Más de la mitad de los brasileros votó por un cambio contundente en el país, un giro hacia la derecha, y eso ahora extiende a su relación con el mundo. Pues el presidente electo, Jair Bolsonaro, eligió a Ernesto Aráujo como canciller para sumarse a su cruzada contra el socialismo.
Además de su formación diplomática, el futuro canciller es licenciado en Letras de la Universidad de Brasilia. Dicha pasión la manifiesta a través de su blog titulado “Metapolítica 17 contra el globalismo“.
Ahí declaró que “la existencia de un marxista intelectualmente honesto no es plausible, pues hay una contradicción intrínseca entre la disciplina intelectual marxista, que nace en la mentira y obliga a sus practicantes a mentir incluso a sí mismos todo el tiempo”.
— Ernesto Araújo (@ernestofaraujo) November 19, 2018
Aunque aún no ejerce sus funciones, ya es objeto de críticas, que incluso le acusan de creer en platillos voladores.
Pues el futuro ministro de Relaciones Exteriores dijo que la existencia de marxistas intelectualmente honestos es menos plausible que la de seres extraterrestres.
Frente a las críticas respondió: “si hago una referencia a la historia de la cigarra y de la hormiga, mañana algún periódico dirá que creo en insectos hablantes”.
Hoy presenté mis felicitaciones al Canciller designado de #Brasil @ernestofaraujo con el compromiso de trabajar juntos en @OEA_BR por la democracia en el hemisferio. @ItamaratyGovBr @Brasil_OEA https://t.co/BWQ6npDAiY
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) November 17, 2018
Ideas e ideología son cosas diferentes.
Para el diplomático la crítica ideológica no se limita a una en particular, “el repudio a la ideología debe significar la liberación de las ideas, y no su exterminación. De lo contrario, haríamos exactamente lo que la ideología quiere. En la ideología las ideas están ahí, encadenadas, escuálidas, hambrientas, trabajando como esclavas para el sistema de dominación”.
Sostiene que “una ideología es un sistema de manipulación del pensamiento y de las ideas en función de un objetivo de poder”.
“La ideología instaura una escisión entre la realidad y los conceptos, arranca las ideas de su enraizamiento orgánico en la realidad, y así petrifica el pensamiento para controlar a las personas”, agrega.
Mientras plantea que “las ideas son la esencia viva de la mente humana. Las ideas son el resultado dinámico del procesamiento de la realidad por el intelecto y el sentimiento”.
Olá, Twitter! Sinto-me extremamente honrado e entusiasmado com a responsabilidade que o Presidente Jair Bolsonaro me confia, de chefiar sua diplomacia e implementar seu programa na frente externa a partir do dia 1º de janeiro. Muito honrado de fazer parte deste momento histórico! https://t.co/6WRADDTm5M
— Ernesto Araújo (@ernestofaraujo) November 14, 2018
Por ese mismo rechazo a la ideología es que parte de su discurso incorpora la desvinculación del proyecto globalista que sostiene que fue parte del gobierno del PT, con Lula Da Silva a la cabeza.
“Los brasileños nos rebelamos contra la ideología que nos dominó, abierta o insidiosamente, durante mucho tiempo, bajo la forma del marxismo boquiabierto o más frecuentemente del globalismo con sus varias vertientes”
A través de redes sociales difundió un texto del profesor universitario y analista Político Filipe Martins que explica la diferencia entre globalismo y globalización.
A nova vergonha da mídia: confundir globalismo com globalização – por @filgmartin: https://t.co/aKnSzGshku pic.twitter.com/aIacCecRcv
— Senso Incomum ⚓ (@sensoinc) November 16, 2018
“El globalismo es la ideología que propone la construcción de un aparato burocrático-de alcance global, centralizador y poco transparente- capaz de controlar, gestionar y guiar los flujos espontáneos de la globalización de acuerdo con ciertos proyectos de poder.
No hay, por lo tanto, ningún motivo plausible para confundir una cosa con la otra.
La globalización económica consiste en el flujo global y espontáneo de los agentes económicos que no sólo no necesita la interferencia de burócratas, sino que funciona mejor en ausencia de interferencias burocráticas y es perjudicado por ellas“.
Esta definición adscribe a lo propuesto por Bolsonaro en su campaña y ahora por su canciller designado, “Brasil primero”, de modo que no tenga obligación de adherirse a alianzas multinacionales que violen su soberanía.
Paralelamente pregonan el libre mercado, donde las naciones del mundo pueden comerciar entre sí, sin obstáculos, en particular un regidor central que absorba las naciones, como propone el globalismo.
Es decir, socialismo internacionalista versus capitalismo de libre mercado.
Por ello el futuro canciller advierte que ahora que está fuera del poder la ideología que imperaba en Brasil, el PT, “intenta metamorfosearse para seguir dominando”.
Sin embargo, aclara que “nadie quiere sustituir una ideología por otra. Pero no se debe, tampoco, sustituir la ideología por el vacío, por el mecanicismo, por la tautología, por la superficialidad. Para vencer la ideología hay que volver a pensar, y no dejar de pensar, bajo la excusa de que cualquier pensamiento es ideológico”.
Invoca, entonces, un sano pragmatismo para sustituir a la ideología. Y aclara que ser pragmático no significa no tener alma ni corazón, sino “estudiar la realidad a partir de lo que somos y buscar los mejores caminos para lo que queremos ser”.