Cerca de la mitad de la población activa mundial podría perder el empleo. 1,6 mil millones de personas perderán su sustento, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a causa de la paralización económica que ha provocado la cuarentena de la COVID-19.
Solo en el primer mes de la crisis sanitaria, a nivel mundial se perdió el 60 % de los ingresos de los trabajadores informales. América Latina y el Caribe sufrieron el golpe más fuerte, a la par de África, alrededor de 158 millones de personas que trabajan en condiciones de informalidad, equivalente a 54 % del empleo total, vieron reducidos hasta en 81 % de sus ingresos.
Debido a las medidas de confinamiento, y consigo la reducción en las horas laborables, la OIT calcula que el aumento del desempleo en el segundo trimestre del 2020 será superior al primero: 305 millones de desempleados.
América será el continente más golpeado por el desempleo
Con una pérdida de horas de trabajo equivalente al 12,4 % en el segundo trimestre, América será el continente más golpeado por el desempleo, frente al 11,8 % en Europa y Asia Central. En el resto del mundo ronda el 9,5 %.
“Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro. Millones de empresas en el mundo están al borde del colapso. Carecen de ahorros y de acceso al crédito. Estos son los verdaderos rostros del mundo del trabajo. Si no se les ayuda ahora, sencillamente desaparecerán”, dijo Guy Ryder, director general de la OIT. “A medida que la pandemia y la crisis del empleo evolucionan, más acuciante se vuelve la necesidad de proteger a la población más vulnerable”, afirmó.
El hambre matará más que la pandemia
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley, quien estuvo contagiado con el coronavirus y pudo ser curado, anunció que 300 000 personas podría morir diariamente a causa del hambre a lo largo de tres meses.
De acuerdo con esta proyección, morirían semanalmente 2,1 millones de personas, 9 millones al mes y un aproximado de 27 millones a lo largo de tres meses. Hasta el momento la cifra de muertos por coronavirus ronda las 250 000 personas. Con lo cual el hambre mataría a más personas por día que la COVID-19 a lo largo de cinco de meses.
La pequeña y mediana empresa es la que más sufre
Según las estimaciones de la OIT, más de 436 millones de empresas afrontan el grave riesgo de interrupción de la actividad. Alrededor de 232 millones pertenecen al comercio mayorista y minorista, 111 millones a las manufacturas, 51 millones, a los servicios de alojamiento y servicios de comida, y 42 millones al sector inmobiliario y otras actividades comerciales.
En AL y el Caribe, unas 158 millones de personas que trabajan en condiciones de informalidad, equivalente a 54% del empleo total, habrían visto reducidos sus ingresos hasta en 81% por la crisis. #COVID19 #NoContagiemosAlEmpleo
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— OIT (@OITnoticias) April 30, 2020
«En el capitalismo quien no trabaja no comerá, en el socialismo quien no obedece no comerá»
La OIT propone como base de reactivación económica la creación de trabajo. Lo opuesto a lo que han promovido los legisladores de izquierda en EE. UU. Si bien la OIT sugiere un sistema de protección amplio, mediante los fondos por desempleo los legisladores demócratas duplicaron el monto usual, logrando que una persona gane más hoy por no trabajar que por hacerlo, lo cual está quebrando a los negocios pequeños.
En el estado de Massachussets, por ejemplo, por desempleo, sumando la compensación federal y la local, una persona cobra 1 395 dólares por semana (5 580 por mes). Mayo empezó con 30 millones de personas en EE. UU. que pidieron compensación por desempleo.
Además de los (des)incentivos económicos, legisladores socialistas (como Alexandria Ocasio-Cortez) abiertamente hacen un llamado a no volver a trabajar. No por el riesgo sanitario que implica la COVID-19, sino por una cuestión ideológica. Al final del día los supuestos defensores de los trabajadores han demostrado que su verdadera lucha es la dependencia al Estado y consigo la sumisión de la población, no que se valgan por sí mismos y gocen de la autonomía de alimentar a su familia, sino que buscan socializarlo todo.
AOC says people should refuse to go back to work.
Not because of COVID-19.
Because… well, listen to it yourself.pic.twitter.com/aQjTDYma9v
— Liz Wheeler (@Liz_Wheeler) April 22, 2020
Bien dijo Leon Trotsky, líder del Ejército Rojo, “en el capitalismo quien no trabaja no comerá, en el socialismo quien no obedece no comerá”.
Costa Rica protege a trabajadores aliviando a empresas
En el polo opuesto está la economía más libre de Centroamérica, Costa Rica, dando una lección al mundo sobre cómo aliviar a las empresas ayuda a los trabajadores, pues reduce el desempleo y mantiene el suministro de productos para el sustento de millones de familias.
El Ministerio de Hacienda se comprometió a reducir los impuestos sobre las nóminas. En vista de que son cada vez más las empresas que no prestan servicios por la cuarentena, solo deberán pagar las cargas sociales proporcionales al tiempo efectivamente laborado.
Además, permitirá el pago diferido de cargas sociales. De esta manera protege el empleo de los trabajadores (al no ser despedidos) y ayuda a las empresas con recortes en sus gastos para mantener al personal.
El Estado recaudará menos impuestos y a cambio el empleador recibirá más. Y mediante una coalición entre los bancos y privados, Costa Rica logró disminuir tasas de interés, extender plazo de créditos y prorrogar pagos sin penalización.
Al final, la falta de empleo producirá más muertes que el contagio del coronavirus. Ante lo cual los gobiernos del mundo se ven ante la necesidad de reactivar sus economías. No obstante, con los debidos recaudos para enfrentar la posible segunda ola de propagación que se avecina.