Miles de niños en los brazos de sus madres, familias enteras usando como equipaje camas para descansar sobre la vereda, se ha vuelto la imagen predominante en la frontera entre Colombia y Ecuador, son los venezolanos que esperan cruzar para huir de la miseria y la violencia del régimen chavista.
La Cancillería de Ecuador reportó que el lunes 7 de agosto había alrededor de 10.000 venezolanos esperando cruzar el Puente Internacional de Rumichaca, donde existen 10 ventanillas de atención para miles de migrantes, y los que están esperando desde el fin de semana todavía no lograron entrar.
Según Migración Colombia, hasta mayo de 2018, 286.000 venezolanos cruzaron por el puente.
Asimismo, el portal de Eduardo Febres, exdiplomático y activista social por los derechos de los migrantes, asegura que 5.139 venezolanos ingresan diariamente a Ecuador (una cifra menor a las estimaciones de la Cancillería que sostiene que los 3.200 fueron una cifra mayor a la usual).
Dicha fuente estima que la mitad usa al Ecuador de una vía de paso. Los destinos de preferencia son Chile, Perú y España.
Tanto desde la Sociedad Civil como la Cancillería de Ecuador están ofreciendo servicios básicos para el influjo masivo.
Riesgos de salud
Desde vacunas para los niños hasta abrigo, pues la ciudad de Tulcán donde llegan es de clima frío, son provistos para los migrantes que a menudo pasan la noche en la zona en el tiempo que toma, primero registrarse en migraciones de Colombia y luego de Ecuador.
Las vacunas se han tornado un asunto primordial, ya que pese a que en 2016 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a América Latina libre de sarampión, Venezuela ha sufrido varios brotes y el virus se manifestó en Ecuador (que no había registrado un caso desde 1996, según la ministra de salud, Verónica Espinosa) con la llegada de un niño venezolano de 5 años el 27 de marzo de 2018.
Temor ante aumento de criminalidad
El aumento de la miseria en Venezuela no solo causó estragos a nivel de salud, también el desmoronamiento de la institucionalidad ha permitido el aumento de la criminalidad y consigo la cantidad de la migración de quienes tienen antecedentes y no han sido apresados.
Por ejemplo, en Perú (país de destino de muchos migrantes que usan el Ecuador como país de paso) fueron detenidos integrantes de la organización criminal “El Tren de Aragua” que se dedica a robar, secuestrar e incluso al sicariato.
Al menos 15 miembros del grupo organizado han ingresado al país en las últimas semanas, según el jefe de la Dirección de Investigaciones Criminales (Dirincri) de la Policía Nacional de Perú (PNP), Juan Carlos Sotil.
Actualmente hay 72 ciudadanos venezolanos pesos en Perú, 28 por asaltos o robos a mano armada.
De acuerdo al periodista experto en sucesos, Daniel Blanco, “la peor ola criminal la está recibiendo Colombia”.
“Ahí está la delincuencia organizada, los colectivos armados que se quedaron sin trabajo y sin dinero en Venezuela; hay paramilitares que ya no tienen qué comer y deciden emigrar. Los delincuentes que se han visto afectados de una u otra manera por la crisis están ahorita en Colombia, luego los que tienen un poco más de dinero llegan a Ecuador y otros a Perú”, dijo Blanco.
Es decir, los mismos grupos que el régimen chavista usaba para reprimir a los manifestantes en su contra, hoy se han convertido en una fuerza criminal internacional.
Estos factores tornan riguroso el proceso de registro tanto del lado colombiano como del lado ecuatoriano, que no tiene infraestructura necesaria para el influjo de migrantes venezolanos que huyen del hambre y el robo que produce el socialismo.