
La prohibición de asistir a servicios religiosos en Nueva York, por causa de la pandemia del coronavirus, llegó a su fin por orden de la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Esto a su vez evidencia cómo sería un posible escenario en el caso de que Donald Trump lleve a la Corte Suprema las demandas por irregularidades durante las elecciones presidenciales.
Para ello el voto de la recientemente nominada juez Amy Coney Barrett sería clave. Vale resaltar que su voto fue crucial en el fallo 5 a 4 a favor de permitir la libertad de culto en Nueva York.
The Supreme Court voted 5-4 to bar New York state from reimposing limits on religious gatherings https://t.co/48j1a60I9y
— POLITICO (@politico) November 26, 2020
Es importante señalarlo, pues poco más de una semana antes de las elecciones presidenciales, Trump nominó a Barrett; tras la muerte de la juez vitalicia, progresista y feminista Ruth Bader Ginsburg.
Fue el último deseo en el lecho de muerte de Ginsburg que Trump no nomine a ningún juez antes de las elecciones. Pues esto produciría una mayoría conservadora y constitucionalista en la Corte Suprema.
En vista que el Senado tiene mayoría conservadora, esto implicaría que Trump tiene mayoría en los tres poderes del Estado (salvo en la cámara de representantes, donde son mayoría los demócratas).
El hecho de tener una mayoría constitucionalista en la Corte Suprema garantiza el respeto a la institucionalidad republicana, la misma que está en riesgo por las irregularidades durante el proceso electoral, sumado a las amenazas del Partido Demócrata de modificar el número de jueces en la Corte Suprema.
La misma que hasta ahora ha tenido el poder de limitar los excesos de la intervención del Estado en la vida de los individuos.
Por ejemplo, la prohibición de asistir a servicios religiosos del gobernador de izquierda de Nueva York, Andrew Cuomo, estaba infringiendo triplemente la primera enmienda de la Constitución de EE.UU.
Esta garantiza la libertad de culto, la libertad de asociación/asamblea y la libertad de expresión.
La Diócesis Católica Romana de Brooklyn y la organización judía ortodoxa Agudath Israel of America criticaron públicamente la imposición de restricciones.
Las instituciones alegaron que las medidas violaron los derechos contenidos en la Primera Enmienda a la Constitución, que establece que no se puede prohibir el libre ejercicio de la religión.
Apelaron a la Corte Suprema, que encontró que otros servicios que el Estado consideraba “esenciales” no tenían las mismas restricciones.
Los tres jueces nominados por Trump han sido católicos practicantes. Aunque el primero (Neil Gorsuch) presuntamente adoptó la corriente episcopal, este ha sido el más permisivo hasta ahora en cuestiones vinculadas a la comunidad LGBT.
Mientras que Amy Coney Barrett es de formación católica tanto en el hogar como académicamente. Esta madre de 7 hijos, dos de ellos adoptados y uno con Síndrome de Down, ha enfrentado un escrutinio desmedido e inconstitucional por su fe, por parte de legisladores demócratas durante la interrogación.
El rechazo por parte del Partido Demócrata de jueces católicos precede a la administración Trump. Como senador, Joe Biden lideró en 1991 la iniciativa demócrata para evitar el nombramiento del juez Clarence Thomas, también fue criado en familia católica y de formación académica en instituciones católicas.
Si bien Thomas adoptó el protestantismo para casarse con su esposa, no ha dejado de ser conservador. De hecho, su esposa Ginni Thomas es activista conservadora y durante las elecciones presidenciales del 2020 ha difundido información contra Joe Biden, sobre todo respecto a los negocios cuestionables de su hijo Hunter.
«Joe Biden debería pedirle disculpas a Clarence Thomas»
Por su fe, la cual acusan los demócratas interfiere en su labor como juez, el ahora líder de la Corte Suprema, Clarence Thomas, fue perseguido.
Esto podría ser contraproducente para Biden, ahora que Trump advierte con presentar su demanda de fraude electoral ante la Corte Suprema.
Pues Biden, en su tiempo como presidente del Comité Judicial del Senado, hizo hasta lo imposible para lograr que Clarence Thomas no sea juez de la Corte Suprema pero falló.
To hear Clarence Thomas in his own words say Biden has no idea what he’s talking about, is just priceless😂😂😂😂😂 pic.twitter.com/67qO2zTa0R
— 🌟💘Shannon💘🌟 (@Shannon4America) November 22, 2020
Al igual que Bret Kavanaugh, el segundo juez nominado por Trump, Thomas fue acusado de acoso sexual.
Frente a la falta de pruebas, ambos fueron declarados inocentes y habilitados como jueces.
Thomas acusó a Biden de “linchamiento con alta tecnología”. Por lo cual Joe Biden le debe una disculpa a Clarence Thomas, según Detroit News.
En síntesis, si la demanda de fraude electoral por parte de Trump llega a la Corte Suprema, podría tener una mayoría a su favor y al líder de la institución más alta del país en contra de Biden.