ministro de Salud del país más grande de Sudamérica, dijo que la voluntad del presidente Jair Bolsonaro es no imponer la vacunación, según reseña Agencia Brasil.
Durante una audiencia pública en la comisión mixta del Congreso Nacional que monitorea las acciones del gobierno en el combate a la pandemia, Pazuello declaró:
“Hasta ahora –y esta es la posición del Ministerio, hablo por el Ministerio, también hablo en línea con el Presidente de la República–, nuestra estrategia será que la vacuna no sea obligatoria. Trabajar con campañas de concientización, trabajar con disponibilidad en todos los extremos y trabajar por el estándar de la vacuna: una vacuna campeona, una vacuna con resultados, sin efectos secundarios. Solo la vacuna con esa excelencia pasará por nosotros. Quiero dejar esto claro: la vacuna tendrá que ser excelente y [habrá] una gran campaña de sensibilización. Con eso, tendremos una demanda muy alta, y no una obligación ”.
Governo Bolsonaro vai construir maior fábrica de vacinas da América Latina. RJ cedeu terreno. Ministro da Saúde, Eduardo Pazuello, acompanhou a entrega da escritura nesta quinta. https://t.co/uVFNgoOwbV
— Gazeta Brasil (@SigaGazetaBR) December 4, 2020
No obstante, el Supremo Tribunal Federal (STF), la instancia superior de la justicia en Brasil, intenta imponer la obligatoriedad de la vacuna, así lo reseña UOL Noticias Brasil.
“El STF hará el juicio obligatorio. Esto también es parte de nuestro país, de nuestros poderes. Nos defenderemos y presentaremos nuestras ideas, y los jueces definirán”, anunció el ministro de Salud.
La ideologización de la justicia en Brasil, con tendencia hacia la izquierda, ha logrado el exilio de periodistas y la persecución ideológica de los defensores del presidente. Ahora propone infringir la libertad y soberanía de los brasileros sobre sus cuerpos.
Baja proporción en contagios y alta recuperación
Actualmente Brasil es el tercer país con más casos de coronavirus en el mundo: 6.487.084 de los cuales 175.270 han fallecido, según el conteo del Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.
Sin embargo, en una nación con 213.201.210 habitantes, la proporción es baja. Hay 822 muertos por cada millón de habitantes y al menos 5.725.010 se han recuperado, es decir, 80 % de los diagnosticados. Pese a los resultados favorables, el STF insiste en imponer la vacuna.
Como Brasil es un Estado federado, hay una pugna de poderes entre los gobernadores y el presidente, donde estos buscan imponer medidas totalitarios en contravención con la libertad garantizada por Bolsonaro.
Mientras la administración Bolsonaro apunta por la concientización, la justicia ideologizada pretende imponer la obligatoriedad.
Y es esa misma oposición la que llama “fascista” a Bolsonaro, cuando es él quien respeta la autonomía de los individuos y ellos quienes buscan que sea el Estado quien decida qué ingresa en sus cuerpos, incluso contra su voluntad.
La evidencia muestra quienes son en verdad los autoritarios.