
Con mascarillas cubriendo sus rostros, en plena pandemia del coronavirus, un Tribunal de la Corte Nacional de Justicia declaró la culpabilidad y ocho años de prisión para el expresidente Rafael Correa y su segundo vicepresidente Jorge Glas, que ya está preso por corrupción.
Ambos fueron declarados como autores mediatos por instigar cohecho agravado. Es decir, recibir “aportes inapropiados” de empresas a cambio de contratos con el Estado. Junto con ellos, una veintena de funcionarios, incluidos asessores y ministros fueron denominados coautores.
Para conocer los pormenores legales, PanAm Post se comunicó la abogada Alejandra Cevallos Cordero, vicepresidente de la Mesa por la Verdad y la Justicia: Perseguidos Políticos Nunca Más, quien denuncia haber sido falsamente acusada de sabotaje y terrorismo durante el supuesto golpe de Estado contra Correa el “30S”, 30 de septiembre de 2010.
¿De qué consiste la sentencia contra Correa?
Rafael Correa junto a Jorge Glass y otros 18 procesados fueron sentenciados por el delito de cohecho agravado, imponiéndoles una pena de 8 años de pena privativa de libertad a los autores mediatos y coautores. Los dos casos de cooperación eficaz, Laura Terán y Pamela Martínez, recibieron una pena de 19 meses y 38 meses respectivamente.
El Tribunal compuesto por el Dr. Iván León, Dr. Iván Saquicela y Dr. Marco Rodríguez, consideró que las ex autoridades políticas del país, junto a varios ex ministros y asesores recibieron dinero o favores de empresas privadas (entre ellas Odebrecht) a cambio de contratos.
La pena además consiste en el pago de una reparación integral, la publicación de la sentencia, así como una indemnización que aún debe ser evaluada. Además, la sentencia incluye el comiso de todos los bienes a su nombre en territorio ecuatoriano.
Se habla también, como parte de la reparación integral las disculpas públicas a través de una placa que deberá ser colocada en la Plaza de la Independencia, en la que se hable sobre la ética.
Una vez que se ejecute la sentencia, ninguno de los implicados podrá volver a participar en elecciones a ningún cargo de dignidad popular los próximos 25 años.
¿Tiene obligación de entregarse a la justicia?
Rafael Correa, junto a todos los sentenciados que aún no se encuentran cumpliendo sus penas, podrán ser buscados por la Interpol una vez que su sentencia se encuentre en firme, y esto sucederá cuando se agoten todos los recursos disponibles.
Todavía quedan recursos horizontales y una apelación antes de que se ratifique la sentencia en todas sus partes y ejecutoríe la misma. Dependiendo de estos recursos, la sentencia podría ser aclarada, ampliada o modificada.
Otros procesados como Pamela Martínez o Laura Terán, que ya se encuentran cumpliendo la pena, deberán permanecer en los respectivos centros de reclusión. En el caso de Alexis Mera (exasesor de Correa) o María de los Ángeles Duarte (ex ministra de obras públicas bajo Correa), que están bajo prisión domicilaria, una vez que se ejecute la sentencia, deberán ser llevados a los respectivos centros de reclusión para el cumplimiento de la pena.
Ahora, ninguno que se encuentre en libertad tiene la obligación de entregarse sino hasta que se ejecute la sentencia y aquí solo les quedan dos caminos, entregarse y cumplir con dignidad sus penas o no entregarse a la justicia, permanecer prófugos y continuar haciendo este show internacional que llevan meses trabajando como una campaña publicitaria de “Lawfare” que es el término técnico para hablar de persecución política.
Con este juicio y sentencia, se ha evidenciado la trama de corrupción más escandalosa del Ecuador desde el regreso a la Democracia.
Me pregunto yo, ¿tienen estas personas la suficiente sangre en la cara para afrontar con valor las consecuencias de sus acciones o simplemente continuarán gritando por todo el mundo que la justicia los persigue por asuntos políticos?, ¿Cómo puede un hombre como Rafael Correa que tuvo tanto poder en sus manos ahora esconderse debajo de las mesas como un pequeño asustado?, ¿No será el peso de su conciencia qué lo atormenta imaginando que puede terminar sus días en una fría cárcel?
