Finalmente el Partido Demócrata anunció quien será el binomio en la carrera presidencial de Joe Biden, la senadora Kamala Harris. Entre los primeros en apoyarla públicamente estuvo el magnate Alexander Soros, hijo de George, donante activo del Partido Demócrata y de causas progresistas en EE. UU. y el mundo.
Alexander se refirió a Harris como la futura vicepresidente y posó junto a ella en redes sociales. Pese a que su fundación recientemente gastó 200 millones de dólares en causas de “justicia racial”, en medio de las protestas de Black Lives Matter contra la violencia policial, los Soros apoyan a la candidata que llegó al puesto de fiscal de un distrito judicial respaldada por el gremio policial.
De hecho, Kamala Harris se llamaba a sí misma “top cop”, la policía más destacada.
Congratulations to our future Vice President @KamalaHarris! History in the making! #VPPick #BidenHarris2020 pic.twitter.com/1erAGp6vt8
— Alex Soros (@AlexanderSoros) August 11, 2020
Esta contradicción refleja que el respaldo a la dupla demócrata es proporcional al rechazo de los Soros hacia el presidente Donald Trump.
El martes 12 de agosto George Soros cumplió 90 años. En honor a ello, el periódico La Repubblica de Italia le hizo una entrevista donde dijo:
Incluso en Estados Unidos, un tramposo de la confianza como Trump puede ser elegido presidente y socavar la democracia desde adentro. Pero en los Estados Unidos hay una gran tradición de controles y contrapesos y reglas establecidas. Y sobre todo tienes la Constitución. Por eso confío en que Trump resultará ser un fenómeno transitorio, que con suerte terminará en noviembre ”
El donante demócrata multimillonario advirtió que Trump “sigue siendo muy peligroso” porque “está luchando por su vida y hará cualquier cosa para mantenerse en el poder”.
Y agregó que en caso de perder las elecciones, el presidente será juzgado por violar la Constitución.
Soros perdió cerca de mil millones de dólares cuando Trump ganó la presidencia de EE.UU.
Una victoria de Trump afectaría no solo la ideología de Soros sino también su economía. Cuando triunfó el mandatario en el 2016, George Soros perdió cerca de mil millones de dólares, dado que falló el pronóstico del magnate.
Pese a tener a los medios masivos en su contra, alegando que Trump perdería en las elecciones, venció y la respuesta del mercado bursátil fue inmediata: se alzó.
“Todo lo que Trump mencionó durante la campaña, cualquier industria que haya mencionado, favorable o desfavorablemente, se está moviendo hoy a lo grande”, dijo para la revista Time Tim Ghriskey, director de inversiones de Solaris Group.
Contrario a su rival, Hillary Clinton, que promovía la regulación de precios (sobre todo en el sector farmacéutico), Trump apuntó a liberar restricciones y remover la intervención del Estado en el sector salud. Lo cual dio confianza al sector productivo, en particular a los inversores.
La censura progresista influye sobre las encuestas
El triunfo de Trump contradijo las especulaciones de quienes se guiaron por los grandes medios y afectaron las inversiones de especuladores como Soros.
Nuevamente el fenómeno se repite, las encuestadoras apuntan a la derrota de Trump y el triunfo de Biden con hasta un 71 % de los votos de acuerdo a la encuestadora FiveThirtyEight.
Sin embargo, no toma en consideración que más del 62 % de los americanos tiene miedo de decir sus opiniones políticas públicamente. Si gran parte de la población calla su opinión, difícilmente sean objetivos los resultados.
If cancel culture isn't real, then why do 62% of Americans keep their political views secret for fear of losing their jobs?
According to Cato, 52% of Democrats, 58% of Independents, and 77% of Republicans are afraid to express their views.https://t.co/AnGNtt7qbh
— Possum Reviews (@ReviewsPossum) July 23, 2020
La “cultura de la cancelación” impulsada desde la izquierda política involucra desde censura en redes sociales hasta despidos laborales.
Según la encuesta del Instituto CATO, “los progresistas se destacan como el único grupo político que siente que puede expresarse. Casi 6 de cada 10 (58 %) de los progresistas acérrimos sienten que pueden decir lo que creen”.
Incluso los progresistas moderados están preocupados por la censura imperante. Intelectuales renombrados firmaron una carta para poner fin a la cultura de la cancelación alegando: «Las fuerzas del iliberalismo están ganando fuerza en todo el mundo y tienen un poderoso aliado en Donald Trump», exclaman. E invitan a sus coidearios a no permitir que la resistencia se endurezca en su propio tipo de dogma o coerción, «que los demagogos de derecha ya están explotando».
Tal como advierten los intelectuales progresistas, lo que da fuerza a la campaña de Trump es que ofrece una voz a quienes temen dar sus opiniones ante los medios dominados por el progresismo.
Pues en una nación libre como EE.UU. existe la libertad de criticar y burlarse del mandatario (al que acusan de ser iliberal) sin temor a represalias, mientras enfrentar los postulados progresistas conlleva serios riesgos.
Por ello los progresistas temen, como Soros, que este clima beneficie al presidente. Pues termina él siendo un héroe de la libertad de expresión al enfrentarse a quienes buscan regular cómo, qué y quién habla.