La avenida más ancha del mundo, la 9 de julio de Buenos Aires, quedó devastada a raíz de una manifestación que duró varios días para exigir una ley de “emergencia alimentaria”. Fue una muestra clara de lo que le espera a Argentina, frente a las elecciones del 27 de octubre: exigencias de dependencia estatal bajo amenaza de inviabilidad electoral.
A partir del 10 de diciembre, Argentina podría tener un nuevo Gobierno. En las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) de agosto, que equivalen a elecciones primarias, la dupla Fernández-Fernández, con la expresidente Cristina de Kirchner como candidata a la vicepresidencia, le llevó amplia ventaja al actual presidente Mauricio Macri, que es el segundo candidato con más respaldo.
En respuesta al resultado desfavorable para el oficialismo, miles de argentinos tomaron las calles en respaldo no solo al mandatario sino a la institucionalidad republicana. Ya que entre las reformas que anunció la dupla Fernández-Fernández, está la anulación de procesos judiciales, reformas en la justicia e incluso en la Constitución.
La imagen q resume todo?
200.000 venezolanos llegaron al país en los últimos años. TODOS consiguieron trabajo
Los hijos del kirchnerismo hacen ollas populares, te cortan la calle, piden aumento x no laburar y se sacan selfies#AcampeGolpista#EmergenciaAlimentaria #9deJulio pic.twitter.com/XRudAavkqI
— Trocaster?? (@Trocaster) September 5, 2019
Al final del acto, voluntariamente, los manifestantes, levantaron los escasos escombros que quedaron y los basureros municipales quedaron llenos. Un panorama diametralmente opuesto a la devastación que produjo el acto de quienes exigían seguir viviendo a sus expensas.
Según cifras de la Secretaría de Trabajo, son hoy 8 548 800 los ciudadanos que abastecen al Estado con impuestos y son duplicados por los 19 123 232 beneficiarios de planes sociales, pensiones y empleo público.
Cabe señalar que la abreviación AUH, el plan que mayor gasto implica, alude a la ‘Asignación Universal por Hijo’ que es el plan asignado desde el embarazo, en beneficio de las madres con escasos recurso por cada hijo.
Como explica el consultor económico Manuel Adorni, se trata del dinero que se le saca al prójimo. Pues el Estado no es solvente, sino que es una institución que se alimenta con el dinero de los contribuyentes.
??Miles de personas salieron a las calles para manifestar su apoyo al presidente Mauricio Macri
El mandatario aspira a la reelección en octubre. A medidados de agosto el oficialismo sufrió una contundente derrota contra el peronismo en las primarias [tg]#Argentina pic.twitter.com/YjcvCcVLNL
— DW Español (@dw_espanol) August 25, 2019
Existen sectores de la sociedad argentina donde por tres generaciones consecutivas, hijos, padres y abuelos, nunca han trabajado, pues se abastecen de planes sociales.
Estas medidas, que surgieron como planes de emergencia, ya se han convertido en un estilo de vida, donde unos viven a expensas de otros y no existen incentivos para la movilidad social.
Así quedó la Av. 9 de Julio luego del acampe piquetero, en el que pidieron que el Estado nos saque más para darle a ellos. Por cierto, ya empezaron las tareas de limpieza que nos costarán una fortuna. Merecemos que nos pase por encima el colectivo de actrices. pic.twitter.com/qrKZ5whjFu
— Manuel Adorni (@madorni) September 13, 2019
La ley en cuestión
Aunque ya estaba confirmado el acuerdo político para la aprobación de la “emergencia alimentaria”, las organizaciones sociales realizaron el acampe en las inmediaciones del Congreso Nacional. El mismo candidato a presidente del Frente de Todos, había pedido que la gente no se movilizara ni estuviese en las calles, pero los grupos piqueteros desoyeron la sugerencia.
El proyecto contó con un apoyo casi total: 222 votos a favor y una abstención, la de la diputada de izquierda Mónica Schlotthauer. Según lo presupuestado, luego de la aprobación en el Senado, la aplicación de la normativa representará un desembolso inmediato de 10 489 millones de pesos (casi 180 millones de dólares) y tendrá vigencia hasta el final de 2022.
Según el texto de la ley, se incrementa “como mínimo el 50 % de los créditos presupuestarios vigentes del corriente año, correspondientes a políticas públicas nacionales de alimentación” y las partidas tendrán una indexación constante, según el índice de inflación. Luego de las elecciones primarias, la medición de septiembre arrojaría el peor número del año. Según diferentes consultoras podría superar el 6 %.
La ley de emergencia alimentaria, que está a punto de ser aprobada, no tuvo en las organizaciones piqueteras a sus únicos voceros. El proyecto fue un fuerte reclamo de la iglesia católica, seguramente con el visto bueno del papa Francisco. Cabe destacar que Juan Grabois, uno de los referentes de las organizaciones, es un hombre muy cercano a Bergoglio, de mucho antes de su llegada al Vaticano.
El clima de tensión, en aumento
Esta tarde, el Ministerio de Seguridad denunció en la justicia al dirigente Oscar Kuperman, uno de los referentes que participaron de los acampes en el Ministerio de Desarrollo Social y Salud esta semana. La denuncia tiene que ver con una supuesta amenaza por saqueos, ya que Kuperman manifestó ante los medios que irían a “buscar” mercadería a los supermercados:
“Si el Gobierno no cumple con la entrega de los alimentos a los comedores, vamos a ir a buscarlos a los supermercados, porque las góndolas están llenas de mercadería y las mesas de nuestros compañeros no tienen para comer”.
Esta tendencia está presente desde el ala del peronismo fiel a Evita, quien decía: “donde existe una necesidad, nace un derecho“. Así nació en Argentina la mentalidad de que unos vivan a expensas de otros y que sea el Estado el garante de expropiar y redistribuir.
En resumen, la amenaza como forma de exigencia de vivir del esfuerzo ajeno se consolida como norma y Alberto Fernández, que aspira a la presidencia —y debió ser la voz para conciliar el clamor—, no pudo impedir el vandalismo ni el quebrantamiento del mandato consitucional que exige la libertad de movilidad, negada por la obstrucción de las vías.
De modo que, los manifestantes no solo pasan por encima de la ley y en directa confrontación del Gobierno actual, sino que tampoco acatan lo dicho por el político al que supuestamente respaldan.
Así ha operado tradicionalmente el ala izquierda del peronismo, en confrontación incluso con el propio Perón, al que enfrentaron con lucha armada.
Mientras muchos anhelan que la dupla Fernández rescate el periodo próspero del peronismo, como fue el menemismo, las calles indican que será difícil de lograr.
*Esta nota fue realizada en colaboración con Marcelo Duclos.