El viernes 25 de septiembre del 2020, el presidente del Ecuador Lenín Moreno, vetó totalmente el proyecto de ‘Ley de Código de la Salud’ (COS). El Ejecutivo aplicó su poder luego que la Asamblea Nacional aprobara el COS por mayoría, en medio de la resistencia de solo ocho legisladores.
En las calles surgieron diversas protestas civiles para exigir el veto al COS, frente a la sede de Gobierno, el Palacio de Carondelet, y desde redes sociales. Finalmente el mandatario escuchó su clamor. Según lo expuesto por el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos,
No existió rigor científico ni clínico en la construcción de la norma. El veto total al Código Orgánico de la Salud responde a un imperativo social. Debemos de emprender un nuevo proceso, más incluyente, más técnico, más basado en evidencia científica.
En plena crisis sanitaria por causa del coronavirus (COVID-19), Zevallos destacó que una de las fallas del COS es que no trae ningún articulado sobre cómo actuar ante una pandemia como la actual.
En rueda de prensa, Johana Pesántez, secretaria Jurídica de Carondelet, señaló que «el COS contiene un extenso desarrollo de temas de índole técnico en materia de salud que adolece de imprecisiones, de definiciones erróneas y una estructura del sistema de salud poco clara en competencias y responsabilidades, carece de una verdadera actualización en cuanto a enfoque y contenidos acorde a requerimientos de la sociedad y el mundo».
Dado que el COS facilitaba el acceso el aborto, práctica ilegal en el Ecuador, Pesántez dijo frente a posibles presiones de sectores religiosos que «estamos en un Estado laico y tal como lo dice la Constitución así debe actuarse, ha sido un tema técnico y profesional que corresponde con lo que el ministro y viceministro han explicado, no tiene que ver con temas de presiones, es un trabajo técnico y profesional, como corresponde que el Ministerio de Salud y la Secretaría Jurídica por cualquier tema».
Pese a que desde el lado proaborto de la escena política se busca vincular la causa provida a la fe y desprenderlo de la ciencia y, sobre todo, de los derechos constitucionales, lo cierto es que la Constitución del Ecuador protege los derechos de los ecuatorianos desde la concepción y el Código de la niñez y la adolescencia reconoce a los menores de edad desde la concepción hasta la mayoría de edad.
De modo que el aborto infringiría el derecho fundamental a la vida y pasaría por encima no solo de la Constitución, sino del Pacto de San José, del que Ecuador es firmante.
Celebración provida
Uno de los legisladores más vocales en el rechazo al COS y el pedido al veto por parte del presidente es el asambleísta Esteban Torres Cobo, de la provincia de Tungurahua. Desde allí, celebró la noticia.
Denuncia no solo la inconstitucionalidad del código, sino el rompimiento de la soberanía nacional por parte de la agenda internacionalista de organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su subsidiaria la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Exalta que se trata de un triunfo del pueblo frente a las élites políticas que aprovechan una crisis para imponer ideologías ajenas a naciones como el Ecuador.
Una buena noticia: ¡Veto TOTAL al COS! #VetoCOS pic.twitter.com/fHrz6dWciP
— Esteban Torres Cobo (@etorrescobo) September 25, 2020
Como condición para recibir ayuda humanitaria, la ONU les exigía a los países afectados por el coronavirus legalizar el aborto, lo que fue considerado un atropello por múltiples referentes provida. Pues al estar el mundo entero unido para salvar vidas en medio de la pandemia, sacrificando la economía y aislando a la sociedad entera para evitar el contagio, el máximo organismo internacional pretende que las naciones más vulnerables en la crisis sanitaria terminen con la vida de los integrantes más jóvenes de sus respectivos países.