El tercer jueves de noviembre cada año se celebra el “Día de Acción de Gracias” en los EE. UU. y ahora en los hogares de 60,5 millones de migrantes latinos (el 18,5 % de la población, según el censo de los EE.UU.).
Es una fecha para dar las gracias de lo que se tiene. Lo que pocos saben es que en 1621, la primera cena de agradecimiento se sirvió en platos vacíos por la escasez del socialismo.
Comúnmente se muestra la fiesta como el intercambio entre los colonos y los pueblos indígenas. Sin embargo, los registros históricos de la época indican que había muy poco para compartir.
Desde hace algún tiempo, el panorama venezolano ha ofrecido un vistazo a cómo el socialismo pudo adelgazar 10 kilos al ciudadano promedio. Cabe trasladar el mismo sistema económico 400 años atrás, en invierno, con los campos congelados, sin el dinero del petróleo; lo que mató a la mitad de la población.
Según registros de la época, 53 colonos asistieron a la cena compuesta mayormente de pescado y los indígenas de zonas aledañas llevaron venado.
A cambio del financiamiento del viaje a América, los colonos debían obtener su comida, ropa, bebida y provisiones de las “acciones comunes” de la colonia. Además, durante los primeros siete años, todas las ganancias de los colonos entraría en el “stock común” hasta que se dividían.
Thanksgiving — When Pilgrims Americans Rejected Socialism. Thanksgiving: Overcoming Socialism – https://t.co/Tff4iDOxts pic.twitter.com/0E3UyPffcD
— Seth Grossman (@Grossman4NJ) November 22, 2018
De acuerdo con el Dr. Judd Patton, profesor universitario de economía, en su informe titulado “La historia del peregrino: perspectivas vitales y lecciones para hoy“, a lo anteriormente descrito “hoy lo llamaríamos una comuna socialista”.
Para llegar a América, los “peregrinos” hicieron un contrato con compañías subsidiarias (conocidas como aventureros) del gobierno que exigían como condición la devolución de parte de la cosecha.
“En otras palabras, los peregrinos aceptaron el principio socialista, ‘de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad’. Cada persona debía colocar su producción en el almacén común y recibir, a través del Gobernador, solo lo necesario para él o su familia. El excedente después de siete años se dividiría en partes iguales, junto con las casas, las tierras y los bienes muebles “entre los aventureros y los sembradores”.
Aunque sí aparece en registros, Squanto, un indígena que enseñó técnicas de siembra y cosecha a los colonos, los primeros dos años de producción fueron mínimos. La mitad de los 102 “peregrinos” que subió al barco Mayflower no sobrevivieron el primer invierno.
Hasta que en 1623, el gobernador Bradford, autor del libro “la historia de la plantación de Plymoth”, abolió este sistema económico que mató a la mitad de la población de hambre.
Explica que había una falta de motivación e incentivos. Regía el principio socialista “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad” que explotaba a los hombres más jóvenes y fuertes. Pues, pese a ser los que más producían, no obtenían nada a cambio y debían trabajar en función de los demás. Esto logró que en poco tiempo dejen de hacerlo.
Las mujeres tampoco estaban conformes. Además del trabajo agrícola que les tocaba en los tiempos que los hombres dejaban de hacerlo por considerar su explotación injusta, debían hacer tareas domésticas en casas que no eran suyas. Pues todo esfuerzo y producción se socializaba. Ellas lo consideraban una forma de esclavitud.
THANKSGIVING – As Written by the Pilgrims:
Read from the journal written by the Pilgrim Governor William Bradford.https://t.co/I454bs2260#Thanksgiving #GivingThanksToGod #WhatYourTeacherDidntTellU pic.twitter.com/buZpdsrQOq— Fact REAL (@FactREAL) November 21, 2018
“Al final, después de mucho debate sobre las cosas, el Gobernador (asesorado por el que más jerarquía tenía entre los pobladores) dio paso a que todos los hombres se decidieran por su propio interés y, en ese sentido, confiaran en sí mismos; en todas las demás cosas, seguir de la manera general como antes. Y así asignó a cada familia una parcela de tierra “, escribió Bradford.
Cuando tuvieron que cultivar su propia comida, los colonos se volvieron muy trabajadores. Se sembró el triple de maíz, un oficio desempeñado por mujeres y niños que lograron recuperar sus fuerzas con una alimentación adecuada.
Pese a que hubo un año de sequía, “¡para el otoño de 1624, los colonos pudieron exportar una carga completa de maíz!”, escribió Patton y los peregrinos “compraron las acciones de los Aventureros en la colonia y completaron la transición a la propiedad privada y los mercados libres”.
Esta socialización de los recursos se aplicó en varios de los asentamientos de la época, comenzando por el primero, Jamestown, donde solo una quinta parte de los hombres hacía el trabajo y los otros cuatro quintos vivían a sus expensas. Por ello, en el invierno de 1609-10, llamado “el tiempo de hambre”, la población cayó de 500 a 60.
Luego, con el reconocimiento de la propiedad privada y consigo el incentivo de recibir lo que se producía, la colonia Jamestown se convirtió en un mercado libre, y los resultados fueron tan dramáticos como los de Plymouth.
Las hazañas que llevaron a los habitantes del país a vivir en mayor paz y prosperidad dieron inicio a la proclamación del “Día de Acción de Gracias”, decretada por quien abolió la esclavitud, el presidente Abraham Lincoln, en 1863, luego del fin de la Guerra Civil, como una celebración de unión para todos los habitantes que se celebra hasta ahora.