Mientras en las calles de Hispanoamérica se presentan demandas sociales por medio de manifestaciones multitudinarias, en las academias se debate. Cada vez son más las voces que defienden el libre mercado y reciben aplausos en universidades estatales, lo cual muestra un cambio de paradigma, con auditorio lleno.
En vista que las ideas marxistas aplicadas produjeron más de cien millones de muertos, entre el hambre, los fusilamientos y los campos de trabajo forzado (en Cuba se enviaba a los homosexuales a estos lugares, bajo la consigna dicha por el Che Guevara, “el trabajo os hará hombres“), lo que ha demostrado el fracaso del marxismo, este no se defiende desde la evidencia, sino desde la dialéctica.
Así se visibilizó en la Universidad Central del Ecuador, donde el economista marxista John Cajas Guijarro debatió con el economista y profesor universitario formado en la Escuela Austriaca, Luis Espinosa Goded. El evento fue organizado por Contigo FCE, organización estudiantil que promueve el intercambio de ideas, que además medió el debate y facilitó el acceso a preguntas de los alumnos hacia los ponentes.
Durante el debate, el economista marxista planteó que el trueque no es capitalismo, pese a que desde el público le gritaron que sí. Pues centra su ideario en “el capital”, que considera sinónimo del dinero físico, pasando por encima de alternativas digitales como las criptomonedas, que operan de manera descentralizada, entre otros.
Se persigue a los promotores de las ideas de la libertad, por tanto surge como rebeldía defenderlas
Cabe señalar que parte de la aceptación a las ideas de libre mercado en la universidad estatal se ha impulsado gracias a la influencia del profesor de macroeconomía Pablo Zambrano Pontón, quien ha sido, y todavía es, perseguido en el ámbito académico por sus ideas.
Entre otros factores, la acogida de las ideas que promueven los profesores que defienden el libre mercado se ha dado porque han sabido incorporar las redes sociales, tan utilizadas por los jóvenes, a la dinámica pedagógica. Y ese espíritu rebelde que caracteriza a la juventud, que ha llevado a tantos otros a las calles reclamando “derechos sociales” al Estado, hoy hace que sean cada vez más los que defienden las ideas del libre mercado en una era donde son tan cuestionadas, pues implican mayor autonomía individual y menor intervención estatal. Lo opuesto a lo que propone la contraparte: mayor dependencia estatal y la restricción de la libertad individual, sobre todo para emprender y por tanto ser autónomo.
PanAm Post se comunicó con una de las partes del debate, el economista Luis Espinosa Goded, quien considera sorprendente que se esté debatiendo sobre el marxismo como una alternativa seria, dado su legado sangriento y hambriento.
¿Por qué es importante debatir en espacios académicos?
Yo creo que lo más importante del debate es que se observa que existe no solo porque hay un grupo de marxistas que lo defienden, sino porque en el imaginario colectivo parece que se ha quedado que este es una alternativa. De hecho, la plaga de América Latina fue el socialismo del siglo XXI. Con esa idea de que el marxismo se podía renovar pasan al siglo XXI.
Considero que es importante que el sufrimiento generado por el socialismo del siglo XXI haya servido para algo y que, como mínimo, logre desprestigiar lo suficiente la palabra socialismo.
¿Qué es lo más difícil de debatir con un marxista?
Lo más difícil de debatir con un marxista es que estos viven en tres mundos. El primero es el mundo de las ideas. Su indefinición de la teoría del capital es completamente alejado de la realidad. En segundo lugar, tienen una visión profundamente negativa del mundo en el que vivimos y son incapaces de ver todo lo positivo que se ha logrado. Y en tercer lugar, tanto para el debatiente como los marxistas de forma general, es imposible para ellos concretar qué es marxismo, qué es comunismo. Porque ellos no se hacen responsables de todos los crímenes de la historia del marxismo, que son cientos de millones.
En conclusión, el problema de debatir con marxistas es que en el fondo el marxismo se ha quedado sin argumentos, más allá de la crítica permanente y de la consigna.
¿Qué mensaje le darías a quienes buscan difundir las ideas de la libertad?
Recomiendo a los defensores de las ideas de la libertad que se formen para emitir las ideas de forma amable, pues quienes defienden la libertad de expresión deben estar dispuestos a ser criticados y no por ello intolerantes a la pluralidad de opiniones que es posible en las sociedades libres, no así en las marxistas.