Hace 10 años, cuando yo era una joven estudiante de 24 años y madre soltera de una niña de 7 años, tuve que enfrentarme al poder, tuve la valentía y el coraje de enfrentarme en persona al juicio, aun sabiendo que el hombre más poderoso del Ecuador, el mismísimo Rafael Correa, iría en nuestra contra con toda su furia. Yo tenía de mi lado la razón y la verdad, nunca dudé de eso y a mi pesar, fui sentenciada injustamente por el 30s a 4 años de prisión, sobreviví al bloqueo para poder trabajar, al Estado de Propaganda y, al control absoluto del sistema judicial. La justicia ha tardado pero llegará y en algún momento podré demostrar mi inocencia en las cortes, es importante no dejar de pelear y para ello, es importante estar aquí en el país. Las víctimas de su persecución pelearemos hasta que haya Verdad, Justicia y Reparación.
Rafael Correa ante esta sentencia tiene el deber ético y moral de entregarse, de venir a enfrentar al Ecuador entero con la misma valentía de la que se enorgullecía cuando era presidente. Si cree y confía en su inocencia como alega con tanta vehemencia, debería estar aquí, en Ecuador, defendiéndose, tal como lo hizo el ex Presidente Lucio Gutiérrez, quien se entregó a la justicia luego de una condena y luego de eso, fue Presidente del Ecuador.
¿Como alguien que sufrió persecución, ¿qué implica esta sentencia para la libertad de expresión en el país?
Cientos de personas a nivel nacional, han podido dar fe del poder del ex Presidente cuando se encontraba en funciones, miles de vidas y familias destrozadas producto de la persecución correista, no importaba la razón, durante el régimen de Rafael Correa toda voz crítica estaba prohibida.
Hoy en día hay libertad, incluso para decirle al presidente que no está haciendo lo suficiente o que se puede hacer más en esta crisis, algo impensable durante el correismo. Con una Corte Nacional de Justicia depurada, se empieza a notar el cambio de aire hacia la libertad en el país, con instituciones renovadas como son Fiscalía, Defensoría de Pueblo, Defensoría Pública, y el mismo Consejo de Participación Ciudadana se puede evidenciar que se ha fortalecido la institucionalidad, aunque no todo organismo es perfecto, pues la democracia se fortalece en la medida en que sus instituciones se fortalecen.
El simple hecho que hayan voces disidentes dentro de las organizaciones o instituciones, que se empiecen a escuchar las críticas, que haya libertad para que la prensa pueda criticar al poder. La libertad de información, así como la libertad de opinión, fortalecen una democracia, ya que disipa la posibilidad de que el Gobierno concentre el poder en pocas manos y éste se vuelva autoritario, ya que es tarea del Presidente de la República ser articulador, no controlador.
Ecuador respira libertad, todavía desorganizada y desarticulada, propio de volver al respeto a la institucionalidad y al Estado de Derecho, pero que con el tiempo se verá fortalecida, siempre que los ciudadanos respetemos las normas y las autoridades respeten las leyes.
¿Qué mensaje le daría a los ecuatorianos en este momento y cuál a los lectores iberoamericanos sobre lo que se viene y a qué deben estar atentos?
Latinoamérica vive épocas de crisis y momentos duros debido a la pandemia mundial, los gobiernos autócratas del socialismo del siglo XXI, mermaron la institucionalidad del Estado y con ello su capacidad para responder a la crisis actual. Aun así, es necesario respaldar a las autoridades políticas para alivianar un poco más la tarea de enfrentar la crisis. Qué injusto sería que no les diéramos una tregua política en estos momentos y los obliguemos a defenderse, no solo de la pandemia, sino también de los ataques a su gestión.
Con la sentencia del día contra Correa se evidenció que la alianza del Socialismo del siglo XXI o Socialismo Bolivariano era una alianza para delinquir, y así quedó demostrado en Brasil, Venezuela, Bolivia, Argentina, Nicaragua y hoy Ecuador. Queda evidenciado que para fortalecer la República y los principios democráticos es imperativo la alternancia en los gobiernos, transparencia y mayor participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones gubernamentales.
El Socialismo Bolivariano no se detendrá hasta que la justicia actúe, vendrán toda clase de ataques para tratar de recuperar el poder, es por esto que a los ciudadanos nos queda la obligación de formarnos mejor, de preocuparnos por escoger mejores líderes y no aquellos líderes mesiánicos que nos ofrecen bajar el cielo. De nada nos sirven los políticos que nos prometen maravillas que no pueden cumplir, no basta con que no nos roben, debemos exigir que velen por los más necesitados y que combatan la corrupción con acciones enérgicas que destierren de Latinoamérica estas malas prácticas, pero de lo que no queda duda es que nos merecemos mejores seres humanos como dirigentes sociales, sin hambre de poder y riquezas atrasadas.