El presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou, propuso que 100 000 argentinos vayan a Uruguay para invertir y emprender. En respuesta, el expresidente José Mujica dijo que “en vez de traer 100 000 cagadores argentinos preocupémonos de que los nuestros inviertan acá”.
“Cagadores” en jerga rioplatense alude a las personas que estafan a otras. Fiel a la retórica socialista, Mujica alega que si una persona prosperó debe ser a expensas de otra. Por eso, en lugar de dar la bienvenida a quienes huyen de la presión fiscal en Argentina y llevan capital a Uruguay, lo critica.
Mujica ,trata de cagadores Argentinos, a quiénes vengan a invertir en Uruguay, cuando llegaban los bolsos en su gobierno,eran los hermanos Argentinos. Populismo y falta de honestidad con gente honesta que quiere trabajar y alejarse del comunismo corrupto de la vecina orilla.
— ElVasco (@ElVasco67691693) January 15, 2020
Mientras el nuevo gobierno de Argentina busca apropiarse de la producción por medio de impuestos y retenciones, el nuevo gobierno de Uruguay propone desregular e incentivar la economía.
Mujica, representante del gobierno saliente que dominó a Uruguay por 15 años como parte del proyecto socialista del siglo XXI, repudia esta forma de gobernanza.
Hasta ahora, el hijo del propio presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, era el encargado de proveer seguridad informática al régimen de Nicolás Maduro.
Sin embargo, Mujica dijo en entrevista con El Observador que Lacalle Pou “está proponiendo retroceder a tiempos que Uruguay superó hace bastante, suscribiendo acuerdos internacionales de intercambio de información y de combate al lavado de activos y a todos los delitos organizados que están asociados al lavado de activos”.
Pese a que durante la gestión del Frente Amplio, Uruguay literalmente facilitó la perpetuidad de un narcorégimen opresor y empobrecedor, y lo hizo precisamente por medio de la información.
Ahora, la nación apunta a un rumbo distinto.
Argentina: espanta capitales propios y no atrae inversiones del exterior
No debería llamar la atención la actitud de las nuevas autoridades uruguayas si tenemos en cuenta el infierno fiscal en el que se ha convertido Argentina. Sin contar los descomunales problemas del control de cambios y la inflación descontrolada, Argentina cuenta con 163 impuestos y 69 mil regulaciones.
Según un informe de la consultora Economía y Regiones, que analizó la presión impositiva y sus consecuencias en la economía nacional, existen grandes impedimentos para hacer negocios en Argentina. “No hay incentivos para aumentar la capacidad de producción, por lo que las pequeñas y medianas empresas no invierten ni acumulan stock de capital, por lo que no se expande la frontera de producción”.
Cabe destacar que, con este agobio fiscal, algunas empresas ni siquiera amortizan el stock existente, por lo que la producción, no sólo no se incrementa, sino que tiende a su reducción.
Otro informe reciente de la consultora Data Driven, puso sobre sobre la mesa un secreto a voces, si una PYME decide pagar todos sus impuestos en tiempo y forma en Argentina, el destino inevitable de la empresa es la quiebra total. La presión impositiva a la producción equivale el 106 % de la ganancia neta. Ante esta complicada situación fiscal, que tiene como trasfondo esquivar el inevitable recorte del aparato estatal, el intento de seducción del país vecino no debería ser tomado como una amenaza, sino como un llamado de atención.
Los argentinos están arrinconados y para muchos, Uruguay, que queda a una hora de distancia en buque o avión, puede ser una salida viable sin estar lejos de su hogar.
Con el nuevo gobierno de Lacalle Pou puede ser posible, pero la izquierda uruguaya, con Mujica a la cabeza, lo resiste.
*Nota elaborada en conjunto con Marcelo Duclos.