La capital de Estados Unidos se vistió de los colores de la bandera con fuertes tintes de amarillo libertario para exigir transparencia electoral.
Los cubanos destacaron en la manifestación en defensa del presidente Donald Trump, su continuidad en la Casa Blanca, y sobre todo en respaldo a su lucha contra el globalismo rampante que denuncian ha tomado incluso las instituciones de la Unión Americana.
El movimiento Proud Boys, acusado de ser supremacista blanco, pese a tener a hispanos, negros y migrantes en sus filas, se hizo notar.
Junto a ellos estuvo la artista y activista Ana Olema, quien demandó al Estado cubano ante la Fiscalía por la expropiación de su cuerpo, su consciencia y la de todos cubanos sometidos bajo una tiranía comunista.
PanAm Post se comunicó con ella, quien sostiene que lo sucedido en EE.UU. no es simplemente el “intento de derrocar a Trump” sino de implantar progresivamente el socialismo. Como víctima del comunismo, asegura conocer el proceso de primera mano.
¿Qué motivó a la gente a congregarse en Washington y el resto de EEUU?
Lo que congregó a millones de personas en Washington, D.C. y el resto del mundo fue la necesidad de pelear por la libertad, por una libertad que se está perdiendo, sin duda.
Por supuesto, lo que dispara, lo que motiva, va a ser estas elecciones llenas de irregularidades, llenas de censura, llenas de corrupción, llenas de de todo tipo de artimañas muy conocidas en nuestros países, donde la izquierda, donde el socialismo, pues, sostiene un imperio mafioso y daña y ensucia la transparencia electoral.
Ellos han socavado –estoy hablando de las fuerzas políticas que han movido la campaña del señor Biden y de Kamala Harris– han socavado la confianza que hemos tenido por más de 200 años en el sistema electoral estadounidense. Y esto es una manera de desmoralizar la idea sobre la cual está construido los Estados Unidos de América.
La motivación principal es darle un respaldo, un espaldarazo contundente, irrefutable, al presidente Donald Trump, a su victoria.
Y darle la espalda a esta mentira, a este fraude, a este robo. Sin embargo, yo diría que es apoyo a la victoria legítima de Donald Trump, a un hombre que muchos sentimos que es él y su familia peleando contra el deep State, que es un término completamente satanizado o tildado de conspiración, etcétera. Pero que lo estamos viendo ahí cuando una FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos) miente, cuando las instituciones todas le dan la espalda y apoyan este fraude.
Entonces da por creer sinceramente que sí, este señor y su familia, su grupo de campaña y sus seguidores están peleando contra un gran Estado, completamente corrupto y lleno de tráfico de influencias, lleno de cosas sucias como Hunter Biden, el hijo de Biden, etcétera. Vamos por esta razón. Pero yo diría que es más por ir a luchar por los valores principales de esta nación, que son la libertad individual, el derecho a la propiedad, el derecho a la vida y a perseguir la felicidad. Eso es We the People.
Entonces estamos defendiendo esa cosa tan básica, tan esencial, pero que ha permitido ser lo que somos, entonces es por Donald Trump. Pero Trump representa en realidad el símbolo de una sociedad que está cansada y que está mirando cómo el proceso de radicalización del marxismo va cuajando, va tomando forma, y los que hemos vivido el comunismo, bien sabemos cómo es este proceso, y lo estamos viendo.
Como cubana, ¿qué significa haber ido a la marcha en Washington?
Como cubana, yo pienso que estoy aquí en Washington D.C. con el objetivo de ser una especie de testimonio viviente.
Estaba hablando con algunas personas estadounidenses que no viven en Miami, que viven acá, y conversábamos luego sobre todas las cosas, todo el paralelismo que el proceso tiene con la imposición del comunismo en Cuba, empezando por la censura.
¿Qué es lo que estamos viendo? la tiranía de los fact checks, etc., parcialización de la prensa, de manera grotesca en los medios alternativos. Las grandes corporaciones, siendo simplemente un adminículo para la imposición de una ideología de pura propaganda, etcétera, etcétera. La libertad de expresión completamente en juego. Y ellos me decían que comentarles esto era un testimonio muy, muy valioso, muy fuerte. O sea, como cubana, pero más que cubana, como víctima del comunismo, yo creo que esa es la misión, decirles: ya yo sé cómo es esto. El cantante Boris Larramendi puso un post que a mí me gustó mucho que decía: «Nosotros venimos del futuro».
Esto lo hemos vivido y es importante que no sigan diciéndole a las personas que tienen miedo de que la agenda marxistas vaya avanzando, sino por qué es real. Es real que la agenda marxista está avanzando.
Asimismo, los medios masivos en colaboración con el “establishment”, intentan imponer un relato oficial. Pretenden instaurar un discurso contrario a la evidencia y nos tratan como locos a los que nos oponemos al Estado totalitario, al Partido Comunista Cubano.
Pretenden hacernos creer que estamos viendo mal, como sucede en Cuba, donde el noticiero autorizado por el régimen anuncia que hubo sobreproducción de papa, como un logro del régimen. Pero la realidad es que el pueblo pasa hambre.
El discurso oficial no es real. Pero sirve para perpetuar en el poder a quienes nos someten.
Los medios en Cuba crean realidades alternativas a las que existen. Bueno, eso es lo que estamos viviendo ahora, a través de una manipulación realmente ruda y agresiva que nos está llevando al mismo punto.
Entonces, como cubana, estar aquí es defender a este gran país y a sus ideas, sus pilares fundamentales y también ser un testimonio viviente de eso.
