El partido de Evo Morales, que tiene mayoría en la Asamblea Leglislativa Plural (ALP) (Parlamento), convocó a elecciones primarias por primera vez en Bolivia. Sin embargo, Morales está inconforme con los resultados y pide investigar al mismo Tribunal Supremo Electoral (TSE) que le permitió candidatizarse, a pesar de ser inconstitucional.
Tanto el sindicalismo como las agrupaciones indígenas que le ayudaron a Morales a llegar al poder, han llamado a su Gobierno una “dictadura civil” y se han manifestado multitudinariamente en su contra, debido a que ignoró el voto popular que dijo no a la su candidatura presidencial inconstitucional.
Por ley, ningún ciudadano boliviano puede ser candidato presidencial luego de haber gobernado por dos mandatos seguidos. No obstante, el TSE declaró que impedirlo infringía los “derechos políticos” de Morales, lo cual, a su vez, era un atropello a sus derechos humanos.
Cabe señalar que el Parlamento boliviano, de mayoría oficialista, nombró a los titulares y suplentes que facultaron la candidatura de Morales.
En palabras de Carlos Mesa, expresidente de Bolivia y actual candidato presidencial: “la designación por la ALP de un titular y seis suplentes del TSE es el camino para legitimar la postulación del Presidente y la burla del 21F”.
Para quienes no estén familiarizados con las abreviaciones, 21F se refiere al 21 de febrero del 2016 cuando los ciudadanos bolivianos votaron en contra de la reforma que permitiría la candidatura presidencial inconstitucional de Morales.
Fue así como el partido de Gobierno manipuló al más alto tribunal electoral para lograr la candidatura presidencial de Morales, quien hoy cuestiona a esa misma entidad porque los resultados de las elecciones primarias no fueron favorables para su campaña.
#LTahora
El presidente @evoespueblo sobre las elecciones primarias: Alguien esta manipulando, alguien nos quiere perjudicar desde el @TSEBolivia. pic.twitter.com/y6r02686wp— Los Tiempos (@LosTiemposBol) January 28, 2019
Cuando el tribunal estaba debatiendo la posible candidatura de Morales, Gerardo García, el vicepresidente del Movimiento al Socialismo (MAS), que preside Morales, declaró que “para nosotros no hay vuelta que dar, la sentencia (del Tribunal Constitucional) se tiene que cumplir, nosotros vamos a estar en vigilia permanente con todos los militantes a nivel nacional por cualquier cosa (que podría registrarse) mientras no esté habilitado nuestro hermano”.
Pero ahora que alrededor del 60 % de sus simpatizantes no lo respaldaron en las urnas el pasado domingo, el presidente Morales aseguró que se debe investigar al TSE.
Morales alega que militantes del MAS no pudieron sufragar en las primarias: “Sería importante que los miembros del Tribunal con mucha responsabilidad investiguen, alguien está manipulando, alguien está usando y alguien nos quiere perjudicar desde el Tribunal Supremo Electoral”.
De acuerdo con el conteo rápido del TSE, al 95,2 % de las actas, el MAS logró convocar al 40,43 por ciento de militantes. Es decir, de los 991.092 militantes del MAS solo 400,716 asistieron a las urnas. Entre los que votaron, 10,4 % emitió votos blancos y nulos.
Por último, Morales declaró luego de las elecciones que “la propuesta de realizar las primarias desde enero del 2019 proviene del TSE (…) saludamos su experiencia, pero gente ligada a los partidos de la derecha nos quieren echar la culpa de que nosotros hicimos las elecciones a la altura del MAS. Qué falso, que mentira”.
El vicepresidente de la Bolivia, que también aspira a ser reelegido inconstitucionamente, confirmó que la realización de las elecciones primarias fue propuesta por la expresidenta del TSE, Katia Uriona, quien fue designada por el Parlamento, de mayoría oficialista.
De modo que Morales pide investigar al TSE que él creó por elecciones que él convocó, a través de su partido y la Asamblea integrada mayormente por sus simpatizantes.
Pero esto no es más que una forma de evitar señalar lo evidente, busca culpar a su propia creación, antes que afrontar que hizo oídos sordos a la voz del pueblo que grita “mi voto se respeta, Bolivia dijo no” a la reelección.