Durante su gobierno, Rafael Correa llamó “indios fracasados” a las agrupaciones indígenas que su gestión reprimió. Ahora que los indígenas ecuatorianos lideran la protesta contra las medidas económicas de Moreno, Correa es el mayor beneficiario.
Mientras familias enteras duermen a la intemperie y se ahogan con gases lacrimógenos, Correa se presenta como candidato a la presidencia y exige que Moreno adelante elecciones. Así evade a la justicia que emitió orden de captura y de prisión preventiva por secuestro de un diputado opositor y sobornos recibidos por la constructora Odebrecht a favor de su campaña electoral.
Es decir, Correa saca provecho no solo del caos social, político y económico que vive el Ecuador, sino que mientras el pueblo pone el cuerpo en sacrificio, él busca obtener el mayor beneficio: volver al poder.
Pero lo cierto es que tiene un legado no solo represor, sino incluso etnocida frente a los pueblos indígenas del Ecuador.
Correa persiguió a los indígenas como terroristas
Desde el 2009 la gestión de Correa condenó a reclusión mayor extraordinaria a los dirigentes indígenas Pepe Acacho y Pedro Mashiant, procesados por el delito de terrorismo organizado, a raíz de una protesta en contra de la Ley de Aguas.
Bajo su mandato, y en medio del choque de la población indígena con las fuerzas de seguridad, murió el profesor Bosco Wisuma, del pueblo indígena shuar, a raíz de un impacto de perdigones.
Cabe destacar que bajo el Gobierno de Correa la oposición a su régimen era denominada terrorista, mientras que organizaciones narcoterroristas como las FARC, que hoy apoyan las protestas que buscan la destitución de Moreno, eran vistas con buenos ojos.
Etnocidio bajo el Gobierno Correa
Además de sancionar el racismo y cualquier alusión discriminatorio que resalte su etnia, como hizo Correa al llamar a los indígenas “indios fracasados”, el artículo 57 de la Constitución del Ecuador (que fue elaborada bajo gestión de Correa) determina que él incurrió en el delito de etnocidio, por transgredir el terreno y la forma de vida de los indígenas no contactados. Cabe resaltar que la pena por etnocidio es entre 16 y 19 años.
La Constitución establece que “los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva” y que “la violación de estos derechos constituirá delito de etnocidio, que será tipificado por la ley”.
Sin embargo, con un enorme aparato publicitario a su favor, la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de Correa lanzó la campaña “una mínima huella para que el todo viva mejor”, donde establecía la “necesidad” de excavar para buscar petróleo en la zona selvática del Yasuní, donde habitan pueblos no contactados, es decir, indígenas amazónicos que viven en la naturaleza de forma inalterada.
Hubo una recolecta de firmas masivas para una Consulta Popular que buscaba impedir el ultraje de la selva virgen. No obstante, el régimen de Correa la deslegitimó y nunca consultó a los habitantes de la zona, cuyas tierras, árboles y ríos devastó.
Represión contra indígenas amazónicos para el avance de la minería china
Las enormes deudas en las que incurrió Correa hizo que China se convierta en su principal prestamista. Así obtuvieron la concesión para la excavación en la selva virgen, al igual que la megaminería.
A pesar de su discurso indigenista y ambientalista, el Gobierno de Correa envió al Ejército contra la etnia amazónica shuar para garantizar la explotación en Panantza San Carlos.
Los enfrentamientos entre los indígenas amazónicos y las fuerzas de seguridad resultaron en la muerte de un policía y varios heridos de ambos lados. Además, así como sucede hoy en el Ecuador frente a las protestas masivas, se expidió un decreto de excepción en Morona Santiago, que restringió varias libertades, entre ellas las de asociación, información, opinión, transito libre, allanamiento de viviendas, advertencias de movilizaciones de diversos grupos indígenas, entre otros.
Como respuesta a las manifestaciones en su contra, Correa dijo ante las agrupaciones indígenas: “Por estar contra el Gobierno no destruyan a la patria“. Irónicamente hoy es quien alienta la destitución de un presidente y por tanto el quiebre de la institucionalidad democrática.
Tal como ahora hay tanquetas militares en las calles del Ecuador, el 17 de diciembre de 2016 Correa desplegó alrededor de 1 000 uniformados a la provincia amazónica de Morona Santiago con vehículos operativos blindados.
Casos similares abundan, donde Correa usó la fuerza para reprimir, silenciar e incluso asesinar a los manifestantes indígenas que exigían el respeto a la Constitución.
Indígenas denuncian la presencia de infiltrados violentos
Ahora Correa es acusado de instigar las protestas en colaboración con Nicolas Maduro. Incluso los directivos de la confederación indígena advierten la presencia de infiltrados en las protestas, muchos de ellos extranjeros de nacionalidad venezolana, que diversas fuentes afirman son enviados por Nicolás Maduro. Por ejemplo, el 10 de octubre al menos 17 fueron capturados en el aeropuerto de Quito al llegar.
Dado el auge de violencia por parte de los manifestantes, presuntamente infiltrados, el uso de la fuerza por parte de la Policía también se ha potenciado.
Denunciamos las acciones de violencia que están promoviendo estos elementos infiltrados, dañando la verdadera lucha del pueblo.@ONU_es@inredh1@CIDH@FUNDAMEDIOS pic.twitter.com/TtFCbE0DM3
— CONAIE (@CONAIE_Ecuador) October 10, 2019
De modo que quien hoy saca provecho de las manifestaciones indígenas en contra del gobierno el mismo hombre que los reprimió por años.
Aunque ya han habido actos de repudio en contra la participación de funcionarios afines a Correa en las marchas, al i, no deja de ser Correa el mayor beneficiario de las protestas contra Moreno.
Serán entonces los propios manifestantes quienes deberán decidir si permitir que su reclamo devuelva al poder al hombre que por años les reprimió, si permiten el diálogo con Moreno y/o dejan en claro que no serán partícipes del regreso de Correa que les calló, insultó, persiguió e incluso produjo muertes como consecuencia de la represión en su contra por años. Porque él ya pide elecciones para volver al poder.
¡Miserable! @MashiRafael
Rechazamos el oportunismo descarado, el correísmo nos criminalizó y asesinó a compañeros durante 10 años, hoy pretende aprovecharse de nuestra plataforma de lucha. No olvidamos a Jose Tendetza, Bosco Wisuma, Fredy Taish, asesinados por su aparato estatal https://t.co/oueet0h17B— CONAIE (@CONAIE_Ecuador) October 11, 2019