Por primera vez en la historia, un presidente de EE. UU. pisó suelo norcoreano. Donald Trump logró entrar pacíficamente a Corea del Norte luego de más de medio siglo de confrontación que resultó de la Guerra Fría que partió la península coreana en dos: la comunista al norte y la capitalista al sur.
La paz entre estas dos naciones no solo afecta a ambas partes, sino a gran parte del mundo, pues ambas tienen armamento nuclear, cuyo uso podría causarnos daño a todos, o al menos así lo hizo creer Corea del Norte por años.
“Destrucción mutua asegurada” alude al impacto del uso de armas nucleares. El término surgió en el contexto de la Guerra Fría, cuando EE. UU. y la Unión Soviética evitaron una confrontación directa porque sabían que sería demasiado destructiva. En su lugar, se enfrentaron a través de otras naciones. Una de ellas fue Corea del Norte.
PanAm Post se comunicó con César Sabas, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Toulouse, Capitole, quien resalta la importancia del término «Destrucción mutua asegurada» para explicar la estrategia de Trump en su objetivo de encaminar la paz entre ambas naciones.
¿Cuál fue la estrategia de Trump, tanto para presionar a Kim Jong como para conciliar y abrir el diálogo?
Para comprender el bajo riesgo que implica Corea del Norte, cabe comparar con la capacidad nuclear de otras naciones. Francia tiene 350 ojivas nucleares, mientras que la Unión Soviética llegó a tener 10 000. Corea del Norte solo tiene seis y de corto alcance.
Se estima que la mayor distancia que podrían alcanzar es Hawái y posiblemente las costas de California. Es decir, no podría impactar a las grandes ciudades de EE. UU. Mientras que EE. UU. tiene suficiente armamento para pulverizar a cualquier nación.
Esto lo sabe Trump y lo usó para desestimar las amenazas del heredero del dictador vitalicio norcoreano, Kim Jong-un.
Al anunciar que su “botón es más grande” puso fin a las décadas de amenazas que Corea del Norte para pedir ayuda internacional a cambio de no atacar.
Aplicó firmeza para dejar en claro que no permitiría ser presionado por una amenaza menor. A su vez, que el verdadero peligro es el arsenal de EE. UU. y, por último, resaltó que no busca un enfrentamiento armado, sino lograr acuerdos.
Como promesa de campaña, Trump dijo que EE. UU. no será más la policía del mundo, ¿lo está cumpliendo?
Definitivamente ha cumplido su promesa de campaña. EE. UU. no ha sido la policía del mundo bajo su Gobierno. Lo ha dejado claro en la OTAN, donde redujo el presupuesto de defensa. Expuso que busca única y exclusivamente el bienestar de EE. UU.
Además, como hombre de negocios, sabe que el costo de la guerra es demasiado grande. Aunque Corea del Norte fuese una amenaza real, costaría miles de veces más que intervenir Venezuela.
Entre las críticas a Trump estaba que iniciaría la Tercera Guerra Mundial. ¿Qué tan cerca o lejos estamos de esas presunciones?
Quienes decían que Trump iba a iniciar la Tercera Guerra Mundial, mientras estaba en campaña, luego se lamentaban de que hubiese abandonado el liderazgo mundial y que optara por el aislacionismo.
Es una contradicción. Porque la guerra la causa la intervención. Esta gente lo que quería era crear una matriz de opinión anti-Trump.
Ha tenido una política muy cauta con Rusia y Ucrania. Aunque ha sido confrontativo con China, nunca ha sido belicoso. No hay señales de una guerra caliente, sí hay una guerra comercial y retórica.
Creo que Trump busca es poner los puntos sobre las íes y renegociar muchos tratados internacionales a favor de EE. UU. “Yo estoy aquí para defender los intereses de EE. UU.”, dijo en su primer discurso ante la ONU e instó al resto de los mandatarios a hacer lo mismo. Pues los intereses internacionales no existen. Buscarlos es lo que provoca las grandes guerras. Ya que van contra el interés nacional, tienen un costo alto. Mientras que Trump opta por la negociación.
Son mas bien los ideólogos los que van a las guerras, las personas que buscan utopías, que creen saber lo que es mejor para la humanidad. Esas son las personas peligrosas.
Lo que ha hecho Trump es muy lejano a eso.