Y por supuesto, a la misma vez es para proteger a mi país, porque mi país también depende de políticas internacionales que benefician al régimen mediante una mano blanda o benefician a los cubanos, al pueblo cubano, con sanciones y mano dura para el castrismo, para el comunismo, para que ese cáncer no siga creciendo ni siga teniendo legitimidad.
Como residente de Florida, donde Trump ganó entre los hispanos, ¿qué puede decir sobre el estereotipo (y manipulación) del votante latino?
El impacto del voto hispano en Florida es un ejemplo maravilloso de que el estereotipo es mentira, de que la manipulación es muy burda, y Florida, creo que lo demuestra. Pero yo te diría no solamente Florida, al estar aquí en la marcha de Washington tú podías ver absolutamente la manipulación de los votos, de las llamadas minorías.
Esto estaba lleno de latinos, de chinos, asiáticos de varios países, de Vietnam, peleando contra el Partido Comunista Chino, aquí había Blacks for Trump, aquí había europeos que también son residentes acá, que son blancos no americanos, americanos, personas del Deep South, –del sur profundo–, había Gays for Trump. Todo el mundo estaba aquí, de manera muy diversa, representando lo que es Estados Unidos de América, de manera fluida, sin forzar, sin ser parte de una cuota.
En un instante, en medio de la protesta, hubo un momento de baile, esa imagen de todos bailando, las mujeres negras, afroamericanas por Trump, los asiáticos, todos nosotros bailando, bailando desde un country hasta un trap o música latina, todos, y las imágenes eran hermosas, todos ahí, juntos, y repito, de manera espontánea. Quieren negarnos, quieren persuadir, quieren trastornar nuestra percepción de la realidad. Quieren usar técnicas de manipulación y de lavado de cerebro, modificación de la conducta. Quieren que digamos que dos más dos es igual a cinco, que nos rindamos ante este maquiavélico proceso de experimento de someternos a una obediencia ciega. No, eso, eso está claro para mí. Así que por supuesto que la manipulación es evidente. Y con esta manifestación quedó demasiado expuesto.
Subiste fotos junto a Proud Boys, grupo tildado de supremacista blanco, ¿cuál es la realidad?
Fue emocionante para mí encontrarme con los Proud Boys. Fue muy emocionante encontrarme con ellos, lo más poderoso de venir al terreno, lo más interesante. Tengo fotos con varios de ellos. Lo más interesante es que el grupo está acusado de ser supremacista blanco. Y no sabemos cómo siendo supremacistas blancos ellos tenían tantos Proud Boys latinos y afroamericanos. En fin, es algo que sabemos que es un término que está muy movido. Pero bueno, no entiendo cómo es que son supremacistas blancos y hay negros, latinos, asiáticos. Yo fui y me tiré la foto con ellos y entré y estuve con ellos dentro de su fila por mucho rato. ¿Por qué no me expulsaron, no me escupieron, no me tocaron, no me prendieron candela a mí, verdad? Porque no es cierto. Es un grupo que defiende una serie de criterios como el gobierno mínimo, la vida, estar en contra de la guerra.
En fin, ellos tienen una característica que son una organización masculina que sólo acepta varones y eso me parece muy bien. Por qué no puede haber una educación de varones. Son varones orgullosos de su masculinidad, son varones orgullosos de ser hombres.
Y me parece muy bien esto en medio de esta dictadura de la ideología de género que nos quieren ahora imponer por la fuerza, que tenemos que admirar a Kamala Harris porque es mujer y punto. Entonces ese tipo de tiranía, pues no la aceptan. Entonces yo lo siento mucho, tengo más empatía, más cercanía, más de todo con los Proud Boys que con Kamala Karris. Me representan más los Proud Boys que Kamala Harris. Y lo digo con total conciencia, sabiendo que las represalias van a ser grandes, pero es así. Yo me siento más identificada con cualquier Proud Boy que con Kamala Harris.
¿Cuál sería tu mensaje para los hispanos en EEUU y para los americanos?
Para los hispanos de los Estados Unidos sería que no paremos, o sea, no dejemos más que nos sigan utilizando como fichas en este tablero, que no sigan hablando en nombre de nosotros. Uno vino a este país para tener voz propia, para hablar por uno mismo, para que no sea como la dictadura, donde un ente superior habla por nosotros y nos quita la voz.
En Cuba estamos peleando para que cada cubano tenga su voz y para que cada cubano pueda decidir su vida, perseguir su felicidad, etcétera, etcétera. Cierto. ¿Cómo vamos a venir aquí a permitir que nos quiten la voz y que hable por nosotros un grupo, una tribu, una masa?
Además, en beneficio de ellos mismos, en beneficio de su agenda de seguirnos utilizando, paremos. Vamos a plantarnos firmes y decir no me uses más, no me utilices más, no hables por mí, que yo vivo en los Estados Unidos de América y yo tengo voz propia.
Y no se dejen manipular por los medios, sean agudos en los criterios e instrúyanse, pero más que instruirse, no es instrucción solamente, vamos a deducir bien, vamos a apegarnos a los hechos, vamos a pensar. Que no hablen más por nosotros, paremos esta lobotomía social.
Y a los americanos yo les diría lo mismo que le diría al presidente Donald Trump: pelear, pelear, pelear, pelear hasta el último momento.
Siempre recuerdo la frase de Von Mises de que hay que oponerse a la maldad con toda la fuerza. Yo pienso que eso tiene que ser un mantra ahora mismo, porque el comunismo entra progresivamente, da un golpe de facto y luego para sacarlo, pareciera casi imposible. Entonces estamos en el principio de este experimento, de esta intención de que los filo-marxistas accedan al poder y desde el poder cambien todas las reglas de juego a su favor. O sea, es un momento que ahora todavía podemos pelear con intensidad y ganar. Yo todavía tengo esperanza de que la victoria sea nuestra.