Actualmente está en proceso una reforma de la Constitución de Cuba. Surgen inquietudes respecto a las intenciones de esta reforma que se produce bajo un sistema de partido único, donde el heredero del presidente vitalicio, Raúl Castro, es quien preside la comisión creada para redactar el anteproyecto y compuesta por 33 integrantes. A su vez, dicha comisión, no toma en consideración ni el voto y ni la voluntad ciudadana.
Bajo una república, donde los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial están separados para que ninguno se imponga sobre otro, en el caso cubano no solo es que el ejecutivo se involucra en esta gestión legislativa, sino que el ex-presidente tiene mayor supremacía que su predecesor.
Luego de Raúl Castro, el segundo al mando en la comisión de reforma constitucional es el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel. También está el número dos del Partido Comunista de Cuba, el histórico comandante de la Revolución, José Ramón Machado Ventura. Actualmente tiene 87 años, la misma edad que cumplió Raúl Castro el domingo 3 de junio, día en que presidió la comisión.
“El proceso de actualización de la Constitución cubana quedó abierto este fin de semana para modelar las reformas económicas y sociales introducidas en la última década durante los dos mandatos presidenciales de Raúl Castro, que buscan hacer sostenibles la economía y el modelo socialista de la isla”, según reporta EFE.
Luego de la aprobación del documento pueden participar los ciudadanos en una consulta popular en comunidades, barrios, centros estudiantiles y de trabajo, unidades militares, al igual que los cubanos que prestan servicios para el Estado en el extranjero; no así los exiliados.
Los ciudadanos cubanos que han renegado de la revolución, buscando libertad en otras tierras, quedaron eximidos de sus derechos como cubanos. Uno de ellos, Armando de Armas, escritor que escapó clandestinamente de la isla en 1994 para evitar ir a prisión, junto con parte de su obra publicada, en una fuga bajo los tiros, explica cómo se vive la reforma a ultramar.
¿En qué consisten las reformas a la constitución?
Consiste, como ya se ha apurado en aclarar la misma prensa cubana, en apuntalar la sobrevida, la continuidad de la revolución como proyecto político. Esto, traducido a la vida real, no es otra cosa que maquillar la maquinaria represiva de la dictadura cubana con emplastos legalistas de cara a la opinión pública internacional.
¿En qué estado está actualmente el proyecto de reforma, qué ha pasado, qué pasará?
Las cosas van así: el general Raúl Castro presidirá la comisión parlamentaria que diseñará una reforma en la actual Constitución de Cuba, según anunció este sábado el actual presidente cubano Miguel Díaz-Canel, puesto a dedo por el mismo general durante la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional.
¿Qué pasará? Nada. Más de la misma miseria y represión de los últimos sesenta años. A lo sumo harán alguna adaptación del marxismo puro y duro al marxismo cultural que domina hoy en el mundo occidental, algo muy cosmético, muy políticamente correcto, que obviamente no ponga en peligro la hegemonía del partido comunista. Algo así como una declaración retórica contra la violencia de género y la discriminación a los homosexuales, que vista bien de cara al exterior, pero que no represente nada en cuanto a la libertad.
¿Qué resultados han dejado las reformas pasadas?
Lo mismo que dejará esta de ahora. Un nuevo ropaje legal para la misma vieja represión de siempre.
¿Qué nos dice del proceso democrático que sean aprobadas las medidas por unanimidad, qué implica eso para el diálogo y la libertad de expresión?
Nos dice cómo se hace chiste macabro.
¿Cuáles serían los cambios necesarios para el retorno de los exiliados a una Cuba Libre?
Un solo cambio sería necesario: la derrota de la dictadura que los exilió.